Crisis

telecinco.es 18/04/2009 12:43

Hoy tratamos un tema para reflexionar, en contraste con el tono humorístico con que tratamos la entrada anterior.

¿Por qué no hablar de crisis? Hablemos de crisis personales y de crisis que afectan a los países. ¿Qué es la crisis? ¿Es buena o mala? ¿Sirve para algo? ¿Por qué nos atormentamos tanto al oír esta palabra? ¿Es una palabra maldita porque nos sacude? ¿O es algo positivo y necesario?

Leyendo a Albert Einstein podemos aprender mucho de este tema, darle un nuevo enfoque y poner nuestras neuronas a trabajar en pos de hallar soluciones. He aquí algunas de sus ideas al respecto que me he atrevido a desarrollar:

Una enfermedad produce una crisis, la pérdida de un ser querido produce una crisis, un fracaso amoroso produce una crisis, una pérdida económica produce una crisis,... y debemos enfrentarnos a estas situaciones con valentía e intentar superarlas.

Pero también un trabajo que no nos llena, una pareja que nos hace sufrir, una ambición desmedida, una vida que no queremos vivir y muchas otras circunstancias que en principio no son críticas, no nos permiten ser felices. En este caso somos nosotros los que debemos provocar una crisis, una catarsis y ponernos manos a la obra para cambiar aquello que no nos hace felices.

No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. Si no estamos conformes con lo que sucede en nuestra vida, pongamos manos a la obra para cambiar aquello que no nos gusta. Eso producirá una crisis, pero la crisis es la mejor bendición que puede sucedernos a las personas y los países, porque la crisis trae progresos.

No debemos hundirnos ni desesperarnos si no vemos solución a nuestros problemas, pues la creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura . Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.

Quien supera la crisis se supera a sí mismo. Quien se conforma y esconde la cabeza bajo el ala, quien se lamenta pero no hace nada, queda “superado”. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

Hay que enfrentar los problemas con valentía y coraje y buscar soluciones, porque siempre las hay. Más cerca, a la vista de todos, o más lejos, ocultas en un lugar recóndito; pero para cada problema hay una solución, por cada puerta que se cierra hay una ventana que se abre. La verdadera crisis es la incompetencia.

El problema de las personas y de los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno porque sin crisis todo viento es caricia y, si sólo recibes caricias, no eres capaz de valorarlas.

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

Una crisis, un problema, es como una piedra: el torpe tropezará con ella, el violento la usará como arma arrojadiza, el niño jugará con ella, el artista creará una hermosa escultura, ... ¿Es mala la piedra porque puede matar? ¿Es buena porque de ella puede nacer algo hermoso? La piedra, como la crisis, no es buena ni mala en sí, todo depende del uso que hagamos de ella.

Gracias, queridos amigos y amigas, por estar aquí y por el cariño y respeto que me demostrais a diario. Sin vuestra colaboración, este blog no existiría.

Carla.-

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