Folclorismo delirante

telecinco.es 25/02/2011 09:45

Lo que se presentaba como una gala demasiado larga para una expulsión y su posterior entrevista, con unas nominaciones en las que solo podían dar un punto (en esta ocasión en negativo, pero con idéntico resultado al previsto ayer), fue levantado por Dámaso en el momento de entrar al escenario. Ignoro qué le dieron a este muchacho durante su traslado en coche desde Guadalix a Fuencarral, o tal vez su delirio era consecuencia de la velocidad a la que suele cruzar la sierra madrileña ese vehículo.

Folclorismo delirante el de un Dámaso que entró en plató cual Marifé de Triana, o más bien un híbrido entre esta y Juanita Reina (para quien no las conozca, se trata de dos de las reinonas más importantes que ha tenido la copla). En algún momento me pareció que iba a comenzar un monólogo, vaso en mano y absolutamente arrobado disfrutando del aplauso del público. Las gradas enloquecidas aplaudían al expulsado como si hubiera ganado el concurso, mientras él saludaba como una estrella del rock, de un lado a otro, entregado al respetable.

Menudo fenómeno este Dámaso, artista descontrolado capaz de poner a un plató en pie, saludando uno a uno a todos sus compañeros de concurso y asumiendo la entrevista como el gran momento decisivo de su carrera de cantante. Daba igual si le preguntaba Mercedes por su salida del armario o por el sonambulismo ocasional que demostró tener en esa casa, su respuesta era precedida siempre de un obsoleto requiebro. Porque este púber con granos en la cara y movimientos desgarbados, a veces parece niño y otras viejo.

Sea como sea, le debo un rato de delirio auténtico, probablemente a contar entre lo más surrealista que ha pasado por ese plató en muchos años, incluyendo su besarraco en los morros a Óscar, que aunque más bien fue un piquito se magnificó por el entusiasmo de una de las partes, no hace falta decir cuál. Y es que Dámaso es muy de magnificar, tanto que ha conseguido en estos meses no hacer olvidar su definición sexual, centrándose buena parte de la entrevista de anoche en ello.

Me hago cargo que en un pueblo pequeño las sensibilidades son distintas y no hay el mismo nivel de privacidad que en una gran ciudad como Madrid, donde es posible vivir en un bloque de cuatrocientas viviendas y apenas conocer a ningún vecino. Ahora bien, en los tiempos que corren algunas cosas han empezado a tomarse como una anécdota, aquí y en la China popular (que decía cierto político catalán). Por fortuna fue sensato al decir referido a sus amigos que posiblemente se habían dado cuenta de cosas. ¡Como para no darse cuenta!

Pero a él le daba todo lo mismo, porque en realidad creo que ha estado tanto tiempo encerrado para poder vivir el momento de anoche, bajando la rampa al atravesar la puerta de Gran Hermano (esa que se abre cada jueves para recibir al expulsado, parafraseando a Milá) con los brazos extendidos, como un Jesucristo Superstar de aldea en busca de sus apóstoles. "Era conservador", decía un poco más tarde, de nuevo magnificando su paso por el programa. "Nunca conté a nadie que era gay, solo lo he contado en Gran Hermano", decía como un cumplido Dámaso el magnificador.

Y en la fila cero, el sofá de los exconcursantes, dos mujeres tan arrobadas o más que el propio expulsado. Catha sonriente todo el rato, encantada de ver a Dámaso en su salsa. Y Lydia orgullosa del nuevo hombre que se ha criado a sus pechos (no es textual), ese joven con trazas de viejo prematuro, más delgado que nunca, más rubio que nunca, más maquillado que nunca y cada día más gay (cómo él mismo dice).

A decir verdad, no me gustó nada Dámaso en la entrevista. Bien por su entrada a plató y el show que Mercedes le dejó hacer, supongo que con la complicidad de Álvaro, director de la gala (me lo imagino por el pinganillo a Mercedes: "Déjalo que siga, así rellena un poco esto, que vamos hasta las mil y queda mucha noche por delante, con un poco de suerte el coplista este nos hace el programa él solito"). Pero mal por su pose forzada respondiendo a las preguntas de Milá. En lugar de abrirse con sinceridad y desde el corazón, decidió mantener su chirriante interpretación, incluso hablando de aquellos temas que más le podían afectar de su paso por la casa.

Como buen artista, limó asperezas y proclamó a los cuatro vientos que se ha llevado bien con todos sus compañeros, lo cual no es muy exacto. Incluso se pasó de frenada durante la despedida a sus compañeros desde el plató, no sabiendo diferenciar la cordialidad con el falserío desmedido y pelota que demostró hacia Laura, con quien ha pasado una semana fatal pero ayer se deshacía en los elogios. "Eres un encanto de persona", le decía a la parleña, consiguiendo un efecto distinto del pretendido puesto que Yago le llamaba después falso y la propia interesada decía que había estado seco con ella. Está claro que Laura nunca está contenta, incapaz casi siempre de hacer un juicio positivo sobre sus compañeros en esta experiencia.

Las nominaciones terminaron con el resultado previsto, como decía antes, saliendo a la palestra los tres que aún no tienen sitio asegurado en la final. El jueves próximo, por tanto, se rifan dos puestos en la final y un expulsado que quedará en el deshonroso cuarto puesto, según la tradición de este programa. No termino de entender por qué va a ser peor quedar cuarto que quinto. Si acaso, veo el inconveniente de no llegar a la final por tan poco puesto que quienes sí lo hacen pueden presumir de no haber sido expulsados nunca, en esta ocasión a excepción de Yago Hermida dada su condición de repescado.

No saltó la sorpresa, como había soñado en algún momento durante la semana. Para quienes cuestionan la observación que hemos hecho muchos, dentro y fuera de la casa de Guadalix, sobre los peculiares ritmos de Laura y Marcelo a la hora de tener broncas y, aún más importante, reconciliarse, diré que si no hubieran arreglado sus diferencias antes de anoche es posible que las nominaciones hubieran podido terminar de forma distinta. Pero así, no bastaba con que Yago diera la sorpresa y decidiera nominar a Marcelo, por ejemplo.

En caso de que el gallego hubiera dado la campanada, solo hubiera conseguido evitarle la nominación a Laura, ofreciéndole un pase directo a la final. Dados los precedentes, no confío mucho en la diferencia entre esa situación y lo que salió anoche de las nominaciones reales. A Marta le va a resultar complicado superar esta nominación en la que se enfrenta a los señores de 'quetepés'. Aplíquese al caso la teoría del cincuenta por ciento, de la que tanto habló siempre Belén Rodriguez, a quien mando desde aquí todo mi cariño en el doloroso momento que vive tras la muerte de su madre.

Por si hay alguien despistado, recordaré que Laura se decantaba por Marta, esta y Marcelo se nominaron mutuamente, mientras Yago decía no querer convivir con Laura. El 'modelo internacional' era el único que podía barajar entre tres opciones, mientras todos los demás debían decidir solamente entre dos. La decisión de todos era previsible, ya nominasen en positivo o en negativo. Pero la fuerza de una pareja de concursantes blindándose mutuamente está por encima de todo, y entre cuatro aspirantes finales al premio tienen las de perder los otros dos.

Otra cosa es lo que pase el jueves próximo, a pesar de que la balanza tienda a desequilibrarse siempre a favor de Laura y, por extensión, también del 'malaguita'. Siento decir esto pero las encuestas este año no sientan cátedra entre otras cosas porque es imposible medir estadísticamente una marea de votos que proceden de un impulso visceral casi militante. Mucho menos aún si, como se dice por ahí, esa misma marea se está encargando de manipular las encuestas votando lo contrario a aquello en lo que invierten el saldo de su teléfono móvil.

No nos engañemos, frente a un Marcelo reconciliado con Laura, más 'totito' que nunca, lo tiene difícil esa Marta rozando el ridículo al decir que Yago es un ángel. Me han crucificado a mí por decir simplemente que es honesto (decente, decoroso, recatado, razonable, justo), qué no dirán del discurso entregado de Marta, gran aficionada a la exageración. Ahora que vuelvo a mirar la definición del diccionario, es probable que alguien ligase mi razonamiento y lo mucho que le ha gustado al gallego mostrar su anatomía, siempre desnudo de cintura para arriba y con frecuencia también para abajo. En ese aspecto ha sido de todo menos recatado y pudoroso, ciertamente.

De toda la profusión de vídeos que pudimos ver anoche me impactó particularmente ese en el que Marta hace una auténtica hagiografía del personaje hablando de su paisano, casi en pleno ataque de locura. También aquel en el que sufre un ataque de rabia, seguido de otro ataque de ansiedad. En conclusión, Marta está atacada, no hay más. "La vida me debía un millón de sonrisas y me lo ha devuelto en forma de ángel", es una frase que a todos nos gustaría ver dedicada a nosotros mismos. He de confesar que he pasado de la indiferencia a la envidia, pasando por otras fases más complejas que excuso no detallar. Me está terminando por dar envidia esta Marta capaz de decir cosas tan bonitas como exageradas.

Otras perlas de la gallega son estas: "Crecí como persona gracias a él", "Es como un hermano", "Le debo más de lo que le podré pagar", "Me alegro de que sea finalista, es el que más se lo merece y además quiero que sea el ganador de esta edición"... ¿Pero esto qué es? ¿Esto qué es? (diría Matías Prats) Lo malo es que ahondando en su angelical teoría (ya digo que lo suyo es pura hagiografía) no sé si estuvo acertada al decir que Yago es como un ángel caído del cielo. Marta debería ver la serie Ángel o Demonio, que pone este mismo canal, para ver si piensa en lo inapropiado de hablar del concepto de 'ángel caído'. En Madrid, dentro del parque del Retiro, se puede ver la única estatua que se exhibe públicamente en el mundo dedicada a esa figura. La primera vez que la vi no me reprimí al exclamar: ¡Demonios!

Por ciertos

Rescato del minutado del gran Viruete este diálogo de anoche entre Marta y Yago:

Pobres. Me temo que al final, si no lo remedia la audiencia votante, adulta y dispar, Yago terminará sujetando el cirio la última semana. Me refiero a la expresión popular de sujetar la vela, nada que ver con la anatomía de Marcelo. Aunque no sé bien qué pensar tras confirmarse un día más la obsesión del 'malajeta' por los pezones de su amigo. "Tú eres gay. Sal ya del armario, porque te pasas el día tocándome los pezones", le decía el modelo ayer mientras tomaban el sol primaveral que ha invadido la capital de España desde ayer, incluso en Guadalix de la Sierra. Creo que le gustan más los pezones de Yago que los de Laura, en caso contrario no se entiende. Bueno, así tampoco.

El Gato responde

Gato, ¿sería posible que hicieras llegar a Mercedes Milá la petición de que diga los porcentajes de expulsión que aún no sabemos? Es que se lo he dicho varias veces en su blog pero siempre se le olvida!! Gracias!!!

Aunque me temo que no es cosa de Mercedes Milá (bastante tiene con lo que tiene), dicho y hecho. Los aficionados a Gran Hermano queremos saber (recordando mítico programa).