Las fotos más 'hot' del concursante más deseado de 'Gran Hermano 17'

Kiko Hernández 21/10/2016 10:34

Desde el comienzo de esta edición, Alain se convirtió en el concursante más deseado por el público femenino de dentro y fuera de la casa. Meritxell suspira por sus huesos en cada una de las esquinas de Guadalix, Rebeca no desaprovechó la oportunidad de tontear con él nada más entrar en la casa… Pero todo para nada.

Y es que anoche quedó patente que el más deseado es a su vez el menos querido de la casa. ¡El más prescindible!

En las primeras nominaciones en positivo de esta edición, nadie se acordó de Alain. Ni siquiera su adorada Meri. Nadie elegiría al francés como su acompañante en la final del concurso. Y no es para menos.

Excesiva madurez. Incansable visión zen. Anti-conflictos. Reservado. Tranquilo. Políticamente correcto. Espontaneidad cero. En definitiva, soso a más no poder. Un coctel molotov que asegura una muerte lenta y dolorosa por el más absoluto aburrimiento. Imagen totalmente contraria a la que detallan los numerosos detractores que ha acumulado en su vida antes de Gh. Sin duda, junto a Bárbara, los concursantes de esta edición que cuentan con mayor número de enemigos que se hayan puesto en contacto conmigo a través de este Confesionario…

No existe ni un solo momento sonado en esta edición en el que Alain haya sido protagonista ni directa ni indirectamente en estas 6 semanas de concurso, a excepción de aquel curioso momento en el que Candelas y Meritxell aseguraban haber sido testigos de cómo el francés se daba amor a sí mismo. Imágenes que se reducen a la trascendental incógnita de si hubo un cinco contra uno, o si fue fruto de la imaginación de estas dos féminas tan interesadas en cada uno de sus movimientos.

Los únicos comentarios que genera son las apuestas y elucubraciones de aquellos seguidores de Gh ansiosos de carpeta que esperan como agua de Mayo que el francés, a sus 38 primaveras, termine enrollándose con la catalana de 20 años o con la madrileña de 29. Para eso hemos quedado.

Porque, está claro, si Alan contara con la cara y el físico de Pablo estaríamos escuchando comentarios nada agradables sobre un hombre de casi 40 años que alimenta las ilusiones de una chica con una edad que podría ser su hija. Pero el morbo que genera en cierto sector como el galán de esta edición contrarresta que su paso por el reality sea insustancial y carente de interés.

Por lo que yo me pregunto, si la única importancia que Alain posee como concursante entre el público del programa se reduce al número de flexiones que consigue hacer o cómo le sienta la chupa de cuero, ¿no hubiera sido más acertado que el francés se presentara como tronista de Mujeres y Hombres y Viceversa en vez de optar por disfrutar de unos meses de vacaciones pagadas en la sierra madrileña?

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