Gran HermanoAl minuto

Gran Hermano, en directo: Cristian le regala unos pantalones a Raúl

Un regalo para Raúl
GH 20 en directo. Mediaset Infinity
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Se acerca la noche de la gran final y puede que eso convierta hoy en el día más largo. Sí, la medición del tiempo en un reloj será la misma, pero los relojes no construyen realidad. Las ideas saben hacerlo mejor y la espera y la emoción ante lo que viene bien pueden convertir cada minuto en un mundo. Los cuatro finalistas viven los últimos días a su manera. Aquilino canta y reza y se despide de la casa junto con Cristian, que también se le escapan lágrimas. Rocío se llena de recuerdos y Raúl le toma el pelo, que no es mala manera de pasar el tiempo si se ríen los dos. Toda la calma que parecen tener se pondrá esta noche patas arriba. Vienen visitas de familiares, mensajes de apoyo, vídeos de su paso por el concurso y hasta declaraciones de amor, he leído por ahí. Además, el Super les concederá tres deseos, al más puro estilo mago de Oz. Aunque hay una regla que precede siempre a cualquier deseo... cuidado, que se pueden cumplir. Todo apunta a que esta noche se concederá al menos uno. Mientras tanto, conectamos con la casa.

Hasta aquí por hoy

Esto se termina, lo mismo que el año que nos deja. Los cuatro finalistas comen caracolillos con chorizo como si fuera un día cualquiera. Pero en seis horas van a tener la adrenalina por las nubes. Rocío hace planes de fiesta para después de la gala final. Cristian no lo ve tan claro: "primero veo a mi familia". Y además mañana a la una va a recoger a su niña al cole. Como si fuera otro día cualquiera.

Los cuatro finalistas comiendo

Yo le paso el minutado a Berto. Mañana no hay más. Quizás otro día.

La sudadera de Juanma

Rocío se ha tumbado en el vestidor con la sudadera de Juanma tapándole la cabeza. Llega Raúl preguntando por las americanas, que están en un armario. Luego coge la sudadera de la cabeza de Rocío y mientras se la pone, Rocío le persigue: "¡dame la sudadera de Juama!", pide. Raúl le dice que hay que devolverla y Rocío decide que se la devuelve ella. Raúl la chincha y le dice que ya se la devuelve él y con estas, llegan hasta la cocina. "Ya te he dado la colonia de Juanma, que esa me la dio a mí", le recuerda Raúl y le concede que si sirve la comida, le da también la sudadera.

Rocío sirve la pasta que ha hecho y se sientan a comer.

Faltan tres

Raúl le pide a Rocío si puede mirar en los armarios de otros compañeros, a ver si aparecen las americanas verdes de navidad, que no las encuentra por ninguna parte. Pero de camino al vestidor, Cristian le pide ayuda en el baño. Está poniendo con esmalte de uñas las iniciales de todos sus compañeros de la casita en el abanico que le va a regalar a La Jose, pero le faltan tres. "Me van a matar", dice Cristian. Rocío se da cuenta de que uno de los que faltan es el propio Cristian. Otra persona era Livia. Y la tercera no le sale y le pide por favor, que le perdone.

"La colonia del Juanma"

Hay más regalos por ahí. Resulta que Rocío tiene unos calzoncillos de Raúl y le dice él que se los puede poner si quiere en la cabeza. "Si quieres yo te doy un tanga", Rocío, equitativa ella. Pero Raúl rehusa. "Yo tengo la colonia del Juanma, que es más importante", le chicha ella después.

Y un abanico para...

Hay un abanico rosa y Cristian busca a su dueño, que no aparece. "¿De quién es este abanico? ¿Es de alguien este abanico?", nadie lo reconoce ni como suyo ni como de nadie más. "Es que si no es de nadie, se lo quiero regalar a una persona", dice Cristian. "Pues regálaselo", Aquilino cree que eso vino en alguna fiesta. "Conozco a una persona que le encantan los abanicos", Cristian sigue sin desvelar. "A la Jose", y desvela. Y como nadie ha reclamado el abanico, Cristian se lo lleva a la Jose.

El abanico

Tiene una varilla despegada y Cristian le pide a Aquilino un poco de su pegamento.

Un ragalo para cada uno

Cristian saca unos pantalones del armario: "Mira, Raúl, estos son los primeros pantalones anchos con los que yo empecé". Le dice que él era de llevar sólo pitillos y que no se ponía unos anchos ni de broma. Pero un día se atrevió con esos y ya se ha pasado a los anchos. Contado esto, se los regala a Raúl. Y Raúl, aunque ha empezado diciendo que él no se pasa a los anchos, acepta: "venga, vale, les daré una oportunidad".

Un regalo para Raúl

"Ya tenéis todos algo mío", termina Cristian.

"Ropa y cosas para la casa"

Cristian y Rocío se van al vestidor con Aquilino, que le da los últimos toques a sus zapatos decorados con brillos. Hablan de compras por internet y dice Rocío que ella se gasta mucho en ropa y cosas para la casa. La cifra les tiene a Aquilino y a Cristian a punto de un paro cardíaco. Cuando lo superan, aún tienen agallas de volverle a preguntar qué son "cosas para la casa".

El Super les hace volver al latido estándar. Las maletas están en el almacén. "Se acabó el viaje", bromea Cristian.

Tu concurso

Cristian y Raúl se quedan a solas. "¿Habrá más preguntitas incómodas esta noche?", pregunta Cristian. "Pues claro", Raúl no lo duda. Tampoco parece temerlo en absoluto: "te van a sacar, pues tu concurso, qué va a ser", dice y vuelve a perder la mirada, esta vez en un punto más cercano.

Tu concurso

"Mi novio nuevo, el cantate"

Rocío se va a hacer compañía a Raúl, que sigue mirando hacia la ventana con aire pensativo. Rocío tiene ganas de fiesta, con Aroa también. "Con Aroa me voy a pegar unas fiestas por allí, la Aroa está to' loca", se imagina. Y hasta dice que va a ir a ver a Jonay a Canarias. "No me apetece mucho una fiesta con la Aroa", comenta Raúl sin apartar la mirada de la ventana.

Raúl y la ventana

Cristian se tumba con ellos y propone Madrid. "Claro, a ti te viene bien", observa Rocío. Cristian busca quién más vive en Madrid. "Mi novio nuevo, el cantante", Rocío ya se ha autoagenciado a Álvaro García. Después de la visita de ayer y cantarles en directo, la tiene hechizada.

Rocío

"A quien más cerca tengo es a ti, Raúl", Cristian sigue con su epicentro en Madrid. "A Diego. Diego es de Madrid", le propone Raúl. Antes de que Cristian conteste, Rocío le recuerda que Jerez lo tiene a cuatro horas en tren.

Soriano

Raúl espera. En silencio y a solas. Una luz en lo alto de un árbol y la nieve cayendo son el escenario del rubio de las tierras frías. Tiene que hacer un frío en Soria ahora mismo...

Castellano

La primera y la última

Rocío y Cristian se quedan solos en la mesa del desayuno. Le comenta Cristian que Joon y él se preguntaban si alguna vez llegarían a la casa y así fue. "Mira que yo me adapto a todo, pero en el oasis lo pasé mal", confiesa Rocío. Le dice que fue la primera en entrar en la casa (junto a Desirée) y va a ser la última en salir. "Lo que pasa que en medio me llevaron al oasis", no se le olvida a Rocío lo del oasis.

El último desayuno

En cuanto a la primera en llegar y la última en irse es justo lo contrario a la regla de la buena escena: entrar tarde y salir pronto.

Pavo de sobra

Quitando a Raúl, que pregunta si hay tomate, si hay leche y si se ha dejado el Super el altavoz de la música encendido, en la cocina hay poca conversación. Algún "qué fuerte" de Rocío y bastante silencio.

Aquilino prueba a sacar carta comodín: "qué bien, que vamos a pasar las Navidades con nuestras familias". Rocío responde mentando la gran fiesta que le va a hacer su gente. Raúl mastica su bocadillo y Cristian se hace el suyo con pavo a gusto. A nadie le importa ya cuántas lonchas se coma.

El desayuno de Cristian

Aquilino sale al jardín. Un poco de fresco y luz natural. Sorprendido, divisa cuatro águilas en el cielo. "Como los cuatro finalistas", dice en voz alta.

Aquilino ve a los cuatro

Eso de insistir...

Aquilino se imagina en voz alta cómo será la gala de hoy. Visualiza entrevistas y todo. Pero dice que de lo que más ganas tiene él es ver a su familia y le sigue un "qué fuerte que estemos aquí".

"¿A quién te gustaría ver en plató?", le pregunta Rocío aunque Aquilino ya lo había dicho él solo. "A mi familia", responde él. "¿A quién más?", insiste Rocío. "A mis amigos", sigue él. "¿Y a quién más?", la insistencia siempre es sospechosa. Pero Aquilino también insiste y en respuesta nombra familiares y amigos. Si Rocío buscaba otra cosa, no la ha encontrado. Si insistía por deporte, tampoco.

Pensando en maletas

Hoy toca hacerse la maleta. Raúl no encuentra sus zapatillas y Rocío calcula que va a necesitar entre dos o tres días para hacerse la suya. Tiempo que no tiene. De momento se seca el pelo y ya tiene algunos planes más: "hoy sí que me voy a dar el aceite íntimo, ¿no?". Aquilino decora la escena con cánticos de Mónica Naranjo. Y Cristian se da cremitas.

Arriba

Música y luz en el dormitorio langosta. A Cristian no se le pegan las sábanas. No se puede decir lo mismo del resto. Incluso de Rocío que, aunque se ha sentado en la cama, resopla mientras desenreda el cable del micro.

Poco a poco

El Super da los buenos días y cambia el ritmo de la música. Ahora sí, consigue que las mantas se despeguen.

Todavía

La casa en blanco y negro.

Y seguimos

Todos dormidos.

Empezamos

Buenos días! Aquí Ada en blanco y negro. Los cuatro finalistas dormidos de momento.