Cada viernes el polígono industrial abandonado de Vío en A Coruña se convierte en el escenario de carreras ilegales de coches que se han convertido en una auténtica pesadilla para los vecinos de la localidad. Pero contra todo pronóstico, son los pilotos de estas carreras ilegales los que han convocado una manifestación para reivindicar sus derechos.
Verónica Dulanto ha conectado en directo con Chemi, piloto de estas carretas ilegales y con Manuel Francisco Méndez, uno de los vecinos afectados para conocer las dos versiones de un problema que lleva años causando malestar en el barrio. El piloto ha sido el primer en tomar la palabra y ha explicado que ellos no han organizado una protesta para que es les dé un polígono como se está diciendo, ellos lo único que quieren “es que no se nos vea como criminales, como se nos está poniendo… Es una afición como otra cualquiera, hay gente a la que le gusta ir los domingos al fútbol, el tenis o el baloncesto… yo entiendo esa afición y no entiendo por qué a la gente no el gustan los rallies, la emoción… Nosotros no queremos un polígono ni que nos dejen correr en las calles, lo que queremos en Galicia y en Asturias, es que nos respeten”.
Él entiende el enfado de los vecinos, pero asegura que los amantes del motor no molestan y que las carreras ilegales y el peligro viene de mano de los nacidos después de 2001 “Nuestra afición en el mundo del motor es quedar unos colegas que de 10 acabamos siendo 100, pero no hacemos daño a nadie. Estamos todos juntos charlando y muchas veces no hay carreras, hace poco vino la policía y estábamos sentados comiendo pipas”.
Manuel Francisco Méndez, vecino afectado, le ha escuchado atentamente y ha explicado cuál es su situación “Enfrente de nuestro barrio hay una serie de carreras, legales o no legales, que molestan a los vecinos. Comenzó como una cosa aislada, quedaban una o dos veces al mes, pero después de la pandemia las quedadas son todos los fines de semana y hasta altas horas de la madrugada… Nuestro barrio se ha convertido en un Jarama… Practican en un polígono abandonado, las carreteras no están adaptadas, los vehículos no son autorizados… y puede existir algún peligro…”.
Argumentos ante los que Chemi se ha mantenido en su línea “No buscamos hacer daño a nadie, nosotros lo que pedimos es que no nos traten de delincuentes”.