Alejandra, como una apisonadora por encima de Fran

telecinco.es 06/11/2014 09:04

Hundido y fuera de combate quedó Fran tras mantener una conversación de casi una hora con Alejandra, a la que se unió a ratos también Yoli. Me hubiera gustado ver cara a cara a Alejandra con Fran, sin que interviniera su prima. El dos contra uno resta potencia a la pegada al contar con ventaja numérica. Es como si encima de un ring se tuviera que pelear un boxeador con otro dos. Gana en espectacularidad si el boxeador solitario puede con los otros, y la pierde toda si estos consiguen un KO técnico en aquel. Por suerte, Yoli dejó sola a su prima la mayor parte del tiempo, y entonces Alejandra arrolló con fuerza a Fran, que tiró la toalla bien pronto, sin saber dónde meterse.

La conversación comenzó entre Fran y Yolanda, uniéndose poco después Alejandra. Muy pronto me pareció ver que Fran solo deseaba que aquello terminase lo más pronto posible. “Bueno, pues vale, ya está”, fueron las expresiones más usadas por el apoderado, que no sabía cómo cortar el chorreo que le estaba cayendo. Quien tanto ha perseguido en esa casa a los que llevan caretas y hacían un papel estaba siendo descubierto por esa niñata consentida que, según él, es Alejandra. El paternalismo absurdo de este concursante le llevó a decirle que podría ser su padre. “Pero es que no lo eres”, le contestaba ella con toda la razón. “Te he hablado a veces a solas y no me ha servido de nada”, decía Fran para justificar su ataque del día anterior delante de todos, a lo que Alejandra le contestó certeramente: “Tú me dices un día una cosa y al día siguiente otra”.

Creo que Fran debería haber entendido que a veces una retirada a tiempo es una victoria. Bien podría haber puesto la excusa de un apretón, o algo así, para levantarse a irse. Posiblemente confió en que si se enrocaba terminaría ganando porque Alejandra iba a ser un alfil errático que terminaría cometiendo algún error, alterándose y desbarrando. Todo lo contrario de lo que terminaría pasando. Alejandra se altera en las discusiones, por lo cual termina a menudo llorando y necesitando del apoyo de quienes tiene alrededor. Ayer, sin embargo, contaba con la fuerza que da saber que se tiene la razón. Esa es la fuerza arrolladora que la convirtió en una apisonadora.

“¿De verdad te sale expresarte con esa mala fe, con esa maldad?”, preguntaba Alejandra. Por sorprendente que parezca, Fran lejos de ofenderse respondía que sí, que la noche anterior le había salido así. Hasta dónde llegaría su mala conciencia para reconocer implícitamente que actuó de mala fe, aunque rechazó con la boca pequeña lo de la maldad. Yoli terció acusando de poco transparente a Fran. “Tiras la piedra y escondes la mano”, le dijo, añadiendo: “La claridad abunda por su ausencia”. Hasta aquí creo que las primas cometieron un error por falta de coherencia que explicaré a continuación.

Fran quiso justificar parte de sus actos refiriéndose al episodio de Omar y Paula, momento en que él se decantó por apoyarla a ella considerando que Omar no había actuado bien. Yoli le cortaba entonces diciendo que de eso ha pasado ya un mes y medio. Sin embargo, poco después la misma Yoli le reprocha que parece molesto porque ellas se llevan ahora bien con Omar, pero Fran decía que Paula hacía un papelón y ahora también se lleva bien con ella. O se puede hablar de cosas pasadas o no, pero la ley del embudo no parece lo mejor en una conversación. Es incoherente poner unas reglas al otro sin estar dispuesto a seguirlas uno mismo.

A Alejandra la fuerza se la da el convencimiento de que Fran fue a meter bulla, de forma casi premeditada. “Tú querías que yo me pusiera nerviosa”, le dijo. Se había quedado con ganas por la tarde, tras su enfrentamiento con Omar, y necesitaba rematar la faena, como si ese toro se le hubiera escapado vivo. Pero falló con la espada y terminó dando capotazos al aire, sin orden ni sentido. Cuando Alejandra se quedó sola delante de ese morlaco herido se creció. Con más tranquilidad que otras veces, se permitió el lujo hasta de hacer la burla imitando a Fran: “Come espaguetis, jaja, come espaguetis”. Muy grande ese momentazo. Si soy sincero, sentí entonces que aparecía Alejandra de repente.

Alejandra acusó a Fran de ir, tanto él como Luis, de respetuosos sin serlo, lo cual tenía todas las pintas de estocada final. Tras ese lance apareció el torero, que había estado observando desde el jacuzzi, a través del cristal de sus gafas de sol. Venía a poner paz, supuestamente, y pedir que dejasen el tema. Es una constante en Luis eso de decirle a los demás lo que tienen que hacer, venga o no a cuento, que casi nunca viene. Salen entonces temas requetehablados con anterioridad: la agresividad de Alejandra o el intrascendente “me la chupa”. En su momento ya dije que no tiene sentido decir que Alejandra es agresiva, pero creo que Luis ya lo ha explicado. Tal vez le falte reconocer que se expresó mal, y se escuda en lo de las formas agresivas que no quiere decir que lo sea. No es cierto que quien dice una tontería sea un tonto, porque si así fuera Luis sería tonto reconocido y clasificado. En todo caso, una vez explicado es innecesario volver al tema. Lo mismo con la expresión de Alejandra, igualmente explicada, que hasta le costó unas lágrimas y por la cual llegó a pedir perdón innecesariamente.

Cuando Luis y Fran se quedan solos vemos que este último hace lo mismo que otras veces: una reinterpretación de la realidad alucinante. En esta ocasión decía estar satisfecho porque Alejandra le había reconocido que el día anterior le había dado de su propia medicina. Es igual que lo del día anterior, narrando en el jardín a Luis y a Paula la bronca que había tenido en la cocina con Omar. No la pudimos ver en su momento, pero sí ayer en el diario de Divinity y no reconozco en lo contado lo visto. La realidad narrada por Fran cobra otra dimensión y se convierte en ficción, pura fabulación que enmascara la realidad.

Lo peor de todo es que esta discusión de Fran con las primas en la tarde de ayer tuvo la misma utilidad que la mayoría de las que tienen lugar en esa casa. No había por ninguna de las partes voluntad de solucionar nada. Cero patatero en cuanto al sentido práctico de la conversación. Solo vi a Alejandra con ganas de decirle cuatro cosas a Fran, y he de decir que se despachó a gusto, además de ser verdades verdaderas. Y en Fran solo aprecié incomodidad y deseo de que aquello terminase cuanto antes, sobre todo cuando comprobó que le estaban ganando a los puntos.

Ayer Fran decidió tirar al aire una moneda con la derrota en ambas caras. Hace unos días relacioné la actitud de este concursante con la de ese juez que planea una trampa para que el acusado sea condenado en cualquiera de los casos. Hoy me acuerdo de la historia del general del ejército y su moneda, que vendría a ser opuesta a lo ocurrido ayer con el apoderado. Durante una batalla, el general al mando decidió atacar a pesar de contar con menor número de efectivos que el enemigo. Antes de la batalla se reunió con sus hombres y dijo: “Ahora tiraré esta moneda. Si sale cara ganaremos. Si sale cruz vamos a perder. El destino decide”. Tiró al aire su moneda y todos esperaron atentos a que impactara contra el suelo. Cayó de cara. La batalla tuvo lugar y consiguieron la victoria frente a un ejército superior. Entonces, un teniente le dijo al general: “Nadie puede cambiar el destino”. Este respondió con un “tal vez” y una sonrisa pícara, mientras mostraba al teniente la moneda con cara en ambos lados. El éxito está en nuestras manos. La derrota también. La moneda de Fran ayer solo tenía cruces.

Todo lo que siguen ganando Alejandra y Yoli en situaciones como esta que hoy me ocupa lo pierden luego por culpa de su asociación inconveniente con Omar y Vitín. No diré que sea asociación ilegal, pero tal vez debería serlo. Cuando menos es antiestética. Sinceramente, no entiendo qué hace Alejandra pelando la pava con Vitín, que en el momento menos pensado le va a pedir un complemento. O algo. Si ver a Alejandra me obliga a tener que soportar a Vitín y cía, creo que no me compensa en absoluto. Tampoco me parece que le haga un favor ese tono arrobado y cachondón con el que le dice a Juanma en varios momentos del día que es muy guapo y tiene un cuerpazo. Es en esos momentos en los que veo una Alejandra pava y aniñada muy poco atractiva.

Tristísimo me pareció ver tras todo esto a Juanma y Azahara poniéndose del lado de las primas, acusando a Fran de poco claro y de que lo suyo es rabia contenida. A ver, me parece muy bien, aunque esperable en Azahara por los precedentes habidos con el personaje. Ahora bien, no olvidemos que la noche anterior los dos se habían quedado callados o medio desaparecidos. Ellos deciden cuál es su papel en el concurso, eso está claro, y nadie les puede exigir que intervengan cuando no lo desean. Pero en mi opinión les perjudica seriamente esa doblez y falta de decisión para intervenir cuando hay un conflicto. A toro pasado, nunca mejor dicho, es todo más fácil. Y más inútil.

Tampoco se entiende que después de ese apoyo moderado de Azahara y Juanma, ayer Alejandra comentase con Omar la decisión coincidente en ambos de nominar al trío compuesto por Azahara, Hugo y la cabra. ¿Tan convencidos están de que se va a marchar Luis? Y aun así seguiría estando ahí Fran, porque a Paula doy por sentada que la nominarán. Si no nominan a Fran mejor, porque sigue siendo necesario en esta historia, con su cámara en ristre y su imagen cada vez más siniestra. Podría entender que Alejandra nominase a Azahara si es que en verdad tanto le gusta Juanma, pero ha pasado semanas quejándose de que ella y su prima estaban solas allí. Pues bien, ahora están en su mejor momento en ese aspecto (sobre todo por su buena relación con el clan de Carabanchel) y se plantea nominar a quien le da su apoyo. Incomprensible.

El gato responde

Hoy recupero esta vieja sección para hacer un par de aclaraciones que necesito hacer, solo sea como un desahogo necesario. En aquellas ediciones donde este humilde opinador tiene claro un favorito desde el principio muchos me acusan de tener una postura inamovible, independientemente de cómo se vayan desarrollando las cosas. Pero cuando no tengo favoritos claros y cada día voy opinando según lo que voy viendo, cambiando mi forma de ver a muchos concursantes de un día para otro, me acusan de chaquetero y no sé cuantas cosas más.

Lo que se cumple siempre es que para muchos mientras diga cosas amables de su favorito soy un Dios, y en caso contrario un villano al que vapulear e insultar. Incluso hay quien en lugar de la ofensa clara y directa utiliza una fina presión formulada de varias maneras, como el típico “me decepcionas”, o un “yo te leo siempre y es una pena que este año es el primero que no estoy de acuerdo contigo”, e incluso los insólitos “no eres el mismo” o “no puede ser que el mismo que defendía a Pepe Flores defienda ahora a…" (póngase el nombre que se quiera).

Unos y otros no entienden algo que es tan sencillo como para poder resumirlo en dos ideas. Primero: Esto es un blog de opinión donde expreso la mía. Siempre he animado a que haga lo propio quien quiera. Segundo: Cuento cada día lo que veo y opino sobre ello. Como decían los Mecano: “lo demás está de más”. Y, si acaso, una cosa más: siempre me ha motivado más la discrepancia que la coincidencia. Nunca entenderé esa contrariedad de algunos cuando no coincido con su opinión. Así es mucho más divertido. No me voy a molestar en decir ni una palabra de los que me dicen que escribo al dictado de Telecinco, así dicho casi siempre, que son infinidad este año. Es hilarante e infantil. Casi tanto como eso de los “alejandristas”, “paulistas” y otros “istas”. Digo siempre aquello de Groucho Marx: “No pertenecería nunca a un club que me admitiese como socio”. Sin ánimo de ofender, yo juego en otra liga.

Y aprovecho para darle las gracias a @gh_seguidor por su valioso trabajo.

Moleskine del gato

Esta semana se ha dado un caso poco frecuente (no inédito) de vuelco en los votos de la encuesta. Al comienzo de semana estaba destacada Loli, aunque ya avisé entonces de que no suficientemente destacada. El domingo ya dije que podía haber un vuelco, que finalmente se ha terminado consumando. ¿Coincidirá esto con los votos reales? A saber, igual sí o es totalmente lo contrario. En todo caso, hay muchas posibilidades de que salga Luis en esta expulsión tan decisiva.

La salida de Luis tiene su parte positiva y su parte negativa, como casi todo. Como ya he hablado los días precedentes de esto, solo apuntaré una cosa positiva y una negativa. Lo bueno será ver a Paula liberada de ese yugo. En dos semanas esta concursante ha pasado de gran protagonista a estar casi desaparecida, anulada por un Luis protector, lo cual ha dado alas a sus antagonistas. Lo malo, aparte de la sensación de soledad que tendrá en un principio, es que la expulsión de Luis significa que se queden en la casa la bruja que manipula a todos con sus chuscas premoniciones, y ese concursante, llamado Jonathan, que se mueve menos que los ojos de Espinete. Me deprimo demasiado contemplando el panorama.

Superaron la prueba semanal a pesar de los fallos que apuntamos ayer y comentados por el ‘súper’ ayer. A decir verdad, creo que se lo merecen. En contra de lo dicho por Fran hace una semana, creo que este grupo se está tomando las pruebas más en serio que en algunas ediciones pasadas. Curiosamente, los fallos de concursantes levantados cuando entraban a poner flores o cadenas son responsabilidad directa de Fran, no así cuando muertos o vivos se incorporaron de sus tumbas o camas, hablando incluso con los dos visitantes. No debieron entender esa parte del enunciado de la prueba.

Hoy tenemos una fiesta, y Mercedes Milá será su anfitriona, como cada jueves. En este caso será para recibir a María Teresa Campos, que visitará Guadalix, entrevistar al expulsado y dar paso a unas nominaciones que vendrán con invasión zombi. Hoy es la gala del terror y las sorpresas, así que la diversión está asegurada.