La noticia de la entrada en la cárcel de Iñaki Urdangarin el pasado 18 de junio fue relevante por dos motivos: por la condena en sí - con el añadido de seguir siendo un miembro de la Casa Real- y por el estilo de encarcelamiento que eligió él mismo de manera voluntaria. Las palabras "solo", "privado" y "aislado" se han repetido en los titulares pues, para el ciudadano común, parace doblemente duro el hecho de vivir encerrado y, además, no tener la posibilidad de hablar con nadie o, por lo menos, con nadie que se encuentre en una situación similar.
"No va a estar del todo solo"
Sin embargo, aunque muchos nos hayamos imaginado al pobre Urdangarin jugando a la pelota consigo mismo en su triste patio particular, lo cierto es que no estará tan solo como podemos pensar. "Tendrá contacto con los funcionarios de la galería, que son quienes controlan el patio, salidas y entradas del módulo y son el primer contacto que tiene el preso dentro de prisión para solicitar instancias y demás requerimientos. Asimismo, también tendrá o debería tener la atención puntual del educador, trabajador social, jurista, psicólogo y médico, en el caso de que lo necesitara. Al menos, éste es el procedimiento habitual de una persona que se encuentra condenada", nos explica la psicóloga de prisiones.
Además, recalca, no perederá el contacto con la familia ya que "dispondrá de 5 minutos como máximo de llamadas diarias, una comunicación de 20 minutos a la semana y hasta un máximo de 6 horas en un vis a vis de forma mensual", siempre y cuando se siga el reglamento penitenciario general.
"Hay que recordar que los presos tienen televisión"
Aun siendo así - un régimen no tan hermético como parece- no es el modelo de vida que suele elegirse dentro de una cárcel. Sólo Luis Roldán hizo algo parecido y la pregunta que nos asalta es qué lleva a un preso a tomar esta opción. "Que un preso de las características de Urdangarin conviva con delincuentes sería de elevado riesgo para él. No nos olvidemos que los presos tienen televisión y están al día de lo que ocurre. Por tanto, a presos mediáticos como él o como José Bretón, El Chicle, Ana Julia... se les protege bastante dentro de la cárcel para darles seguridad y una convivencia ordenada que pueda fomentar el éxito del tratamiento".
Hoy mismo nos hemos enterado de que Urdangarin ha pedido una asesora espiritual para sobrellevar esta sentencia, que no sabemos si cumplirá íntegramente en Brieva. La experta a la que hemos consultado apunta que además de la asistencia espiritual, la terapia psicológica en prisión "es fundamental" tanto para adaptarse al encierro como a la posterior incorporación en la sociedad. "Pero, claro, es algo voluntario y el no acudir a terapia no influye negativamente en el cumplimiento de la condena".