“Al principio iba con muletas y haciendo un papel, a la semana iba ya muy rápido”, nos ha contado Juan Manuel. Es más, nos dice que Julián bajaba las escaleras “muy rápido” de la celda porque en el comedor no había sitio para todos: “Había gente que le decía: ‘¡Que se le han olvidado a usted las muletas!” Según Juan Manuel, tenía una actitud cuando se sentía en confianza y otra cuando estaba vigilado: “En el momento en que salía al patio, que le podían ver los funcionarios, ya se ponía él a hacer su papel”.
Alguna vez coincidió con él en la mesa, y les contaba cosas de los juicios a los que asistía: “nos decía que cuando se cansaba de hacer el papel, pues le decía que no escuchaba bien. Se cachondeaba del juez como quería”.
También nos ha transmitido que el exalcalde hacía alusiones a Isabel Pantoja, quien fuera su pareja: “Decía ‘la hija de la… de la Pantoja, que me ha buscado la ruina”, además de dedicarle algún que otro adjetivo.
También nos ha contado la forma en que, afirma, conseguía los permisos para salir del centro: “Se ponía todas las mañanas a hacer flexiones, hasta que abría la puerta. En ese momento se iba para abajo para que le tomaran la tensión, le notaban que estaba un poco alterado y de ahí le daban el paso y salía”. Además nos ha contado que hablaba mucho con una enfermera: “Cada vez que salía de la consulta de hablar con la enfermera, tenía un permiso para salir a la calle, al médico”.
“¿No estaba tan mal como aparentaba?”, le preguntaban y, riendo, Juan Manuel respondía: “¿Mal? ¡Ese está mejor que yo!”