Desidia

telecinco.es 07/03/2011 12:12

Las palabras, las bellas palabras, se pierden cada vez más en el inmenso “Mar de la Trivialidad”, se diluyen, se ahogan en ese territorio siniestro y tenebroso. Apenas rebasan el borde de las páginas, apenas llegan a ninguna parte, apenas interesan a unos pocos, poquísimos. Tal vez por eso he perdido buena parte de mi fe en la escritura. ¿Para qué escribir? ¿Para quién? Desde hace un tiempo los impulsos creativos se hunden impotentes en el espeso recelo que frena mis ideas y mis manos. Requiere demasiado esfuerzo cocinar tanto para tan escasos comensales. De improviso una frase recorre mi mente y la dejo escapar, como un bellísimo pez volador que resbalara de entre las manos. Es posible que llegue a arrepentirme de tanta pérdida, de tanta desidia…

Aunque todo es siempre tan intrascendente...

..."Escribir es recordar, volver a recordar, seguir recordando. Olvidar invocando verdades y mentiras, repartiéndolas sobre el blanco tapete de la página. Acordarse de todo lo olvidado, de todo lo evocado, de lo que sucedió o nunca llegó a suceder. De lo que jamás sucederá. Representar en el escenario de la memoria aquello que un día concebimos como “real”. También todo cuanto seamos capaces de inventar, sucesivamente, alternativamente, y mezclarlo todo con cierta e intuitiva clarividencia. Recrear la vida desde una distancia anímica y temporal gigantesca. Infinita a veces. Rebuscar en la prehistoria de la infancia, en las fugaces y turbias sombras de la adolescencia, en la hermética razón o sinrazón de la madurez, si es que esta existe. Presagiar e indagar en la lúcida y excéntrica apatía de la senectud. Adivinar como será el impío vértigo del tránsito a la muerte. El dolor de nacer. Dar importancia al pasado a pesar de cuan poco importa. Echar una mirada sobre nosotros mismos y sobre los que, mucho, poco o nada, conocimos. Narrar apostando el alma en la atmósfera precisa, siempre avizora. Justo en el lugar exacto, en el fondo del corazón que precisamos descerrajar. Extraer la esencia de las cosas y los seres, sean perros, hombres, mujeres o niños. Declamar en silencio y escribir a voz en grito o en susurros, en masculino o en femenino, siendo conscientes de que esas voces sólo sonarán en el pensamiento. ¡He ahí el prodigio!..."

¿Seré capaz de volver a hacerlo?