El primer beso entre Raquel y Suso

Kiko Hernández 05/10/2015 17:28

Hemos escuchado hasta la saciedad cómo Raquel aseguraba que tanto Sofía como Maite ven fantasmas donde no los hay, que ambas estaban obsesionadas con su atracción por Suso –inexistente según ella-, y por sus ansias por fastidiar a Sofía arrebatándole su hombre, mientras Raquel afirmaba ser incapaz de dañar a una niña de 19 años totalmente enamorada.

Pues bien, la de Cáceres no ha tardado en seguir el refrán de “donde dije digo, digo Diego” y lanzarse a los brazos de Suso. Literalmente.

El jardín da la casa. Cuatro de la mañana. Aritz entretenido tallando un palo. Amanda haciendo cosquillas a Raquel en la mano y Suso al lado de la cacereña. La atleta da clases de lengua a sus compañeros, enseñándoles que la palabra `polla´ significa gallina joven. Ambas féminas comienzan a reírse y, de repente, Raquel se da la vuelta, agarra a Suso de la cabeza y le da un pico ante el asombro de este.

Pero puede que ese pico no haya sido el único beso del día, ya que Suso se dedicó a contar al resto de sus compañeros que se habían comido la boca en el pasillo entre el confe y el jardín secreto, lugar en que creen que no existen cámaras.

Ahora la cacereña pretende vendernos que sintió atracción por Suso desde el primer momento en que entró en la casa que, a pesar de tener una persona especial fuera, planea quitarse la pulsera que le regaló para enviar un claro mensaje. Pero, en mi opinión, su repentino interés por Suso es directamente proporcional al miedo que tiene de salir expulsada este jueves.

Raquel sabe lo que vende una carpeta, conoce a la perfección los sentimientos que Sofía tiene por Suso por lo que cayendo rendida en los brazos de este mataría dos pájaros de un tiro. Primero, crear expectación en la audiencia y que quieran mantenerla dentro de la casa ante un posible romance. Y segundo, provocar y hundir a Sofía.

Raquel sabe que la de Pamplona posee una impulsividad típica de una chica de 19 años. No es la primera vez que la hija de Maite se enfrenta a ella por muchos menos motivos, por ejemplo, por haber estado en la misma cama con Suso. Así pues, liarse con Suso delante de sus narices es como tirar una cerilla encendida en un bidón de gasolina. Sofía perderá por completo los nervios y seguramente será protagonista de momentos de tensión que podrían ser duramente castigados por la organización o por la audiencia.

Después de esos momentos de intimidad, Suso pedía a Raquel que durmiera en su cama, pero esta decidió negarse con un “No, hoy no, otro día”.

Ahora sólo nos queda esperar a ver si ese “otro día” se convierte en la noche del miércoles, día previo a la expulsión, o en una promesa para la noche del jueves, creando un aliciente para dejar a Raquel dentro de la casa…

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