Testimonios DANA

Dolores sigue luchando para hacer justicia tras la muerte de sus dos hijos y su marido en la DANA: "Fue un infierno"

Dolores llora junto a la foto de su marido y sus hijos. Telecinco.es
Compartir

ValenciaDolores estaba con su marido y sus dos hijos en su casa de campo en Chiva (Valencia) cuando el agua comenzó a subir por el barranco del Poyo la tarde del pasado 29 de octubre. Sin tiempo de reacción, cuando se preparaban para huir, quedaron atrapados. "Aquello era un infierno", asegura la mujer.

Ella, su marido y uno de sus hijos se subieron a las ventanas y se agarraron a las rejas. Su hijo pequeño alzó a su perro a la ventana y se quedó en el suelo, soportando el tsunami que se les venía encima, pero no aguantó. Al ver a su hermano arrastrado por el agua, el otro hijo se lanzó en su ayuda. Dolores ya no los volvió a ver con vida.

PUEDE INTERESARTE

Mientras, ella y Eleuterio, su marido, seguían aferrados a las rejas, hasta que él ya no pudo más. "Se fue detrás de ellos", recuerda entre lágrimas.

Sin saber cómo, Dolores sacó fuerzas para seguir con vida con una misión. "Les prometí a mis hijos y a mi marido que lucharía por ellos", afirma.

Y así sigue, luchando un año después para sentar en los tribunales a los responsables de la tragedia que la dejó sola.

El padre de Paula sobrevivió milagrosamente

Esa misma tarde, el barranco del Poyo el agua se desbordaba en Picanya arrasando viviendas y arrastrando miles de vehículos. En uno de ellos circulaba el padre de Paula, que se despidió de ella y su hermano seguro de su muerte. "Tenía el agua por el cuello dentro del coche. Pensaba que no iba a salir de ahí y nos mandó un vídeo de despedida. Se puso el móvil en la cabeza para que no se mojara y comenzó a vibrar. Pensaba que éramos nosotros, pero era el ES Alert pidiendo precaución a la gente y que no saliéramos de casa", recuerda.

Pero ese día a su padre "no le tocaba", como dice ella, pero sí a su tío abuelo. "Estaba en su casa, el agua entró y se lo llevó", explica con resignación.

Vicente se salvó en el último momento

A Vicente, la subida del agua le sorprendió trabajando en su tienda de indumentaria fallera en Benetússer (Valencia). En su calle el agua alcanzó los 2,70 metros. "Me subí el pollo de la fachada de la tienda y me enganché a la manecilla de la persiana del local".

PUEDE INTERESARTE

Ahí permaneció agarrado, luchando contra la corriente de agua. "Eso se te queda grabado y se repite en tu cabeza una y otra vez. Había agua y agua y pensaba me voy a morir ahogado", afirma.

También recuerda como otro hombre, vecino del segundo piso, buscaba a su hija de 11 años. "La chiquilla falleció", lamenta.

Ahora, cuando falta solo un día para que se cumpla un año de las inundaciones, Vicente se pregunta: "¿Tengo que vivir así el resto de mi vida?". Una pregunta que se hacen muchos de los supervivientes de la tragedia, que aún no han podido superar lo vivido aquella fatídica tarde.