La batamanta y 10 artilugios de teletienda que sólo conocerás si has pasado mucho tiempo frente al televisor

María Caballero 05/07/2017 16:45

1. La batamanta

Todos la quieren y nadie le haría un feo ni la echaría a los pies de su cama. Te arropas y ríes tímidamente porque te sientes muy protegido. Te apetece limpiar, tocar la batería, hacerte cientos de selfies. Todos queremos dormir con la batamanta. Si la compras en burdeos querrás abrir la puerta a tus invitados. Te sientes como una estrella de cine. Además, está la versión Deluxe para meterte con tus colegas y la batamanta canina, para tu “chispas”. La batamanta es la niña bonita del patio.

2. Body Twist Board

Como necesario, ninguno como la tabla giratoria para ejercicios. Esos musculitos no están lo suficientemente marcados, tetes. Si se te ocurre pasar unos días en la playa y por casualidad te topas con Labrador, te quedaste sin amor de verano. Por no hablar de Rafa Mora. La gente te confunde con Robert Pattinson y encima te estás dejando la pasta en un gimnasio que todavía no has pisado. Cada vez que ves una foto del trasero de Kim Kardashian te pones a llorar. El milagro está en la tele. Está en ti. Mucha agua con limón y un body twist board, por favor. No more drama.

3. Reductor de papada

Te acabas de pillar el Body Twist Board, estás en el salón con el último disco de Camela a tope y te dan las tantas porque hace 43 grados. Tienes la tele en mute y ¡DIOS! ¿QUÉ ES ESO? ¿Cómo se te ha podido pasar? ¡Te has pillado un artículo para lucir tipazo y te has olvidado de la papada! Es facilísimo de usar y está a 9,95€. Eso es lo que vale un gintonic en Malasaña. ¿Qué prefieres? ¿Un gintonic o lucir el perfil de Dulceida?

4. Sillón levantapersonas

¿Quién es la persona que más te ha llamado desde que te mudaste a la ciudad a probar suerte? ¿Quién es la que más te quiere? Venga, que es muy fácil. Sí, tu abuela. La señora está a punto de cumplir 94 años y sigue haciendo guisos para ocho familias. Tu abuela se merece la ley del mínimo esfuerzo. Necesita un empujoncito para coger la olla del tamaño de la catedral de Burgos para el almuerzo que tú y tus primos hermanos devoraréis como hienas. Un mínimo empujoncito para levantarse para haceros felices a todos. Tu abuela es digna del sillón levantapersonas. Y lo mejor de todo es que, gracias a los ofertones de la teletienda, se lo vas a regalar tú, su nieto favorito.

5. Dilatador nasal antirronquidos

Volvemos a la escena. Sofá + batamanta + 3 AM, pero esta vez también está tu novio. Lleváis ocho años juntos. Te hace una cena exquisita y no existe un hombre más divertido en el planeta. Pero cuando entra en la fase REM del sueño piensas que incluso Kiko Matamoros sería mejor compañero de descanso. Evita pegarle pataditas a tu compañero de vida o hacerle el típico y feo gesto que le haces al pastor alemán de tu campo: tctctctc. Un respeto, es tu novio y te quiere. No tiene la culpa de sonar como un jugador de sumo profesional. El 14 de febrero no queda tan lejos. Regálale el dilatador nasal antirronquidos. Seréis de nuevo los antiguos brangelina.

6. Pest Reject

Un ahuyentador de bichos de toda la vida. En verano nos pasa a todos. Que te quieres tumbar a la bartola un par de horas. Te pones el 'Sálvame' y no estás concentrada. No lo estás. No sabes quién está peleando ni las novedades de Belén Esteban. Te estás perdiendo el hilo argumental porque estás pensando en cucarachas grandes, gordas y pelirrojas subiendo por tu pie. Has visto moverse algo y empiezas a sudar. Eso no es vida. Es tu mes de vacaciones y te mereces estar sin bichos y, sobre todo, en bragas. Además, Pest Reject protege, según el anuncio, a toda la familia. Si alguien le quiere hacer daño a tu perro o a tu sobrino, ahí está Pest Reject. Así que un cacharrito tecnológico con ultrasonido no solo te evita infartos de miocardio, sino que encima hace de guardaespaldas. Qué chollo.

7. Soporte de rifle para cama

Ideal si vives en Texas y te llamas Nancy o si tienes 34 pero sigues en tu pueblo. Tienes un póster de Bisbal de tu época adolescente. Un juego de sábanas de Marbella y pintaste hace un año la pared en verde agua. Pero a la cama le falta algo. Algo que te define. Algo que te delata. Tienes el rifle de caza de tu padre en el armario por si el Pest Reject no funciona y te muerde un mosquito tigre. Y quién sabe, lo mismo te entran ganas de irte de caza a las 4 AM. Para gustos los colores. ¡Un par de stickers de Hello Kitty para tu soporte y lista!

8. Cuchillos Ginsu

En la actualidad están anticuados. Pero si hay dos cosas que recordamos bien de la tele de cuando niños son Lola Flores y los anuncios de cuchillos Ginsu de la teletienda. Puede que tu madre los comprara. A día de hoy son de cerámica y seguro que tienen grabada alguna frase motivadora. El anuncio era una maravilla audiovisual porque no solo cortaba chuletones o tomates. Si necesitabas cortar una lata o un trozo de tubería para escapar de la cárcel mejor hacer una llamada rápida a la teletienda y ¡ZAS! Seguro que era el anuncio de televisión preferido de Norman Bates.

9. Flavorwave Turbo

A ningún sitio vas con los cuchillos Ginsu si no te pillas el horno flavorwave. Ahora está muy en la onda lo de ser un cocinitas pero para los más rezagados, la teletienda siempre tiene la solución última. El tiempo de espera es ínfimo y cuando tus padres te visiten y les sirvas un fino pescado al limón al horno, se darán la mano por debajo de la mesa en un gesto cómplice, se emocionarán y se sonreirán sabiendo que han hecho de ti la personita que siempre soñaron. Tendréis una maravillosa velada familiar y solo tú sabrás por qué te pillaste el Flavorwave: porque lo anunciaba M.A, el morenazo del equipo A. ¡Qué crack eres!

10. La Restform

Se hizo tan popular que a día de hoy puedes comprarla en el Corte Inglés. O en el Tiger. Bueno en el Tiger no. Pero ha trascendido más allá de la teletienda. Lo que se dice un producto estrella. En la época dorada de los festivales de música, el colega que aparecía con algo parecido a una Restform en el cuchitril alquilado de dos habitaciones era el tío más popular del cotarro. Todos se reían con él. Siempre acababa en la zona VIP y no había paraíso igual si habías descansado en una Restform. Lo que era divertido era deshinchar la cama. Eso sobre todo. Media hora para entregar las llaves al propietario, nueve personas montadas pisando con avaricia la Restform y dos haciendo la croqueta para sacar el aire.

11. La baba de caracol

Debe comprarse junto a los dos anteriores si quieres ser el treintañero idílico. El número ocho para ser el perfecto cocinitas, aunque sea de mentira; la Restform para seguir siendo el alma de la fiesta y para que la gente te siga llamando; y la baba de caracol es imprescindible para tener una tez tersa mientras hace todo lo anterior. Para sentirte joven como Nati Abascal cuando entres en los duros y oscuros 30. En los 40 o con la edad de Nati la cosa te dará más o menos igual. Pero la barrera de los 30 es implacable. Te acabas de pillar tu tercer gato, veis la teletienda en la Restform y aparece una voz en off: “arruga, estrías y cicatrices”. La baba de caracol convierte a una chica rubia normal de barrio en la melliza de Sharon Stone. Tu gato te mira: “Idiota, ¿llamas tú o llamo yo?”.