El agua del río Fardes en Granada hace años que dejó de ser cristalina, lo que era un auténtico paraíso para sus vecinos se ha convertido en un río lleno de sangre y vísceras de color rojo intenso. Sus vecinos están convencidos de que la responsable es una empresa de pollos afincada en la zona y llevan años denunciando la situación.
Hasta la creación del matadero, los vecinos del pueblo aseguran que el río Fardes a su paso por Bejarín (Granada) era un paraíso en el que pescaban y se bañaban cada verano, pero en este momento es un lugar tóxico y en el que ya no quedan ni cangrejos ni peces ni ningún animal con vida. Se ha convertido en un lugar muy desagradable en el que un matadero de pollo de la zona vierte sangre y vísceras de los animales. Los vecinos del pueblo están divididos porque la empresa produce casi 1.000 puestos de trabajo para los vecinos y asegura que no son los responsables del desastre natural.
“Esos vertidos se vienen produciendo desde hace varios años”, asegura un vecino del pueblo que ha visto llegar la sangre hasta la puerta de su casa y que en el 2015 interpuso una denuncia contra la empresa, pero siete años después no ha tenido ningún resultado. El responsable de la empresa, a quién solo pudo conocer en conversación telefónica, le dijo que tenía que ser daltónico y no veía bien el color del agua. Asegura que el “olor es insoportable y la proliferación de mosquitos”.
Tienen la esperanza de recuperar el agua del río con ayuda de los profesionales porque en este momento el río está contaminado y la fauna ha desaparecido por completo.