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La factura de las pensiones cae por primera vez desde que existen registros. Es un hecho insólito, como ha explicado Javier Ruiz en ‘Ya es mediodía’. Hay dos causas principales:
La primera, que el índice de letalidad del coronavirus en los mayores es muy elevado. En los mayores de 90 años es casi del 25%. Entre 90 y 80 años, del 24%. Entre 70 y 19, del 14%.
La segunda, que ha habido menos altas de pensiones. Debido al confinamiento y al estado de alarma, las oficinas de la Seguridad Social han cerrado y los mayores tienen que hacer los trámites ya no de forma presencial, sino telemática. Esto supone que muchas de esas personas, que no saben o no quieren hacer las gestiones por Internet, hayan decidido posponerlas hasta que puedan volver a acudir a las oficinas.
Javier Ruiz ha destacado que en los más mayores reside uno de los grandes ‘peros’ de la gestión del coronavirus. Muchas de esas personas vivían en residencias de mayores, donde el coronavirus ha sido especialmente letal. “El Gobierno y las Comunidades llevan aproximadamente un mes y medio retrasando la publicación de un informe sobre las residencias de mayores”, ha explicado. Parece que hasta después de la fase 3 no se hará público.
El COVID-19 se ha cobrado la vida de más de 15.000 ancianos que vivían en residencias de mayores. Esta espeluznante circunstancia fue calificada de “vergüenza” por Javier Ruiz hace varios días en ‘Ya es mediodía’. En su opinión, es lo peor de la gestión de la crisis y lo primero que habrá que analizar cuando se supere, para no volver a cometer los mismos errores.
En opinión del periodista, hay tres aspectos básicos sobre los que hay que reflexionar:
En primer lugar, los recortes. Se han metido importantes tijeretazos en este sector y la crisis del coronavirus ha dejado al descubierto sus deficiencias. “Se ha metido la tijera en la gente más débil, más mayor y que ya ha pagado todas las deudas que tenía con el estado durante toda su vida tributaria. No lo merecen”, aseveró Ruiz.
En segundo lugar, las privatizaciones, que han buscado sacar “demasiado margen”.
En tercer lugar, las prácticas llevadas a cabo en algunas residencias, a las que define como “verdaderas casas de los horrores”.