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Kiko Hernández no quería que ningún miembro de su familia estuviera en televisión y, aunque el programa le gastó un par de bromas en ese sentido, finalmente su sorpresa fue más directa a la cartera. Ion Arimendi le 'secuestraba' y, con los ojos tapados con un antifaz, le llevaba hasta la Fnac en Madrid. Allí, el colaborador tuvo que buscar a Jorge Javier Vázquez y, cuando le vio a través de la pantalla, comenzó una singular carrera: tenía dos minutos para gastar 2.000 euros y sólo una condición, no podía gastar ni un céntimo más. Si se pasaba de esta cifra, perdería todo lo que hubiera escogido. El colaborador comenzó a coger objetos... pero rectficó a tiempo y cogió solo uno, eso sí, de 1.999 euros.









