Desde que se conoció que Viviana Figueredo formaría parte de Supervivientes 2014, los rumores sobre esta modelo paraguaya sonaron a todo volumen en los periódicos y redacciones. Más aún, cuando una colaboradora de un conocido programa de Paraguay realizaba las siguientes declaraciones: "Vamos a apoyar a Vivi, que se pula y que se haga conocida en el exterior haciendo algo que no sea prostituirse".
En consecuencia, el representante de Vivi aclaraba: “Quiero dejar claro que Viviana Figueredo no es prostituta”, mientras que apuntaba que la prensa española había malinterpretado y sacado de contexto esas palabras…
Pero, dejando de lado las especulaciones y supuestos malentendidos, me centraré en lo que realmente nos importa, las pruebas palpables. Porque, contra todo pronóstico, en las propias declaraciones de la modelo paraguaya encuentro detalles sobre su vida muchísimo más interesantes que las simples conjeturas sobre si Vivi habría podido o no ejercer la profesión más antigua del mundo.
Hasta el momento, lo poco que hemos conocido de Vivi en el reality han sido las pocas luces que gasta la modelo tirándose al agua desde un barco para después acordarse de que no sabe nadar, y la falta de educación y de higiene de la que ha hecho gala no teniendo ningún reparo en beber del mismo cuenco que el resto de sus compañeros, a pesar del herpes que tiene en su boca.
Y, tras hacer una investigación en sus perfiles de redes sociales, me quedó claro que la modelo tiene como hobbie fotografiarse ligera de ropa, ya sea en una sesión de mano de un profesional, entre bastidores, o en la intimidad de su casa…
Tirando de hemeroteca, lo poco que sabía sobre Viviana Figueredo es que tras su participación en Miss Paraguay 2007, la joven se había dedicado al mundo de la moda, compaginando su carrera con sus estudios de Administración de Empresas. Además, participó en el programa “Baila conmigo, Paraguay” y fue finalista de Chica Interviú en el 2010.
Hasta ahí, poco que reseñar pero, en realidad, la paraguaya ha sido una constante fuente de noticias sorprendentes y polémicas en su país de origen durante varios años, mucho más allá de su carrera como modelo.
Hace tan sólo tres años Viviana Figueredo era noticia en Paraguay tras hacer públicos sus deseos de someterse a varias operaciones estéticas, entre las que destacaba una intervención quirúrgica denominada “himenoplastia”, con la que Vivi haría realidad su deseo de… ¡volver a ser virgen!
La modelo detallaba este curioso capricho de la siguiente manera: “Es una fantasía mía que yo me quiero hacer, me gustaría volver a ser virgen. Mi hermana se ha realizado la himenoplastía hace dos semanas y todavía no lo estrenó. La cirugía dice que son tres días de reposo y después de una semana puedes tener relaciones normales, ¡pero a mí me da cosita! Quiero esperar ratito más… El doctor ya me examinó, consulté con mi médico y es algo estético para verte mejor, como aumentarse los senos. Me voy a hacer una lipo y gracias a eso me voy a sacar grasa que se van a poder utilizar en otras partes, para que a la vista quede bonito”.
Lo que mueve a una mujer a someterse a una operación quirúrgica para implantarse algo en los bajos fondos para “volver a ser virgen” de manera artificial, a mí parecer, escapa por completo de toda lógica pero, al parecer, Viviana aparte de tenerlo claro, lo tenía estudiado al milímetro. Hasta tal punto que incluso antes de someterse a la intervención, la modelo ya contaba con los requisitos esenciales que debía reunir el hombre al que “regalaría” su renovada virginidad: “Hay unos cuantos curriculums ahí pero yo dije que el que colabore bien y me cuide bien en ese momento, es el que se lo va a merecer…Tiene que pagar toda la cirugía. Ya hay unos cuantos ahí en la lista, uno de ellos es dueño de una discoteca muy famosa aquí en Paraguay, él dije que está de acuerdísimo y que le gusta la idea. La operación está por los ocho millones guaraníes” –casi 1.300 euros al cambio-.
Con semejantes confesiones comencé a hacerme una idea de las prioridades que esta concursante de Supervivientes 2014 puede tener en su vida, pero por si todavía tenía alguna duda, las declaraciones que la modelo hacía hace tan sólo unos meses en una televisión de Paraguay me ayudaron a aclararme por completo.
La portada de una revista paraguaya volvía a poner en el centro de la polémica a Viviana Figueredo tras recoger unas escandalosas afirmaciones que la modelo hizo sobre Fernando Lugo, ex presidente de la República de Paraguay: “No dura ni cinco minutos”.
Pero, en realidad, esa frase no era más que la punta del iceberg, ya que durante una entrevista en la que Viviana desarrolló este titular, la modelo confesaba sin ningún pudor los siguientes detalles sobre su supuesta relación con el político: “Pensaba que iba a ser un buen contacto para mí, le dije que me podía dar un puesto en algún ente público en alguna entidad, para asegurar mi vida ya no sólo como modelo. Él como ex presidente lo habría conseguido si hubiera tenido interés. Yo quería una amistad con él, no sólo una noche, sí un buen contacto que pudiera servirme en el futuro, pero él quería otro contacto conmigo. Pero si él quiere que nosotros vayamos más allá de repente tiene que cumplir también conmigo. No estoy hablando monetario, sí de favores… hablo con toda sinceridad”.
Y es que Viviana lo tenía claro, ante la pregunta directa “¿Estabas dispuesta a tener una relación sexual si él te proponía un buen cargo político?” la modelo fue tajante: “Primero se cumple, y después se hace, porque hay muchos que prometen y luego no cumplen. Hablamos mucho vía telefónica pero no llegamos a ningún acuerdo. Me dijo que no era difícil para él, me dijo que me apoyaría, pero no lo hizo”.
Incluso no tuvo ningún reparo en sacar a relucir que ella no había sido la única mujer de su familia en tener contacto con este político: “Cuando él comenzaba en el cargo, mi hermana fue su novia durante tres meses, le mandaba regalos, joyas inclusive, era todo un caballero” .
Después de semejantes declaraciones de la propia Viviana Figueredo, me temo que Toya va a tener realmente difícil defender y mantener la imagen cándida que esta chica pretende vendernos...
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