Kiko Matamoros responde a las palabras de su hija Laura en ‘GH VIP’, que aunque dice que prefiere recuperar la relación con su padre antes que ganar el concurso, también asegura que se sintió “dolida” y “utilizada” por la visita que recibió de Kiko en la casa de Guadalix de la Sierra.
Ante sus palabras, el colaborador de 'Sálvame' reconocía haber escuchado “cosas feas” pero prefería no abordarlas: “Ni voy a entrar ni voy a salir, me da igual”. El colaborador es consciente de que su hija está en la recta final concurso y decía: “Espero que gane y nada más”.
Los colaboradores le pedían que se quedara con “lo positivo” de las palabras de su hija pero él matizaba que tanto si habla como si da un abrazo entienden que hace “daño”. Por ello, cree que “cualquier manifestación” ya sea en un sentido o en otro, siempre es “contraproducente” con lo que concluye que lo mejor para su hija es que esté “callado”.
Explicaba que, tras la gala, empezó a cuestionarse si acudir o no a plató el día que acabe el concurso para recibir a su hija. Valora si Laura o sus hermanos se sentiría incómodos, si puede ser “nocivo” para él y también cómo puede interpretarse desde fuera.
Mila Ximénez le recomendaba que no acudiera a plató, que se quedara en una sala VIP y pidiera que alguien le preguntara a su hija si quería verle. Sin embargo, él dudaba: “Honestamente, no me da vergüenza decirlo, tengo miedo al rechazo”.
El colaborador no podía evitar emocionarse y explicaba que poco tiempo después de su visita a Guadalix de la Sierra “sabía que la idea que me había fabricado yo era un poco absurda. Y le doy muchas vueltas”.