El pequeño Archie, hijo de Meghan y Harry, ha sido bautizado en el Castillo de Windsor, mismo lugar donde sus padres se dieron el sí quiero hace más de un año. El bautizo se ha celebrado de una forma sencilla y privada pues solo invitaron a 25 personas, los más allegados incluyendo a los duques de Cambridge. En una ceremonia religiosa, Archie ha recibido el primer contacto con la Iglesia con tan solo dos meses de vida.
Las imágenes compartidas por la Casa Real dejan ver la prenda elegida para el pequeño, es una réplica exacta al que llevó el príncipe Guillermo o la reina de Isabel II. La gran ausencia de la velada ha sido la reina Isabel II, que no pudo asistir tras tener un compromiso desde antes de la anunciación del bautizo.