Eva María Bernal, madre soltera de tres hijos por elección: "Yo me gasté una fortuna, para hacer algo así tienes que planificarte"
Eva María Bernal es madre de tres hijos gracias a tratamientos de reproducción asistida, pero también una de las voces más conocidas de España de madres solteras por elección
Uno de cada diez niños han sido concebidos en España gracias a la fecundación 'in vitro', el 11% de los nacimientos
Cuando la mujer alcanza una edad, que suele ser pasados los 30, empieza a plantearse ciertas cuestiones. Una de las más comunes es si se quiere ser madre o no. Hoy en día, muchas mujeres ya no esperan a tener pareja para realizar el sueño de ser madres, entre ellas muchos rostros conocidos como la actriz Mónica Cruz o la influencer Marta Riumbau, quienes han compartido su decisión de ser madres solteras. En España, la edad media a la maternidad se mantuvo en 32,6 años en 2023, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Pero, como sabemos, la capacidad reproductiva de la mujer desciende cuando pasa los 35 años, edad a la que es más complicado quedarse embarazada y hay más probabilidades de sufrir abortos. De ahí, que la congelación de óvulos haya crecido tanto en nuestro país.
Según confirma la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) en su informe anual, entre 2011 y 2021 se multiplicaron por 15 el número de mujeres en España que decidieron congelar sus óvulos. De estas, casi el 70% lo hizo por motivos sociales, y solo 3 de cada 10 opta por la criopreservación por motivos médicos (cirugías o tratamientos como la quimioterapia que pueden dañar la reserva ovárica).
Por otro lado, en el año 2022 se llevaron a cabo un total de 167.195 ciclos de Fecundaciones In Vitro (FIV) y 31.635 Inseminaciones Artificiales (IA). Estas técnicas dieron lugar al nacimiento de un total de 39.546 bebés, un millar menos que en 2021, pero una cifra lo suficiente alta como para reflexionar. Algunos de ellos, seguramente, pertenecen a madres solteras por elección como Eva María Bernal, cuya historia es una de las más conocidas en España. Esta madrileña, creadora de la plataforma 'Creando una familia', que acompaña y asesora a madres que quieren ser madres solteras, tuvo claro que quería serlo cuando cumplió los 35 años. Ahí empezó su "odisea", como ella lo describe.
Tras muchos años de intentos de fertilidad, nacieron sus tres hijos. Así lo explica en sus tres libros: 'Mi maternidad asistida', 'Ser madre por donación de embriones', y el último y recién publicado 'Sí, puedo ser madre sola' (Plataforma Editorial, 2025). Además, Eva también es una de las fundadoras de la Asociación de Madres Solteras por Elección que, desde 2007, cuenta con 4.000 mujeres inscritas. Charlamos con ella para conocer más sobre su nuevo libro y la experiencia de acompañar a otras mujeres en el largo proceso de ser madres sin pareja.
Pregunta: Este es tu tercer libro, ¿qué querías compartir en él?
Respuesta: En el primero quise contar la historia de mi odisea para tenernos. En el segundo quise explicar cómo fui madre por donación de embriones, enfocándome en familias que necesitaran donación de embriones. Y, en este último, yo quería escribir un manual para poder ayudar a otras mujeres. Porque una de las cosas que hay que tener en cuenta es que si llegas a ser madre soltera por elección tienes que ser organizada, no puedes llegar a ello sin planificarte. Muchas veces veo a mujeres que empiezan en esto, que están muy perdidas, no saben por dónde empezar, dan vueltas a cosas que las que tenemos ya más experiencia pues tenemos más claras -y que son súper importantes-.
P: ¿Por ejemplo?
R: Pues mujeres que ya han conseguido tener a sus hijos y que no saben qué decirles a sus hijos, o si decírselo también. En mi opinión, si vas a traer un niño al mundo, esto es algo que tienes que preparar antes. Porque es fundamental, va a ser fundamental en su vida; va a nacer sin una figura masculina en la familia. Mucho más si has necesitado donación de óvulos o de embriones, en ese caso hay que saberlo explicar bien. Además los niños siempre te preguntan cosas que nunca esperas y tienes que estar preparada para contestar...
P: ¿A ti qué te sorprendió que te preguntaran? ¿Qué preguntas te han hecho tus hijos que no esperabas?
R: Un día, estaba estaba aparcando dando marcha atrás. Y en ese instante, uno de ellos me pregunta: "Pero, ¿entonces yo por qué no tengo papá?". No me lo podía crear, no fue tanto la pregunta sino el momento en el que me la hizo. En realidad las preguntas suelen ser siempre las mismas: "¿Por qué no tengo papá?" ¿por qué lo hiciste así? Sobre todo cuando son pequeños. Nosotros en casa lo hablamos bastante, ahora ya de adolescentes no quieren saber mucho del tema, no quieren darle más vueltas. Otra cosa es cuando son adultos, que no sabemos cómo les va a afectar, qué implicaciones va a tener para ellos.
P: Precisamente tu creas la plataforma 'Creando una familia' para trabajar todas estas cosas, ¿no?
R: Yo quería asesorar en ese momento, que lo sigo haciendo, asesorar a personas en reproducción asistida, madres solteras por elección... No en plan médico, pero sí asesorarles en todo ese proceso. Yo he pasado por cinco clínicas diferentes y tengo bastante experiencia en el tema.
P: ¿Cómo fundas esta plataforma?
R: La plataforma la creo porque solo para tener a mi primer hijo, tuve cinco inseminaciones y una fecundación in vitro. Y la primera inseminación, además, fue un aborto. O sea, que tuve abortos negativos positivos y dos tipos de tratamiento. A los dos años de nacer, quise tener otro. Mi clínica quiso contactar con el donante de mi hijo mayor y se le pidió que volviera a donar y donó. Pero había que esperar un tiempo, fue de nuevo otro proceso. Para buscar el segundo fueron cuatro fecundaciones in vitro, tres donaciones de óvulos, que supusieron unas 12 transferencias, y luego ya decidí que sería por donación de embriones. Me había gastado una fortuna y solo me quedaban 2.000 euros. En aquella época, la donación de embriones era muy económica porque no la hacía prácticamente nadie. No quería compartirlo más, estaba ya cansada, me daban escalofríos solo de escuchar la música de la clínica, las miradas de pena de todo el mundo...así que lo hice en secreto.
P: ¿De cuántos años estamos hablando?
R: Para tener a mi primer hijo, empecé un enero y me quedé embarazada de él en junio del año siguiente. 18 meses para el embarazo definitivo. Para tener a los pequeños, tres años completos sin parar. Cada tres meses me hacía, más o menos, de media, un tratamiento.
P: ¿Qué es lo que te lleva a seguir intentándolo?
R: Era mi proyecto de vida, de cómo yo quería que fuera mi vida en familia. En principio no podía ser con una pareja, pues que para mí hubiera sido como lo más fácil y lo que siempre me había imaginado, pero, claro, cuando yo ya me puse tenía 37. O lo hacía yo sola, o me quedaba sin tener hijos. Podía tener una pareja, pero me quedaba sin tener hijos. Aparte que yo en ese momento ni me planteaba la donación de óvulos o de embriones. Yo tengo mis hijos porque he conseguido aguantar lo que no está escrito. Si no has vivido procesos de infertilidad y reproducción asistida, no se entiende. Además, cuando nace mi primer hijo, yo ya en el mismo hospital, pensé que quería tener otro hijo más.
P: Y te llegan dos...
R: Sí, para nada me lo planteaba pero salió así. Llevaba ya tres años intentándolo, después de haber tenido a mi primer hijo, y con la donación de embriones podía pasar. Me arriesgué y vinieron mellizos.
P: ¿Cómo fue la experiencia de pasar de tu idea de ser tres a ser cuatro?
R: Pues fue brutal. Las primeras 48 horas fueron difíciles. Aunque yo estoy a favor del aborto, en ningún momento me lo planteé. Ya tres hijos con pareja es brutal, imagínate sola...
P: ¿Qué es lo que más te costó? ¿En qué necesitaste más ayuda?
R: Los primeros meses estuve en casa de mi madre y fue maravilloso porque tenía a más adultos ayudándome, sobre todo de mi hijo mayor. A los tres meses ya nos fuimos a casa y todo fue más complicado, pero yo había estado ahorrando para tener a una persona que me ayudara cuatro horas diarias. Fue el mejor dinero mejor gastado de mi vida. En aquella época, yo trabajaba como directora de casting, y me ayudaba muchísimo. Estuve con ella hasta que los niños empezaron el cole, con tres años porque no fueron a la guardería. Era otra de las decisiones que tenía tomadas desde el inicio. Tuve que trabajar menos, pero tenía suficiente.
P: Te habías organizado muy bien. Esa es una de las cosas de las que hablas en el libro...
R: Luego la vida nos puede sorprender, pero dentro de lo que puedas, hay como que tener las cosas un poco pensadas. Yo tenía claro que no quería que fueran a la guardería. Podría haber pasado algo que tuviera que ir, pero mi plan era ese y lo conseguí. Mi madre no podía ayudarme porque físicamente no estaba bien, así que como ella no me podía ayudar, me ayudó económicamente para que pudiera venir una persona a ayudarme en su lugar. Con lo cual, fue maravilloso. Todos los domingos venía cuatro horas. Mucha gente me decía, tener a alguien contratado cuatro horas es mucho mejor que tener pareja y familia...
"Los psicólogos recomiendan a partir de los tres años explicarles a los niños cómo han nacido"
P: ¿Cuándo y cómo tomas la decisión de que tú quieres ser madre soltera? Es una decisión valiente...
R: Desde los 25 años yo ya me sentía preparada para tener hijos, fue un punto de inflexión. A partir de ahí, cada cierto tiempo tenía un arrebato. No tenía pareja, empezaba y terminaba... Justo a lo 36 terminé con un chico y pensé que era el momento de tomar una decisión. Después hice un viaje y lo pensé. Lo decidí y comuniqué a mi familia el Día de la Madre, el día 1 de mayo de 2003. Y, aunque se lo comuniqué, me di un tiempo hasta diciembre. En enero me hice mi primera inseminación y me quedé embarazada a la primera, pero llegó el 11-M, y ese día me puse malísima. Al día siguiente me dio una contracción muy grande y cuatro o cinco días después, me diagnosticaron el aborto. Ahí empieza mi odisea, una locura. Sé que hay muchas personas como yo.
P: Tú has acompañado a muchas mujeres que han querido ser madres solas. ¿Qué es lo que crees que más les preocupa? ¿Qué es aquello que les crea más incertidumbre?
R: Bueno, principalmente, cómo se va a sentir el niño por no tener padre. También cómo se le cuenta.
P: ¿Y cuál es la respuesta que tú sueles dar?
R: No hay una sola respuesta, pero cómo contarlo es muy fácil. Te tienes que crear un discurso, comprar libros... En cuanto a cómo se va a sentir el niño, es que no lo sabemos. En la vida y en las familias van pasando todo tipo de situaciones. Es verdad que nosotros a conciencia partimos de una en la que solamente hay un adulto, pero hay que intentar explicárselo bien al niño.
P: ¿Cuándo crees tú que es recomendable esa conversación?
R: Los psicólogos recomiendan a partir de los tres años o así. Pero yo siempre recomiendo que sea desde que nace el niño, mirarle a los ojos y explicárselo. No es lo mismo crearnos el discurso cuando está en la tripa y todo es de felicidad, que luego ya tenerlo delante. Obviamente no te va a entender absolutamente nada, pero tú ya se lo vas diciendo. Es un ensayo. Para mí es un problema no contarlo, si no lo haces antes de la adolescencia, ya vas tarde. No puede ser un secreto, porque todos los secretos acaban derivando en malas dinámicas y los niños acaban notando que pasa algo.