13-01-09 (Tarde): Lo que sólo yo sé de Efrén

telecinco.es 13/01/2009 16:43

Hola, soy Cristina Navas y hoy voy a salir del armario, por decirlo de alguna manera. Pero sólo del de ‘Mujeres y hombres’. Durante varios meses yo he sido la sombra de Efrén. He escrito con él todos sus blogs (¡sí, a mí me contaba todas sus citas! Iba a verle todos los días para publicar los post del Blog de los Tronistas ), yo disparé los primeros flashes para él, filmé sus primeros vídeos fuera de plató… En fin, soy la persona que más sabe de Efrén en el período de tiempo que duró su aventura en el trono. Y hoy, por fin, voy a contar todo lo que jamás se vio por tele, ni por web. Lo que sólo yo vi y oí. Allá voy.

Ese hombre maravilloso cuyos primeros planos han dejado con la boca abierta a miles de mujeres cada tarde no era real (no del todo, al menos). Pero, ¿qué pensabais?, Efrén también era humano y sobre todo chicas, es un hombre y no existe el hombre perfecto. Con esto no quiero decir que el Beckham de Alcobendas fuera el nuevo Bardem de la televisión española, ni que le deban nominar para un Goya sino que era un chico normal. Un chico cuyos defectos y virtudes he tenido la oportunidad de conocer en primera persona durante más de tres meses.

Una intensa relación en la que hemos tenido momentos para todos los gustos. Nos hemos reído con sus bromas a las azafatas y con cientos de cosas, le he intentado emparejar con alguna de mis compañeras “Si no lo tienes claro, mira que chica más mona está detrás de la cámara”, le hemos visto emocionarse al recibir unas deportivas de una admiradora y coger el teléfono corriendo para darle las gracias “¿Cómo has sabido mi número de pie?, ¿cómo puedo agradecértelo?” o cuando le comentábamos el número de preguntas que había recibido en el último encuentro. También le hemos visto dudar de sus sentimientos hacía las pretendientas, “No lo tengo claro, es que fuera no sé como va a funcionar”, “Me llegan muchas informaciones y no sé de quien fiarme”, tener siempre una sonrisa y un gesto de cariño con todas las personas que se acercaban a él por los pasillos de Telecinco y con todos los miembros de nuestra redacción, siempre había un cariño o una mirada para cada una de las chicas que tenían alguna que otra dificultad para cerrar la boca en su presencia pero, sobre todo hemos conocido a un chico normal. Un chico normal que no todos los días estaba de tan buen humor y que como todo hijo de vecino en ocasiones refunfuñaba y echaba dioses por la boca o que nos regala una cara de “Ya están aquí la pesada de todos los días”. Y es que cuando la fama llama a tu puerta es muy difícil mantener los pies en el suelo y no dejarte llevar, aunque sea un poquito, por la vorágine de las estrellas.

En el mismo camerino en el que se supone que comenzó a conquistar a Ali, a nosotras nos encandiló con su sonrisa y con su sencillez, “Por fin un tronista normal”. Nuestra visita a su camerino se convirtió en una rutina y cada mañana nos acercábamos a verle para que nos contara qué había sucedido en sus citas, y digo nos acercábamos porque media redacción me pedía encarecidamente acompañarme en mi visita y cruzaba los dedos para que le sorprendiéramos con el torso descubierto. Nuestra aventura con Efrén había comenzado y poco a poco pasamos de una simple visita de cinco minutos a pasar el día con él, a verle actuar en nuestra serie, 'Becari@s', a los encuentros digitales y terminamos comiendo un chocolate con churros en el salón de su casa.

Pero, aunque no nos podemos quejar, este rubio que también sabe combinar un jersey del Zara con unos pantalones de Hugo Boss, no sólo nos sorprendió con su serum para el pelo sino que nos ha dado algún que otro disgusto, al dejarnos con la miel en los labios en el vestuario del Alcobendas, y ver como tan sólo unos días después Paqui Peña se metía con él a la ducha en un vestuario de futbolistas medio desnudos “¿Por qué?, ¿qué tiene ella que no tengamos nosotras?” Tiene un programa en directo al que Efrén no supo decir que no. No se trataba ya de quién lo había acompañado durante tres meses cada día sino de quién podía darle mayores audiencias. No esperábamos algo así del de Alcobendas. O cuando se hizo el remolón a la hora de concederme una entrevista exclusiva y repetirme entre risas más de una vez “Cris, cariño, ya vale por hoy”. Pero, si yo sólo quería enseñaros hasta el último enchufe de, su no tan glamourosa, casa.

Si me mintió o dijo siempre la verdad, sinceramente, no tengo ni idea. Yo prefiero quedarme con los buenos ratos y volver a reírme recordando las veces que hemos entrado a la redacción cargadas de buenas noticias o indignadísimas por su reacción. Y si tengo una cosa clara es que hay pocos hombres que sean capaces terminar un viernes con dos veinteañeras deseando tomarse un Efenargan y meterse en la cama. Efrén es mucho Efrén.