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Drogas

Pide perdón a su madre tras confesar cómo la droga “destrozó” a su familia: comenzó a consumir con 13 años y sobrevivió a ocho sobredosis

Alejandro, junto a su madre, en 'El diario de Jorge'
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El plató de ‘El Diario de Jorge’ vivió este martes una de sus tardes más sobrecogedoras con el testimonio de Alejandro, un joven que empezó a consumir drogas cuando solo tenía 13 años y que arrastró a su familia a un infierno que él mismo describe como “oscuro, cruel y devastador”.

Tras años de adicción, ocho sobredosis y seis meses viviendo en la calle, el invitado llegó al programa para enfrentarse a su pasado, reconocer el daño causado y pedir perdón a la mujer que nunca se rindió: su madre.

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Alejandro relató a Jorge Javier las primeras reacciones de sus padres al descubrir su adicción: “Lloraron los dos, de impotencia. No entendían cómo un niño criado con amor y comodidades podía caer en algo tan terrible”.

A lo largo de su relato, revivió episodios extremos: ingresos hospitalarios, deudas con camellos, robos, una pistola en la boca y un deterioro físico que le impedía incluso reconocerse frente a un espejo. “Yo me odiaba a mí mismo. Solo quería morirme. La droga me había anulado por completo”, confesó con crudeza.

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La decisión más dura de una madre

Uno de los momentos más impactantes del testimonio llegó cuando Alejandro recordó el instante en el que sus padres, por consejo de un profesional, se vieron obligados a echarlo de casa. “Era el último recurso para salvarme la vida”, explicó. “Mi madre me dijo: o la droga o nosotros. Y yo, con mi ego, pensé que volvería en dos días. Pero ya no pude volver más”.

Ese gesto, que él llama ahora “amor duro”, lo empujó a tocar fondo. Seis meses de calle total, durmiendo donde podía, sin comer, delinquiendo para sobrevivir. “Por la mañana, cuando se me pasaba el efecto, veía que estaba solo en la calle por culpa de la droga… y eso dolía más que cualquier mono”.

Nueve años en abstinencia y una deuda emocional

Con la voz quebrada, Alejandro reconoció que su madre fue la verdadera responsable de su recuperación. “Primero me dio la vida y luego me la volvió a dar. Combatió mi adicción con una fuerza increíble”. Por eso, pidió al programa reencontrarse con ella para pedirle perdón mirándola a los ojos.

La madre, que había estado escuchando cada palabra desde una salita anexa, entró al plató entre un silencio absoluto del público. Al verlo, solo pudo decir: “Aquí contigo estoy muy bien”. Visiblemente emocionada, confesó que durante aquellos años temió por su vida: “Dudas tuve muchísimas. Mucho dolor, mucha tristeza… y muchas lágrimas”.