Gran Hermano: Así les hemos contado como Jonay explota: "son todos unos egoístas, se merecen pasar hambre"

Los concursantes, impacientes por el inicio de El Debate, se dan los últimos retoques y aprovechan para ir al baño, ya que, una vez que comience, no quieren moverse del salón para no perderse ni un minuto de lo que suceda en la casa de Tres Cantos.

¿Y tú? ¿Estás listo para El Debate de esta noche?

¡Recuerda que arranca ya mismo en Telecinco y continuamos con el minuto a minuto!

Entonces Aroa recuerda las cámaras y exclama:

“¡Chicos! Se nos olvida que hay cámaras y alguien en el 24h estará viendo cómo decidimos hacer pactos de sangre”.

Y, efectivamente, aquí estamos nosotros, observando cómo el grupo se divierte fantaseando.

Paula, Mamadou, Aquilino y Aroa continúan con sus juegos interpretativos. Belén decide quedarse como una espectadora. Esta vez crean un mundo de ciencia ficción mágico poblado por vampiros y licántropos, donde firmarán un pacto de sangre entre los clanes. Cada uno elige un nombre para el juego:

Toda la casa se reúne en el salón para esperar el inicio del debate. Sin embargo, Paula, Mamadou, Aquilino y Aroa prefieren separarse y quedarse de charla. Juegan a imaginar cómo robarían el maletín de GH, y lo serio que se toma Aquilino el juego interpretativo desata las risas de los demás.

Los concursantes se reúnen para cenar antes de que comience El Debate. Como postre, Aquilino decide enseñarles su coreografía, pero al no poder poner música, canta la canción completa para que sus compañeros puedan disfrutar de toda la experiencia.

En el baño, se ponen a bailar y cantar. Todos comentan que Aroa parece una torera con la ropa que lleva.

Aquilino se empeña en enseñarles una coreografía, pero los demás se pican —en broma— porque no pueden seguirle el ritmo.

Cristian, Patricia y Lorena empiezan a hablar de lo que más ganas tienen de comer cuando salgan. Cristian sueña con un entrecot; Lorena, con una buena hamburguesa; y Patricia, con una pizza o pasta rellena.

Mientras mencionan distintos platos, Cristian no puede evitar soltar: “Se me está haciendo la boca agua”.

A la conversación en la habitación se suma José Manuel, y el tema vuelve a girar en torno a los porcentajes y las nominaciones. A todos les resultan muy extraños los porcentajes que obtuvieron Almudena y Diego.

Patricia cree que José Manuel y Edurne tuvieron un privilegio al poder salvar a alguien. José Manuel, por su parte, considera que el verdadero privilegio lo tuvo Patricia por haber estado en la pajarera.

Joon, Cristian, Lorena y Patricia conversan en la habitación sobre las nominaciones. Al hablar de Raúl, Lorena admite: “Nosotras pensamos muy mal de él. Me cae mal; prefiero observarle poco porque me cae mal.”

Cristian opina que para él es “un ente”, y explica que intenta interesarse por Raúl, pero le resulta muy aburrido: “Solo le gusta la gente que facilita la convivencia.”

Aroa y Aquilino bromean sobre los comentarios que hace Iñigo acerca de Edurne. Aquilino lo imita diciendo: “Buah, tío, es que no sé… Edurne y yo pasamos tanto tiempo juntos en la pajarera… El roce hace el cariño.”

Después pasan a imitar a Lorena: “Hemos cogido un cartón de leche… Yo no he bebido de esa leche. Yo tengo que decir que aquí alguien ha bebido leche. Dije que no iba a traicionar por la espalda… pero lo voy a hacer.”

Los dos terminan riéndose a carcajadas.

Iñigo está deseando que llegue el debate de hoy y que “la gente se dé de ver”, expresión que utiliza con total naturalidad. Está esperando que Patricia saque en el directo el comentario sobre “dar ejemplo” que él le soltó esta tarde.

Se justifica diciendo que él no tiene que dar ejemplo a nadie y que cada uno debería aplicarse el cuento. “Parece que hay temas de los que no se puede hablar”, añade con cierto fastidio.

Los trucos de belleza de José Manuel y Cristian incluyen un poco de rímel para cubrir las canas de la barba o un toque de laca para que, después de peinarla, no se deshaga, comentan mientras se atusan el vello facial.

En un momento dado, José Manuel se acerca a su compañero y le pregunta si se ha puesto rímel en las pestañas.

“Sí, un poco… ¿se nota?”, responde Cristian con una sonrisa tímida.

Jonay se queja en su habitación con Joon. Dice que él no es “el padre de nadie” y que está cansado de asumir ese papel mientras los demás se comportan de una manera tan inmadura. También intenta hablar con Joon para aclarar el tema de la leche.

Ninguno de los dos parece confiar ya demasiado en los demás, y ambos sienten que, a partir de ahora, las cosas deberían empezar a solucionarse de otra manera.

El vestidor se convierte en un karaoke multitudinario. Empiezan a cantar temas de Pimpinela y canciones de La La Love You; algunos lo hacen a viva voz y otros entre dientes, mientras ultiman las ondas del pelo o se anudan las botas. Mamadou, por su parte, ya ha escogido su outfit, combinado con una sobrecamisa blanca.

Aroa comenta que, si en algún momento pensó en irse, ya no. Dice que, aunque alguien de los suyos se haya marchado, ella no piensa irse “de ninguna manera”. Mientras habla, utiliza un envase para hacerse un eyeliner con una precisión impecable.

A su alrededor, los chicos que aún no se han duchado hacen cola, esperando su turno entre bostezos y comentarios sueltos.

Joon entra en el vestidor y se prueba varias chaquetas. Parece que muchas son de su gusto, porque posa con todas y se contonea delante del espejo mientras tararea canciones sencillas.

Mientras tanto, Desireé y Rocío se peinan juntas y celebran cuando la cámara gira por fin hacia ellas. “Por fin, hija”, dice una de las dos. “Qué bien que nos miras, que vamos a parecer unas extras”, bromea la otra.

Desireé, muy preocupada por sus medias y por el grano que le ha salido, comenta que tiene muchas palabras para referirse a esa protuberancia, como por ejemplo “zaparillo”. Se da prioridad para arreglarse ella primero y, cuando termine, ayudará a sus compañeros, a quienes ha propuesto hacerles unas ondas en el pelo.