Junto con los concursantes del programa, Paco Torreblanca fue uno de los grandes protagonistas de ‘Deja sitio para el postre’, la competición de repostería que presentaba Raquel Sánchez Silva en Cuatro Y no era para menos, porque además de demostrarnos sus habilidades con los dulces, también nos dejó ver su lado más natural y humano.
Le vimos enseñando sus técnicas magistrales a los alumnos de la ‘Academia del gusto’ y cocinar junto a su hijo Jacob en alguna que otra ocasión. Pero lo que verdaderamente nos emocionó de él fue verle hablar de cómo descubrió su vocación de repostero. “Cuando entré en el obrador de Jean Millet y vi torres de ‘petit choux’ era todo un sueño” explicaba el repostero. “Cada día que entraba allí me faltaban ojos para ver, aquello fue lo que realmente cambió mi vida” y añadió: “yo podría haber sido cualquier otra cosa, pero cuando vi aquello dije: yo tengo que ser repostero”.
Paco Torreblanca fue el encargado de tomar algunas de las decisiones más importantes en ‘Deja sitio para el postre’. Fueron 3.000 las personas que se presentaron al casting y fue el repostero el que eligió a los que entraban a formarse en la ‘Academia del gusto’. Y no solo eso, él se encargó de coronar a David como vencedor del concurso y de darle su premio de 30.000 euros y un curso en su academia valorado en 15.000 euros.