Ya no son sólo los hoteles o determinados vagones de tren; ahora, hay restaurantes que también se han sumado a la prohibición de la entrada de niños pequeños que, en muchas ocasiones, alborotan el ambiente o, si no están bien vigilados, pueden molestar a otros comensales. Esto se va a acabar en los locales sólo para adultos que, para no fomentar la alarma social, sólo son un 1% (ni siquiera llega) de los 270.000 bares que hay en España.