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Mustapha, de la patera a la Albufera: es el primer extranjero, después de 775 años, de pesca artesanal en El Palmar

Mustapha, de la patera a la Albufera: primer extranjero, tras 775 años, de pesca artesanal en El Palmar
Mustapha descarga el pescado después de la jornada de trabajo. Informativos Telecinco
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Después de siete horas de pesca bajo el sol de verano, Mustapha llega con su barca cargada de llisas al canal situado frente a la lonja de pescadores de El Palmar. Hoy ha sido un buen día, ha pescado más de 200 kilos. Mientras descarga, saluda a los vecinos que pasan por la calle y a los otros pescadores y trabajadores de la lonja. Informan en el vídeo Mar Bonet y Antonio Valverde.

Hace solo nueve meses que entró a formar parte de la Comunidad de Pescadores de El Palmar, el primer extanjero en 775 años de tradición pesquera artesanal. "La cofradía necesitaba más mano de obra y en principio el trabajo era para mi primo, pero al final me quedé yo", cuenta Mustapha Jobe, que afirma que "fue emocionante. Me enteré antes del sorteo de redolins que era el primer extranjero, no me lo esperaba, pensé que había más".

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Este gambiano de 39 años, llegó hace una década a Canarias después de una peligrosa travesía por el Atlántico en patera. De ahí saltó a Málaga y acabó finalmente en Gandía (Valencia), donde empezó a trabajar como pescador, su profesión de siempre. "Mi familia son todos pescadores, desde mi abuelo a mis sobrinos. No me ha costado adaptarme, desde que llegué he estado en la pesca, más todos los años que trabajé en Senegal, además aquí he encontrado gente que me ayuda y me enseña", explica.

Mustapha arregla las redes de pesca después de la jornada
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En los primeros meses de trabajo, Mustapha se desplazaba a diario desde Gandía, pero ahora ya vive en un pequeño estudio en El Palmar. "Tenía que hacer todos los días dos horas de coche y luego trabajar. Ahora gracias a los pescadores he conseguido un piso aquí, es mucho más tranquilo y mejor".

La tranquilidad es precisamente lo que más le gusta de su trabajo. "Ahora que hace calor cada día me levanto a las cinco de la mañana y cuando lanzo la red al agua ya ha salido el sol. Voy solo en la barca y el trabajo depende de mí. Es muy tranquilo, cuando trabajaba en barcos iba con hasta 15 personas y era diferente", relata.

Con el pescado del día ya pesado, termina su jornada sobre las dos de la tarde, llega el momento de descansar, aunque está buscando un empleo para ocupar las tardes. "Aún me queda mucha energía para seguir trabajando y tengo que aprovecharlo", asegura Mustapha, que se despide de sus compañeros, que ya lo consideran uno más.