Aritz: "En esta casa hay amores de telenovela... barata"

telecinco.es 05/10/2015 09:41

Ya lo dice Aritz, que observa todo con atención y saca conclusiones normalmente sensatas: “Vaya amores los de esta casa. Amores de telenovela… barata”. Es decir, lo que solemos llamar “hamor berdadero”. No se trata de poner en marcha un teórico detector de pasión amorosa, lo que vendría a ser un polígrafo del amor. Nadie sabe dónde está ahí la verdad y la mentira. Pero ver la madrugada del sábado al domingo a Raquel mirando a cámara con cara de picardía diciendo que desde el minuto uno se fijó en Suso es, cuando menos, mosqueante.

No se me olvidará esa secuencia, casi al alba, entre Suso y Raquel, con Amanda sujetando la vela en una inexplicable y evitable posición. No olvidaré todo lo que me fue transmitiendo lo que los dos protagonistas iban diciendo y la sensación que me fue causando. Ahora me da igual lo que me digan, yo lo viví en directo. Ningún resumen es capaz de transmitir con tanta fidelidad la sensación de estar ante algo real o un auténtico paripé. Mi convicción es absoluta sobre que lo de estos dos concursantes no es que sea una telenovela barata, sino que se trata de una total y completa tomadura de pelo.

“Ahora ya no te vas, Raquel. Y Amanda tampoco”, decía Suso. La supuesta razón de esa repentina seguridad era una supuesta relación entre él y Raquel. Hasta vimos con poca claridad un beso, que bien pudo ser en la mejilla. No obstante, a la mañana siguiente confirmaba Suso que se habían besado, y alguna vez más por la mañana, en un rato que compartieron cama antes de levantarse. Además, anoche Suso conoció el jardín secreto, como otros concursantes, y a su vuelta contaba que se habían morreado en el pasillo sin cámaras camino de ese lugar.

Esta carpeta de cartón piedra estuvo a punto de ser la más fugaz. Antes de ese supuesto morreo, Suso le decía a Raquel que mejor quedaban como amigos, porque se estaba empezando a rayar. Más o menos eso mismo le había dicho antes a Sofía. No sé si este chico es preocupantemente inestable o si se va moviendo según le manda su intuición, de acuerdo con determinadas informaciones que va teniendo. Vimos en su momento que unos porcentajes ciegos igualados le movieron a acercarse de nuevo a Sofía, de semejante manera que se había apartado de ella tras haber quedado nominada. Anoche Suso supo que esta semana había estado a un solo punto de quedar nominado. “Yo he estado a punto de salir con cuatro puntos”, decía el jueves pasado. Pues bien, anoche se enteró de que no fueron cuatro sino once.

Fue el privilegio que tuvieron quienes acertaron secretos la pasada semana. Amanda, Raquel, Suso, Ivy y Aritz pudieron conocer los puntos que obtuvieron todos en la nominación del jueves pasado. Aritz podía ser el menos interesado, teniendo en cuenta que fue el único cuyo nombre no fue pronunciado. Es decir, obtuvo cero puntos. “A mí esto me da igual”, decía Aritz, al tiempo que Suso repetía: “Vaya mierda de privilegio”. A decir verdad, no le faltaba razón. De acuerdo que se trata de una información aprovechable, pero no tanto teniendo en cuenta que uno de los nombres de la lista aparecía como excluido, porque no pudo ser nominado al haber conseguido la inmunidad.

La inmunidad de Quique hizo que Marina fuese usada como comodín en las votaciones, por lo que sus ocho votos son engañosos. Si Suso se tuviera que fiar de esos resultados para nominar este jueves tendría que procesar muy bien la información o le daría sus dos puntos a Marina, pensando en salvarse él. Se equivocaría si eso hiciera. Y es que hay privilegios que los carga el diablo. Verse mucho más nominado de lo que esperaba pudo influir en las dudas expresadas anoche por Suso sobre su incipiente relación con Raquel. Eso, o es un veleta que rehúye cualquier acercamiento a una mujer. En realidad, creo que Suso se inclina en ocasiones por seguir la estrategia de Quique. Consiste en no hacer nada, lo cual dudo mucho que esté ayudando mucho al médico.

Suso tenía el miedo de que la historia con Sofía estuviese perjudicando a su imagen, tanto dentro como fuera de esa casa. Ahora probablemente se plantee lo mismo con Raquel. Y eso que anoche no conocieron los porcentajes oficiales ciegos, que podrían ser muy mal interpretados ahí dentro. Teniendo en cuenta que Sofía se ha salvado la primera en las expulsiones anteriores, probablemente pensarían que era la del 3,1 %, siendo la lucha entre el 44,7 % y el 52,2 % entre Amanda y Raquel. Esto hubiera espantado definitivamente a Suso, creo yo. Los espejismos que ciertas informaciones producen en la casa les llevan por un camino u otro en ocasiones. Recordemos que el jueves Suso le decía a Sofía “te estoy haciendo ganadora”, cuando volvía de la sala de expulsiones. Raquel bien pudo haber tomado buena nota de eso.

Puestos a que Suso haga ganador a alguien, mejor que sea a mí, debió pensar Raquel. Casi amaneciendo el domingo le decía que se había fijado en el minuto cero en él, como dije antes. Lo que ninguno de los dos (y Amanda, tercera en discordia, nunca mejor dicho) debió pensar es cómo en el minuto dos estaba maniobrando para subirle en las primeras nominaciones. Me fijo en él y lo nomino, lo más normal del mundo. Decir que Sofía fue a por Suso cuando pensó que se lo iba a quitar Raquel es sencillamente absurdo. ¡Pero si se metió en su cama la primera noche! Raquel está entre las que criticaron el descaro de Sofía por esto. Y es que en la actitud de ambas ante esto hay diferencias importantes.

Sofía no ha ocultado nunca sus intenciones con Suso. La vimos babear por él de forma abierta desde siempre. Sin embargo, Raquel se acerca de forma taimada, excusándose en que Sofía no le soltaba. Se hace incluso la santa, repitiendo que no quiere hacer daño a esta compañera. Una no se ocultó nunca, mientras la otra permanecía al acecho. Sofía va siempre a braga quitada y Raquel va de primorosa. La primera dejó siempre bien clara su intención de tener sexo con Suso, la segunda ni siquiera quiere comentar su acercamiento a Suso por "lo de la pulsera". Las mosquitas muertas tipo Raquel nunca me han interesado. Prefiero las mujeres que ponen las cartas sobre la mesa. Por no decir otra cosa.

Lo de la pulsera se lo decía ayer Raquel a Amanda, en un momento que no estaba Suso. No quiere comentar nada en el ‘confe’ por eso. No es otra cosa que una pulsera regalada por una “persona especial de fuera”. Ahora se plantea si quitarse la pulsera, lanzando así al exterior el mensaje de que se acabó. “Es lo que hay”, como dijera Laura Campos a su ‘orejas’. Unas horas antes, Raquel dejaba claro delante de Suso que ella no tiene novio ni nada. ¿Seguro que nada? Si le hubiera contado a Suso que besa esa pulsera cuando entra al ‘confe’ y porqué, no estaría yo ahora pensando que prefiero a Sofía porque va de cara. Raquel se oculta detrás de una pulsera, no dejando que esta le estropee su próximo argumento: una carpeta tan improvisada como supuestamente fingida.

Me produce auténtico sonrojo ver a Raquel ungida en perfección cuasi beatífica, confesando que huyó de Suso para no hacer daño a Sofía. Mucho más al ver como acompaña cada nueva revelación con una sonrisa pícara y la correspondiente mirada a cámara. He de reconocer que es mucho más fácil creer a Suso. No sé si es más listo o menos ladino. Vale que parece condicionado por la influencia que cada uno de sus pasos tenga en el juego y su destino en el mismo. Puede parecer un pillo, pero ni siquiera creo que tenga capacidad para escenificar algo como lo que vimos hacer a Raquel hace un par de madrugadas.

Raquel como autora de la escenografía y el guion, así como principal intérprete de esta telenovela, como dice Aritz. Suso solo tuvo que sumarse a la representación, y lo hizo de forma convincente. “Estoy ilusionado”, le decía a Amanda, en un descuido de Raquel. Puede pensarse que hablaba como un adolescente ante su primera historia amor. Pero creo que Suso debía estar pensando que esto podía ser el golpe de gracia para que Sofía sea eliminada esta semana. De ahí su convicción sobre que desde ese mismo momento Raquel (y, por extensión, Amanda) estaba salvada.

Como casi siempre pasa con Suso, da pena más que otra cosa. Se piensa que su perfil polémico le puede estar ayudando para aguantar en el concurso, sin caer en que no se ha expuesto nunca a la expulsión. También es cierto que probablemente le da igual durar poco que mucho. En más de una ocasión ha dejado claro que su objetivo es salir en medio de la polémica para hincharse a hacer bolos. Suso siempre gana. Cada vez veo más similitudes entre esta pareja y aquella formada por Flor y Feroz en GH 12. Les queda dedicar su primer polvo, a poder ser en el jacuzzi, a Mercedes Milá. Mano de santo para jugarse la expulsión disciplinaria.

Es curioso cómo la fama de Suso se está cimentando en una gran mentira. Ya expliqué hace días que él no comparte su estrategia con la audiencia, solo se limita a intentar disimular sus errores en el ‘confe’. También se dice que Suso se muestra tal cual es y está siendo sincero, pero veo todo lo contrario. Estoy viendo un Suso que nomina a Ivy y asegura a media casa que no la ha nominado. Compruebo que Suso afirma no haberse metido con los defectos físicos de nadie, pero yo recuerdo como se burlaba de las tetas de Maite o hacía burlas sobre la cabeza de Sofía, diciendo que parecía un chupa-chups. También recuerdo cuando escuchaban gritos de fuera diciendo “Suso falso” y volvía a la casa diciendo que habían dicho “Suso y Carlos”.

Es especialmente apropiado en este juego que los concursantes se muestren tal y como son. Estamos de acuerdo que mucho mejor esto que lo contrario. También es verdad que debería suponerse, por lo que no lo veo como un valor añadido para el concursante. Pero, sobre todo, con eso no basta. El mayor monstruo de la humanidad seguramente se mostraba siempre como era, lo cual no le hace bueno. Con todo, estas cosas son fruslerías que se alejan de lo más importante en este personaje. Suso es un retrógrado que denigra a las mujeres. Y eso me despierta suficiente rechazo hacia este concursante.

El paripé carpetero de la madrugada del sábado vino después del ‘patata-gate’. El uso privativo de un bien común como la comida siempre es polémico en Gran Hermano, aunque en cada caso lo valoramos de forma distinta atendiendo a ciertas circunstancias. No es lo mismo esconder comida que hacerse unas patatas fritas con queso y bacon. Fue Han el brazo ejecutor, y Suso se las encontró hechas, como justificaba él mismo más tarde. Comieron del plato Suso, Amanda y Han. Esto también es determinante. No valoramos igual algo así si lo hacen concursantes que nos caen simpáticos o todo lo contrario.

Si el que roba comida me tiene ganado de antemano me hará gracia. Si no me hace gracia me va a parecer mal que lo hagan. ¿Diferentes varas de medir? No, más bien diría que las cosas hay que ganárselas. Así de simple. En el fondo, comerse una patata tampoco es como para un juicio sumarísimo. También he de decir que nadie lo hizo. Sirvió este episodio para comprobar por dónde van algunos. Por ejemplo, Vera dijo al principio que comería y en cuanto vio la oposición de Aritz reculó. La noche anterior, Vera había confesado que veía a Aritz ganador de este concurso. Desde entonces, se convirtió un poco en su sombra. Debe ser por aquello de arrimarse a buena sombra, que dice el refranero. Han, por su parte, demostró el poco valor de su palabra. Primero dijo que Quique también tenía intención de comer porque había dicho que le avisaran cuando estuviera. Preguntado por Quique, aclaró que había dicho después que no iba a comer. Y cuando Amanda le apretó las tuercas decía no haber escuchado aquello que él mismo había contado un rato antes.

Quique se dio cuenta pronto de que mejor no unirse a ese robo de comida. Vera tardó un poco más. Nos puede parecer cobarde y les podemos criticar por cambiar de opinión, pero de esta se han librado. También sería cobarde Raquel, que desde el principio dijo que ella no quería. Tal vez fuera la más lista y quiso evitar las consecuencias. Aritz, por su parte, no desaprovecha ninguna ocasión. Primero dejó claro que le parecía mal lo que estaban haciendo. Eso sí, esperó a que el plato estuviera caliente para expresarse de forma vehemente, no fuera a hacerlo antes y abortaran el plan. Luego se llevó a Han al cuarto de baño y le soltó la charla paternalista. Espero el día que Aritz le diga a Han: “Si tomas alcohol en las fiestas no discutas”. Entonces sabré que se cree un nuevo Pepe Herrero y ve a Dayron en Han.

Aparte de charla paternalista, Aritz volvió a decir que no iba a cocinar más. Aseguró que esta vez iba en serio, pero ayer le vi de nuevo cocinando pasta para todos. Esta discusión entre Han y Aritz estuvo entre matrimoniadas y ‘La cocina del infierno’. Ambos sienten mutuos celos por su labor de cocineros. Aritz reprochaba a Han que le hubiera dicho cómo debía cortar una cebolla o si debía poner el cuchillo a 65 grados. ¡65 grados! Tanta precisión no la pide ni Gordon Ramsay. Deberían dejarse de hacer ‘playcocining’ (el nuevo ‘playmaleting’), amenazando con dejar de cocinar, y permitir que otros compañeros prueben suerte entre los fuegos. Ninguno debería perpetuarse en una tarea, por mucho que dominen más la cocina Han y Aritz que los demás.

Moleskine del gato

La prueba de esta semana es mucho más entretenida de lo acostumbrado. Lo de las preguntas de cultura general fue sencillamente desternillante. Hay dos docenas de respuestas para enmarcar, pero me quedo con una de las primeras. Le preguntaban a Carolina por el gentilicio de Barcelona. No conocía lo que es un gentilicio, por lo que su respuesta fue tan surrealista como esta: La Sagrada Familia.

La última ronda de apuestas se cerró ayer, y habrá que esperar al jueves para conocer las de todos. Anoche en el Debate solo vimos que Aritz apostaba a que Raquel sabe los secretos de todos. Nied, Raquel y Amanda coincidían en que Quique sabe todo de Gran Hermano. Y, aunque había quedado con Raquel y Amanda en que los tres apostarían por lo mismo, al final Suso se decantó por decir que Quique ve muertos en la oscuridad. Su teoría de que al ser enfermero ve muertos en el depósito de cadáveres presupone que en tal sitio no encienden la luz por no despertar a los difuntos. O algo. Por cierto, la broma de llamarle enfermero ya hiede. Por la tarde le explicó Amanda que era médico, más concretamente oncólogo. No sabía lo que era eso, como cabía esperar.

Dejo cartelera con la mejor interpretación de Suso y Muti.

[Cartelera por Montse Juanilla]