Gran Hermano, en directo: los cuatro finalistas se preparan para la gran final de esta noche

El Súper pide a los finalistas que dejen sus maletas en el almacen y que todos pasen por el cambio de pilas. Cada vez queda menos para que de comienzo la gran final de la edición, ¿quién ganará? Rocío: "Esto ya se acaba, qué fuerte, pero para adelante con todo". Los finalistas cada vez se sienten más nerviosos e inquietos por el inicio de la gran final.

Cristian comenta que "ya lo tienen todo dicho" y que solo falta esperar la decisión de la audiencia. Raúl: "Estamos en silencio porque estamos expectantes por saber qué ocurrirá esta noche". Rocío asegura que ella ha sido ella misma en todo momento: "A mi se me tiene que notar que soy jerezana, andaluza, y que hablo con la 'c' y que soy como soy, como me habéis visto aquí". La jerezana decide tumbarse un rato en la cama para reposar los nervios antes de la gran final, y Raúl le acompaña, así como Quili y Cristian que también esperan el inicio de la gala en el sofá principal.

Aquilino decide vestirse al igual que sus compañeros y luce su esmoquin blanco con pedrería pleteada que va combinado con sus zapatos, los cuales lleva toda la semana customizando con piedrecitas blancas. Raúl, comenta: "¿De qué vas disfrazado Aquilino?", y él responde: "De ganador de 'GH'". Raúl sigue con sus bromas hasta el último momento, aunque a pocos de la casa le hacen gracias ya que Quili y Rocío, que son con los que habitualmente está de broma, se rien bastante poco. Los cuatro finalistas ya han dejado sus maletas en el almacen y sienten cada vez más nervios y tensión por la gran final de esta noche. ¿Quién será el ganador?

Cada vez falta menos para que de comienzo la gran final de 'GH 20', y los cuatro finalistas ya están casi listos. La peluquera y maquilladora ya ha abandonado la casa dejando a Rocío, Raúl, Cristian y Aquilino más guapos que en ninguna otra gala, y ellos, se sienten muy emocionados y nerviosos. Cristian ya luce su esmoquin de color azul noche y Raúl también se ha puesto el suyo en color negro y hecho a medida: "Te queda como un guante", le dice Cristian. Aquilino está planchando su camisa porque "es la final y tiene que quedar perfecta" y Rocío ya se ha puesto también su impresionante vestido de lentejuelas. A la misma vez, los cuatro finalistas van terminando de hacer sus maletas y de recoger sus objetos personales de la casa.

Rocío ya está lista y se siente muy feliz tras ver lo guapa que le ha dejado la maquilladora. Cristian dice que está despanpanante y que cuando se ponga el vestido va a ser increíble su look. Rocío pide consejo sobre qué pendientes y pulseras ponerse ya que su vestido en entero de lentejuelas negras y plateadas. Cristian le aconseja que se ponga complementos más discretos y sutiles ya que el vestido lleva mucho brillo, y así hace ella. Ahora es el turno del maquillaje de los chicos: Raúl es el primero en pasar por chapa y pintura, después ha cogido turno Cristian y para el final Aquilino. La maquilladora comenta que "siempre es mejor ir maquillado en televisión" porque las cámaras captan todos los detalles de la piel, y ellos se dejan maquillar como si fueran un lienzo en blanco. Cristian comenta: "A mi echame lo que quieras, que quedemos todos bien guapos".

Raúl, Cristian y Quili ya tienen el pelo listo y la peluquera empieza a maquillar a Rocío quien le asegura que quiere ir "espectacular". Ambas se ponen de de acuerdo en el color de las sombras de ojos y de los coloretes, y la maquilladora se pone manos a la obra. Mery dice que el vestido de Rocío es muy bonito y Cristian añade que "es precioso y que va a deslumbrar esta noche". Rocío: "Hombre se me tiene que ver, por eso llevo lentejuelas, que voy a estar rodeada de hombres vestidos de chaqueta".

Mery, la peluquera, termina de cortarle el pelo a Raúl, quien se mete directo en la ducha, y sigue con Aquilino que quiere "un buen corte de pelo". Quili decide raparse los lados para rebajar cantidad, y quiere que le corte las puntas de la zona de arriba para no tener tanto volumen en sus rizos. Quili: "También me voy a afeitar, y con el maquillaje que me vas a poner después... voy a ser otra persona". Rocío dice que quiere que le coja la última para que así le dure más el maquillaje y añade: "Vamos a salir de aquí todos guapísimos".

Los cuatro finalistas reciben la visita de Mery, la peluquera y maquilladora de 'GH' que les va a ayudar a prepararse para la gala final. Cristian y Rocío aseguran que están muy nerviosos tras su visita porque significa que cada vez queda menos. La peluquera propone empezar por los chicos, y Raúl es el primero en pelarse.

Rocío, Raúl y Cristian charlan en el sofá sobre la hora en la que deberían empezar a prepararse para la final. Rocío comenta que siempre meten a una maquilladora en la casa para ayudarles a estar perfectos. Rocío propone meterse en el jacuzzi por última vez pero a ninguno de sus compañeros les convence la idea, y Raúl comenta: "Desde que me metí ahí no he dejado de tener picores, ese agua tiene mucho cloro, yo no me vuelvo a meter más".

Buenas tardes, soy Berto González y relevo por última vez a mi compañera Ada con el minutado, al menos por el momento. Quién sabe si en el futuro nos volveremos a leer. Personalmente, espero que así sea, y que este formato vuelva a estar vivo como el primer día. De momento, vamos a vivir de primera mano cómo es la última tarde de los finalistas en la casa de 'Gran Hermano 20' ante la inminente gran final de esta noche. Rocío, Raúl, Cristian y Aquilino tienen los nervios a flor de piel. Rocío y Cristian limpian la cocina a fondo ya que apenas van a cocinar en estas últimas horas de concurso, y Aquilino y Raúl se prueban sus emoquines para esta noche: el primero luce un esmoquin de color blanco ajustado combinado con los zapatos que ha venido customizando estos días de brillos plateados, y Raúl luce un esmoquin negro hecho a medida.

Esto se termina, lo mismo que el año que nos deja. Los cuatro finalistas comen caracolillos con chorizo como si fuera un día cualquiera. Pero en seis horas van a tener la adrenalina por las nubes. Rocío hace planes de fiesta para después de la gala final. Cristian no lo ve tan claro: "primero veo a mi familia". Y además mañana a la una va a recoger a su niña al cole. Como si fuera otro día cualquiera.

Yo le paso el minutado a Berto. Mañana no hay más. Quizás otro día.

Rocío se ha tumbado en el vestidor con la sudadera de Juanma tapándole la cabeza. Llega Raúl preguntando por las americanas, que están en un armario. Luego coge la sudadera de la cabeza de Rocío y mientras se la pone, Rocío le persigue: "¡dame la sudadera de Juama!", pide. Raúl le dice que hay que devolverla y Rocío decide que se la devuelve ella. Raúl la chincha y le dice que ya se la devuelve él y con estas, llegan hasta la cocina. "Ya te he dado la colonia de Juanma, que esa me la dio a mí", le recuerda Raúl y le concede que si sirve la comida, le da también la sudadera.

Rocío sirve la pasta que ha hecho y se sientan a comer.

Raúl le pide a Rocío si puede mirar en los armarios de otros compañeros, a ver si aparecen las americanas verdes de navidad, que no las encuentra por ninguna parte. Pero de camino al vestidor, Cristian le pide ayuda en el baño. Está poniendo con esmalte de uñas las iniciales de todos sus compañeros de la casita en el abanico que le va a regalar a La Jose, pero le faltan tres. "Me van a matar", dice Cristian. Rocío se da cuenta de que uno de los que faltan es el propio Cristian. Otra persona era Livia. Y la tercera no le sale y le pide por favor, que le perdone.

Hay más regalos por ahí. Resulta que Rocío tiene unos calzoncillos de Raúl y le dice él que se los puede poner si quiere en la cabeza. "Si quieres yo te doy un tanga", Rocío, equitativa ella. Pero Raúl rehusa. "Yo tengo la colonia del Juanma, que es más importante", le chicha ella después.

Hay un abanico rosa y Cristian busca a su dueño, que no aparece. "¿De quién es este abanico? ¿Es de alguien este abanico?", nadie lo reconoce ni como suyo ni como de nadie más. "Es que si no es de nadie, se lo quiero regalar a una persona", dice Cristian. "Pues regálaselo", Aquilino cree que eso vino en alguna fiesta. "Conozco a una persona que le encantan los abanicos", Cristian sigue sin desvelar. "A la Jose", y desvela. Y como nadie ha reclamado el abanico, Cristian se lo lleva a la Jose.

Tiene una varilla despegada y Cristian le pide a Aquilino un poco de su pegamento.

Cristian saca unos pantalones del armario: "Mira, Raúl, estos son los primeros pantalones anchos con los que yo empecé". Le dice que él era de llevar sólo pitillos y que no se ponía unos anchos ni de broma. Pero un día se atrevió con esos y ya se ha pasado a los anchos. Contado esto, se los regala a Raúl. Y Raúl, aunque ha empezado diciendo que él no se pasa a los anchos, acepta: "venga, vale, les daré una oportunidad".

"Ya tenéis todos algo mío", termina Cristian.