Diego está deseando que llegue el día de su boda con Estela. Le va a llevar al altar su hermana Laura porque es la más afín a él y confirma que su madre les verá de cerca, pero no así su padre, Kiko. A lo largo de los años, padre e hijo han protagonizado múltiples polémicas mediáticas que afectaron (y mucho) a su relación, desencuentros que incluían a la mujer de Kiko, Makoke, y a la propia Laura Matamoros.
La disputa desapareció de la televisión, pero lejos de los platós, Diego y Kiko no se han acercado. Por el momento, parece que no va a asistir al enlace, pero Diego cree que todavía hay alguna posibilidad: “la respuesta que tengo es que no, pero no lo sé, le di otra oportunidad de que se lo pensase, es mi padre y creo que debería estar, pero la decisión es suya”.
Sin embargo, este comentario ha molestado mucho a Kiko. El colaborador había dicho que no tiene nada decidido, pero explica que comentarios como este no ayudan: “Se lo voy a decir con respeto a mi hijo pero con tristeza, no me das oportunidades, quédate con eso, aquí las oportunidades me parece que quien las ha dado, he sido yo”. “Si tienes que darme oportunidades, como tú dices, me las das en privado”, ha continuado Kiko, poniéndose serio: “No me mandes esos mensajes en público porque al primero a quien no le hace ningún favor es a ti”.
Kiko cree que su hijo tiene “dificultad” para comprender “el calado del problema” y deja caer que esta no es la forma más respetuosa de dirigirse a un padre. El colaborador de ‘Sálvame’ se queja de llevar mucho tiempo recibiendo “tiritos” de su hijo pero confiesa que ha llegado un punto en el que ha sustituido “la ira por la pena”.
“Creo que el que ha pegado duro desde un principio ha sido él”, ha continuado Kiko, que se arrepiente de muchas cosas, como de la dura carta que leyó a su hijo en directo, pero también cree que a partir de ahí ha intentado solucionarlo. Por ello, el colaborador aún no ha decidido si irá o no a la boda Cree que tome la decisión que tome herirá a alguien o será criticado, por lo que esperará hasta el último momento: “Estoy entre la espada y la pared”.