La broma de Noemí Salazar a su marido: le hace creer que ha roto aguas y va a dar a luz

Noemí Salazar está a punto de salir de cuentas y dar a luz a su segundo hijo, al que llamará Antonio. En sus redes sociales, la exparticipante de 'Los Gipsy Kings' ha explicado que ya tiene listo el macuto para ir al hospital y que no tiene ningún miedo al parto, aunque ha puesto cara de circunstancias y se ha mostrado asustado a la hora de gastarle una broma a su marido, Antón Suárez, en la que le ha hecho creer que había roto aguas.

"Aquí tenéis la broma que le gasto a Antón, desde el principio ya iba regular la cosa...", ha comentado la influencer junto al vídeo en el que se puede ver que preparó la broma junto su hermana, Raquel Salazar, que fue su cómplice. Así, explica mirando a cámara que el plan es meterse un par de globos dentro del pantalón y explotarlos delante de su marido - procurando que él no se dé cuenta - para que piense que ha roto aguas y que Antonio va a nacer inminentemente y no el 9 de febrero, como está planeado de acuerdo a su fecha estimada de parto.

Como ella misma reconoce, la broma no comienza muy bien porque explota uno de los globos antes de salir del baño, por lo que el pantalón ya se veía mojado cuando sale a la habitación para reunirse con Antón. Ya en el cuarto, comienza a fingir dolores y explota otro globo en un momento en el que su marido no está mirando: es entonces cuando asegura que está de parto. "Venga, vamos para el hospital, ¡vamos, vamos!", dice rápidamente el artista al ver la situación.

Comienzan a bajar las escaleras juntos mientras Noemí explota el segundo globo y su hermana le pide que suba de nuevo a cambiarse para no ir en ropa de estar por casa al hospital. La influencer le sigue el rollo a su hermana para alargar la broma y continuar viendo la reacción de su marido, que le sigue insistiendo para que no pierdan tiempo y vayan al hospital.

En ese momento, en el que Antón se sorprende al ver que su mujer no quiere salir de inmediato hacia el hospital, comienzan sus sospechas y le pide que jure ante Dios que está de parto. Como Noemí es muy religiosa, no puede mentir en nombre de Dios y reconoce que todo ha sido una broma, tras lo cual estalla en carcajadas mientras que su marido asimila que no tiene que salir corriendo de camino a la clínica porque todavía no va a nacer su hijo.