¿De dónde surgió la idea de Becarios?
Decidimos compaginar nuestra labor de reporteros con el mundo de la ficción, porque nos gusta a los tres. Un día decidimos hacer un sketch, sin pretensión alguna, solamente porque nos apetecía. Una vez montado y pulido empezamos a enseñarlo a la gente. Y les gustó. Poco a poco surgió la idea de convertirlo en una serie. Empezamos a grabar capítulos más orientados a ese formato, con el mundo de los becarios como argumento. Y la idea fue gustando cada vez más hasta que se creó una página específica para la serie en Telecinco.es
¿Plasmáis vuestras propias experiencias como becarios en los guiones?
No son ideas autobiográficas. Sí que nos nutrimos de ideas costumbristas, como la explotación, la apropiación de trabajos ajenos pero no va al nivel típico y tópico de lo que puede pasarle a un becario, intentamos ir un poco más allá.
¿Tenéis ya fans?
¡En principio sólo nos conoce nuestra familia y amigos! El mundo de Internet está menos mitificado que la tele. Cuando sale por la tele es cuando cala y la gente te reconoce. Pero en internet cualquiera puede colgar sus vídeos, es como si lo colgásemos en youtube. Por ahora no se ha creado ese fenómeno de popularidad.
¿Os dejan reíros de los jefes?
Sí lo intentásemos, sí nos dejarían. Pero buscamos reírnos de nosotros mismos. Con los jefes ¡iremos poco a poco! Tampoco nos llama la atención, nos reímos de nosotros mismos, de cómo intentamos hacer putadas a los becarios. Hay algún capítulo previsto, eso sí, en el que los jefes no salen muy bien parados.
¿Os dan un plus por hacer de actores?
De momento no. Pero todo es negociable. Esto empezó como una idea experimental, porque nos gusta. Ahora se ha convertido en trabajo y si lo compaginas con un día en que te han tocado dos ruedas de prensa, te toca hacerlo y apechugas. Pero por ahora, ¡ni pluses ni pollas!
¿Os han censurado muchos episodios?
No. En el casual de que se censurase algo no sería por imagen, sino porque no funciona, ¡al menos de momento! De todos modos también trabajas sabiendo lo que puedes grabar o no, ¡no nos planteamos rodar la Segunda Guerra Mundial en la oficina! Si salimos un día en pelotas, por ejemplo, sabemos que nos van a censurar.
Si os digo que Becarios me recuerda a Camera café, ¿os hacéis los despistados?
La similitud es bastante evidente, pero en esta vida todo se parece a otras cosas. Buenafuente se parece a Crónicas Marcianas, y Hospital Central se parece a Urgencias En realidad es mucho más sencillo que todo eso: ¡es que sólo tenemos una cámara! ¡No nos podemos hacer pajas mentales!