Una vecina conflictiva amenaza a nuestra reportera: "Voy a tiraros un cubo de agua"

El equipo de 'El Programa de Ana Rosa' se ha desplazado a Torremolinos, Málaga, donde ha sido amenazado por una vecina conflictiva del barrio. Paulo lleva años recibiendo amenazas de la mujer y cree que todo viene a raíz de su condición sexual.

"Empezó primero con una manía con Juan, mi socio al cual insultaba y llamaba "maricón, viejo... de todo. Ahora ya hemos llegado a un punto que es a mí", comenzaba Paulo. Durante la entrevista, la vecina gritaba insultos y amenazas desde el balcón.

La reportera del programa ha intentado hablar con la vecina, pero solo ha recibido amenazadas por su parte: "¡No me grabéis! ¡Qué te grabes los h****s tuyos! ¡Las miserias tuyas tienes que grabarte! Mira, voy a tirar un cubo de agua, eso te lo juro por Dios. Ya lo sabes. Te tenía que echar el Ayuntamiento de aquí, hombre".

Más tarde, el equipo se ha acercado al piso para intentar hablar con ella: "¡Fuera de aquí! Ahora viene la policía y te voy a denunciar a ti. Me estás molestando, que lo sepas ¡Qué te marches! Que tú ya sabes el motivo. No te abro la puerta porque va a venir ahora la policía, van a poner orden aquí y te voy a denunciar", ha gritado la vecina.

Paulo: " Agarró una planta y me pegó con ella"

Al parecer, la mujer tiene problemas psicológicos pero no toma ningún tratamiento. Paulo la denunció y la sentencia se limitó a una multa de 120 euros y dos metros de alejamiento que se salta desde el primer momento. "Tengo una lista de cosas que se iba saltando. La orden de alejamiento, va gritando...", agregaba Paulo.

La vecina los ha lanzado objetos varias veces: "El lunes es cuando se pasó. Agarró una planta y me pegó con ella, me lanzó comida de gato y yo me puse muy nervioso porque llegados a este punto ya ha pasado todos los límites. Yo empatizo con que es una señora que no está bien, pero no tengo que aguantar esto. Tiene un hijo, a ver si lo ve y la llevan a un medico. Tiene Diógenes e insulta a todo el mundo", explicaba Paulo.

Antes de finalizar, Paulo añadía que antes su negocio iba mejor, pero ahora nadie se quiere sentar en la terraza por miedo:" No se puede vivir con tranquilidad. He pensado en marcharme. Antes la terraza funcionaba muy bien y ahora nadie se quiere sentar".