Jorge Javier Vázquez quería explicar en primera persona lo que ocurrió en el reestreno de la obra que produce, ‘Miguel de Molina al desnudo’. “Nosotros, con mucha antelación, bloqueamos 150 entradas para los invitados”, explicaba el presentador pero narraba que, cuando llegó al Teatro Infanta Isabel, encontró a mucha gente quejándose: “Me entero de que esas 150 entradas han sido vendidas, con lo cual la gente que ha pagado su entrada se encuentra que está siendo ocupada por gente con invitación”.
“Se produjeron momentos muy desagradables, los ánimos estaban muy caldeados, entiendo todo lo que sucedió ayer”, narraba el presentador, que estaba afectado: “Me ha pillado en un momento de presión y me ha dado un bajón terrible”. Entendía que la gente dirigiera su enfado contra él dado que es la cara conocida, pero añadía: “Lo que no me gusta es que en este país se está creando el concepto de que todo el mundo roba”, decía.
“Me llamaban ladrón, me decían 'has organizado esto fatal', 'has vendido más entradas para llevarte más dinero'…”, a tanto llegó el enfado que a la jefa de sala “le dio lo más cercano a un ataque de ansiedad, le habían tirado de los pelos”.
Por ello, se vio obligado a subir al escenario y explicar al público lo sucedido: “Soy la cara que toda esta gente conoce y cuento, tenía apuro porque yo no era el responsable, lo que pude hacer es que todos mis invitados dejen sus sitios y que dejemos sentar a los que hayan pagado”.
En opinión del presentador, existe “una crispación brutal” que se traslada a cualquier tipo de situación, pedía a los espectadores que entendieran que lo sucedido fue fruto de un error y decía: “El responsable es una persona que se equivocó y todo el mundo nos equivocamos”.
También agradecía a las personas del público que le apoyaron, pero sobre todo, porque una vez que comenzó la obra se olvidaron de lo sucedido y el teatro acabó en pie aplaudiendo.