Nos vamos de excursión y ¡acabo metiéndome en la ducha con mi peluquero!

telecinco.es 07/06/2010 11:15

Qué emoción, nuestra primera excursión después de más de un mes....me sentía como cuando era pequeña y tocaba la excursión del cole, esa que llevabas tanto tiempo esperando y cuando llega el día te levantas hasta un poco nerviosa.

Era viernes, el día empezó como todos los viernes, a las 4 de la mañana para grabar la entradilla de la tira diaria, todo lo que ha pasado el día anterior en la gala, que este viernes era mucho, pues tuvimos una gala bastante movidita... Cuando terminamos de grabar, desayuno de los de aquí, es decir, bastante contundente, tostadas, pancakes (además había nutella, todo un evento...) el día pintaba bien.

Me vine a mi habitación a preparar la mochila que me tenía que llevar para pasar la primera noche fuera de Corn Island... qué me llevo? el pijama, biquinis, cepillo de dientes, cambio para el día siguiente...ah, repelente, mucho repelente... así que quedamos a las 9.30 de la mañana en el muelle para coger la panga que nos llevara a Little Corn Island, antes nos pasamos por el Arenas, que es donde está nuestro comedor para desayunar otra vez... Otras 4 tostadas... Dios, por qué como tanto? Hay que coger fuerzas...

Little Corn es una islita a la que los locales llaman cornaislita, en esa mezcla rara que hacen de idiomas, me parece súper graciosa... Está a 20 minutos en panga, no es que sea una excursión muy grande pero dado que llevamos en la isla más de un mes sin salir más que al prime time los jueves para nosotros era todo un planazo...

Por dónde iba? Ah sí, en el muelle a las 9.30, allí estábamos el grupito que teníamos el día libre para poder irnos a Little, éramos 9...en la panga toda una aventura, como cada vez que montamos en las pangas, me encanta. Pablo, un compañero, dice que es como subirse a una atracción en Port Aventura, y no le falta razón.

Las olas hacen que demos saltos, el agua del mar salta a la vez y nos moja...Al fin llegamos a la islita, es pequeñita, y un remanso de paz y tranquilidad en el que no hay coches, y si no los hay para qué quieren carrteteras, hala, sin carreteras también... Sólo hay caminos que cruzan las selvas, durante el día no hay luz, hasta las 5 de la tarde que se hace de noche, entonces se encienden tímidamente unas cuantas bombillas allá donde hay gente, en los hotelitos que están dispersos por la playa y por la selva...Es otro mundo...la gente es súper amable y simpática.

Nada más llegar nos tomamos una Cocacola en un bar al lado del muelle, fue divertido jugar a inventarnos que uno de mis compañeros, Amancio, era mi novio para quitarnos de encima a un local muy gracioso que poco le faltó para pedirme matrimonio...jaja...

Después de andar por toda la islita con las mochilas buscando hotel para quedarnos, llegamos a Casa iguana, un hotel que ya sólo por las vistas merece la pena la caminata, es precioso, la típica estampa del Mar Caribe...las habitaciones son cabañitas independientes desperdigadas por la selva, cada una de un color, la mía y la de Jose (el peluquero y maquillador y en este caso, mi compañero de habitación) era verde y morada.. Sólo eso ya da buen rollo...

La habitación bastante austera, pero no se necesita más...Bueno, un poco de luz en la ducha no estaría mal, aunque si la hubiese no me habría reído tanto cuando decidimos ducharnos...Se nos hizo de noche ya que después de comer hicimos una sobremesa española, de esas de 3 horas con café, postre y copa, en este caso un Daikiri buenísimo...así que cuando nos quisimos dar cuenta estaba anocheciendo, 5 de la tarde.

Cuando llegamos al hotel ya era noche cerrada, había que ducharse y eso no era tarea fácil, teniendo en cuenta que la ducha estaba fuera de la habitación, que no había luz y que sólo había una pequeña puerta de madera que tapaba exclusivamente lo que da más pudor enseñar...Así que Jose y yo decidimos hacernos vigilancia el uno al otro, mientras uno se duchaba, el otro aguantaba la puerta y al revés,ya que no había cerrojito, bueno sí, pero eso lo descubrimos al día siguiente cuando se hizo de día y pudimos ver algo...

Total, que ese era el plan inicial, pero se vino abajo en cuanto Jose se metió a la ducha y yo esperando fuera escuché unos ruidos muy raros entre la selva, me dio miedo y me metí de un salto a la ducha, y así acabamos Jose y yo; duchándonos juntos y con los bañadores puestos...Esas risas no tienen precio...

A la hora de dormir tambien fue toda una aventura, había que abrir las puertas y las ventanas si no queriamos morir afixiados, pero eso significaba que estaríamos en medio de la selva desprotegidos...Había que elegir...susto o muerte?susto... y abrimos todo, nos echamos repelente hasta en las pestañas, y nos metimos en la cama bajo una mosquitera de lo mas romántica...aunque cuando nos mirábamos el uno al otro nos partíamos de risa, vaya situación ridícula...

No dormí demasiado, ya que con el primer rayo de sol abrí los ojos, y a Dios gracias, porque vi el amanecer más bonito del mundo desde mi cama...el mar al fondo y el día naciendo, mientras una brisa aliviaba el calor...intenté avisar a Jose para que lo viese, pero refunfuñó muchísimo, así que lo vi yo sola...A las 6 de la mañana ya me cansé de estar en la cama, me levanté y me fui a dar un paseo sola por la playa, los demás seguían dormidos...Qué bonita sensación de libertad...

Cuando volví ya habían amanecido los demás, desayunamos todos juntos mientras nos caía la gran tormenta encima...A las 2 teníamos que coger la panga de vuelta a Corn island que había que trabajar...y si no para de llover y no sale? Tranquilidad, nos decía el dueño del hotel, pero veíamos el cielo muy negro y demasiada agua cayendo como para que eso pudiera parar...30 minutos exactamente duró la tormenta, y salió el sol. No me termino de acostumbrar a que el clima sea así...

A las 9 de la mañana estábamos en la playa haciendo snorkel, yo nunca lo había hecho y Jose tampoco, así que nos prestaron nuestros compis las gafas, el tubo y las aletas y nos disfrazamos de Curro en el caribe...Qué chulo!! Al rato ya nos creíamos que estábamos en 1,2,3...spash!!! y Jose decía que se sentía la Sirenita..jaja...Yo la verdad es que me sentía mas Nemo...nada,que nos metimos en el mar y vimos un montón de peces de colores... nos ha gustado tanto la experiencia que hemos decidido hacer el bautismo de buceo...con bombona, neoprenos y todo... Ay Dios, miedo me da lo que podemos liar con lo torpes que somos los dos...pero las risas están aseguradas...y por supuesto os lo contaré.

Ya estamos de nuevo en Corn Island, con las pilas puestas para afrontar una nueva semana, estoy deseando saber de los supervivientes, así que me voy a ver lo que han hecho este día y medio en el que les he perdido la pista. Ojalá hayan pescado...