Sonia está acusada de matar a su bebé de nueve puñaladas. Al parecer, metió al bebé en una mochila y la dejó en una silla de la casa de su novio, donde la madre de este lo descubrió después.
En el juicio, admite lo ocurrido, pero la defensa de Sonia arguye que había padecido una depresión psicótica. Cuenta que ya en la adolescencia sufrió esta enfermedad y decía notar la presencia de sombras o hablaba con su imagen en el espejo.
Por tanto, apuntan que los hechos sucedieron cuando Sonia sufrió un brote psicótico y piden su ingreso en un centro psiquiátrico y no en prisión.
Al parecer, en la misma casa vivían siete personas: Sonia, su pareja y su primer hijo, los padres de él, su hermana y un tío, pero nadie se dio cuenta de que estaba embarazada. Ella dio a luz sola en el salón y, horas después y cuando ella estaba en el hospital por la hemorragia que sufrió, la madre y la hermana encontraron en la mochila a la bebé.
A las puertas de la audiencia, Marc Calderó apuntaba que la familia vio “un rastro de sangre” en el pomo de una puerta y la hermana se habría quejado de que uno de sus albornoces estaba marchado y tenía restos orgánicos. Sin embargo, la hermana ha guardado silencio a su salida de la audiencia provincial de Madrid.