Azahara, a Luis: "Me molesta que me caigas bien"

telecinco.es 24/09/2014 08:58

Azahara se siente mal porque le cae bien Luis. Es más, su malestar es tan importante como para provocarle el llanto. ¿Cuál es el pecado de ese concursante? Pues simplemente que quiere ser torero. A la fobia social tal vez hay que añadir fobia taurina, y tal vez tendremos que descubrir aún algunas otras fobias de esta singular concursante.

He de aclarar que Azahara no me parece singular porque esté yo aquejado de ninguna fobia como bien podría ser la fobia a los camareros de discoteca, o a las personas guapas de envidiable cabellera, o a aquellos hondamente preocupados por alimentarse de forma sana. Bueno, en esto último sí he de reconocer un cierto rechazo visceral. Yo es ver un alimento biológico, orgánico o ecológico y mirar sistemáticamente para otro lado. Como decía ayer @VengadorT en Twitter: “Decir ‘Yo no como, me nutro’ es como ‘yo no follo, me reproduzco’, un ratito triste, vamos”. La frase primera es de la concursante de Gran Hermano. ¿Qué quieren que les diga? A mí me gusta disfrutar comiendo.

Con todo, cuando hablo de Azahara como una concursante singular me refiero a su peculiar papel en el programa desde el minuto uno. En primer lugar, pasó toda la primera gala entre el público, con lo cual conoce a todos sus compañeros mejor que el resto de concursantes. Ayer hacía yo un repaso de quiénes conocen el secreto de Omar y su hermano, llegando a la conclusión de que eran cinco concursantes (el propio Omar, Vitín, Alfredo, Paula, Josep y Fran). Me olvidaba de Azahara, que debió enterarse al escuchar la conversación entre Milá y Omar en la gala de presentación.

De hecho, Mercedes Milá tuvo especial cuidado en advertir a Azahara que ella lo sabía todo sobre sus compañeros, haciendo hincapié en que no debía decir nada sobre el secreto de Omar. Son seis, por tanto, los concursantes que poseen esa información privada a los demás, bien porque han tenido conocimiento de ello como porque se lo han imaginado (como es el caso de Fran). Azahara entró con esa ventaja respecto a sus compañeros, lo hizo la última, adoptando un protagonismo especial porque su figura de cartón en el pabellón de pruebas estuvo todo el rato tapada con un trapo de color rojo.

Una vez dentro de la casa, Azahara ha tenido la suerte de no ser expuesta a un tartazo del payaso enano, tuvo una cuota de protagonismo negada a sus compañeros en el programa del domingo al tener que elegir su compañía y comunicar a Hugo que se trataba de él. No quisiera ponerme tiquismiquis, pero incluso ayer salía del ‘confe’ con su difusor de pelo explicando que lo tenía un redactor, ante la extrañeza de algunos de sus compañeros, sorprendidos por tal afirmación.

Visto lo visto, no es disparatado afirmar que el paso de Azahara por el programa, en estos primeros días, ha sido un tanto singular. Desde luego, distinto que el de otros concursantes. A pesar de eso, ella no ha parado de lamentarse con sus compañeros, prácticamente uno por uno, por concursar en solitario. Lo sigue haciendo, a pesar de haber elegido compañía, con el argumento de que ella ha entrado sola, sin nadie de su confianza en quien apoyarse en los malos momentos.

En ningún momento he visto que reconociera no ser única en eso. En su mismo caso están Paco, Xamy, Alfredo y, si me apuran, el propio Hugo, aunque tenga a su Rubia cerca. En cualquier caso, me resulta llamativo que ante tanta situación de ventaja insista una y otra vez, de forma machacona, en ese punto negativo. Tal vez el contar con la ventaja de conocer mejor que los demás a sus compañeros debería servir para dejarse de hacer la víctima.

Sospecho que Azahara ha elegido ese rol de concursante sufriente y le costará salir de ahí. Dando por buena su supuestamente diagnosticada fobia social, no termino de entender que salga el domingo del ‘confe’ medianamente satisfecha porque había podido enlazar tres palabras, al menos. Sin embargo, como espectadores la vimos desenvolverse perfectamente, con un discurso coherente y bien construido.

No digo que intentase engañar a sus compañeros. Seguramente es muy exigente consigo misma y le hubiera gustado hacer una mejor intervención. Y no me cabe duda de que estaría nerviosa, como es normal en tal situación. Ahora bien, ese negativismo cuadra con el resto de su comportamiento, tendiente a presentarse en desventaja cuando la realidad indica todo lo contrario.

Ayer Azahara volvió a hablar con Luis, en uno de los pocos ratos que no estuvo con Hugo, de quien no se separa desde el domingo por la noche. Fue en esa conversación donde hizo la afirmación con la que abro este escrito. La respuesta de Luis fue de sombrerazo, a pesar de lo dura que resulta esa afirmación. Incluso quiso terminar la charla con un abrazo. Ya dije que me parece más tolerante Luis que Azahara en esta cuestión. En todo caso, tampoco es algo particularmente ofensivo para el torero, más bien diría que a quien deja en peor lugar es a la propia Azahara.

¿Qué es eso de sentirse molesto con uno mismo porque te cae bien alguien? ¿Cómo podemos definir a aquel que enjuicia a los demás por su profesión? Demasiados prejuicios y no muy distintos de los que demuestran tener aquellos que rechazan a quienes son de otro país, otra raza u otro credo, por poner algún ejemplo. Luis no se ganará a Azahara, pero sí lo está haciendo con otros compañeros y parte de la audiencia. Vitín y Omar afirmaban ayer estar sorprendidos positivamente con él porque bajo su apariencia de señorito andaluz se esconde un cachondo capaz de pasarse 40 minutos riendo. Totalmente de acuerdo.

De entre todo lo que está demostrando Azahara su actitud hacia Luis parece lo más difícil de superar. Poco a poco puede empezar a arrinconar y superar su fobia social, también parece mostrarse ya más alegre y ayer la veíamos hasta divertida en la fiesta de cumpleaños de Paula, lo cual celebro. Ha empezado a relajar su gesto serio y eso es muy significativo. Pero dudo mucho que deje de sentirse molesta con ella misma por el peregrino motivo de que le caiga bien un individuo que ha elegido libremente su profesión y está luchando por ello.

He visto reuniones de comunidad de vecinos más divertidas que el cumpleaños de Paula celebrado anoche. A decir verdad, lo mejor fue el elaborado mensaje que acertó a escribirle Omar en el reverso de una foto de ambos que el programa dejó en el ‘confe’ junto a los collares hawaianos y otros aditamentos comprados en un chino. “Por una historia inolvidable”, escribió. Y tuvo el descaro de decir que lo llevaba meditado. Evitaré imaginar lo que habría puesto de no haberlo pensado antes.

Xamy dando vueltas como si fuera el vigilante jurado de la sala. Los primos surfistas en plan scouts, proponiendo juegos más propios de una concentración de seminaristas que de la casa de Gran Hermano. Y la cumpleañera pasando más tiempo en el dormitorio junto a su maromo que en la fiesta. Un remate desvalido a una jornada bastante insulsa. Poco que reseñar si dejamos a un lado nuevos Paco-consejos, esta vez del tipo “hay que vivir el momento”, tan vulgares y tópicos que harían enrojecer de vergüenza hasta a un redactor de la revista Cosmopolitan.

De entre todo lo visto en la casa me quedo con una conversación de madrugada entre Paco y Xamy donde esta última intentaba proteger al taxista, o más bien quería conseguir que este se protegiera a sí mismo. Reacciones como la que tuvo ayer con Hugo por no haber dejado bien limpio el baño tras cortarse el pelo son evitables según la de Ceuta. “En lugar de decírselo en público le preguntas si puede venir un momento, le llevas a un sitio sin gente y se lo dices”, recomendaba Xamy. Parece una recomendación sensata.

Xamy está siendo una de esas concursantes transversales, presente en todas las tramas y con facilidad para sonsacar información a los demás con sus inagotables preguntas, también útiles para conocerlos más a fondo. Es una de las concursantes más interesantes de este año, sin duda alguna.

Por la mañana hubo conato de discusión entre Alejandra y la pareja de moda en Guadalix. En buena medida, la culpable fue Xamy por hacer una impertinente pregunta a la de Albacete. Parece que la pregunta fue si en caso de que Omar no se hubiera liado con Paula pensaba que hubiera tenido, ella o su prima, alguna posibilidad con el madrileño. Ella debió descartarlo porque luego en el pabellón de pruebas le daba una colleja a Omar diciéndole: “Y tú no te piques conmigo”.

La respuesta de Omar fue para enmarcar, una muestra más de lo sobrado y creído que es este chico. Dijo esto: “Pero escucha, que yo salgo por la calle y a mí se me tiran al cuello. Que no tengo ningún problema con ninguna chica”. Solo viendo la utilización abusiva del “yo” y el “mí” en la frase de Omar podemos adivinar un poco mejor cómo es el personaje.

Luego le extrañará que le acusen de sobrado. Durante la fiesta de la noche decía Omar: “Me voy a callar porque luego me expulsan por prepotente”. Y Alejandra contestaba, sin que se enterase el interesado: “Pues normal”. La actitud de Alejandra puede ser interpretada como producto de los celos, aunque sospecho que es más bien consecuencia de su personalidad.

Alejandra parece de esas personas acostumbradas a las reacciones algo bruscas, no excesivamente delicada ni cuidadosa. Demasiado directa para lo que se lleva, sobre todo entre los concursantes de GH 15. Sus amigas y otras personas cercanas (como su prima Yoli) la conocen y están acostumbradas a ese tono, incluso tienen confianza con ella para responderla de forma similar. Otra cosa son sus compañeros de encierro, que habrán de acostumbrarse.

Particularmente, creo que Alejandra no tiene celos de Paula, aunque sospecho que no le cae excesivamente bien, y es incapaz de disimularlo. Todo lo contrario que Yoli, quien ayer estuvo haciendo la pelota a la hawaiana por encima de sus posibilidades. Creo que estaría más complicado disputar la inmunidad en las nominaciones si la dan al que más abrazos dé a sus compañeros que escondiendo por la casa bogavantes, o similar.

Ayer el ‘súper’ les advirtió de que estaban haciendo mal la prueba al no completar el primer castillo de tres. Han tenido suerte porque les han dado la oportunidad de corregir, aunque alguno no lo entendió así. Luis, por ejemplo, estaba muy enfadado y no entendía por qué no se lo habían advertido el día anterior. Debían de dar gracias, porque así tienen muchas posibilidades de superar la prueba. Ah, y vimos a Loli con el uniforme de astronauta, colaborando a dar vueltas al Gravitrón. ¡Qué menos!

Moleskine del gato

Paco aparte de seductor y follador incansable ha resultado ser un llorón. Según su propia confesión, se mete en su taxi, pone la radio y si la canción que suena le gusta mucho llora. "Yo lloro de felicidad”, dice el taxista. A continuación fue Loli la que lloró. Y, como no cabía esperar de otra forma, la escena terminó con los consabidos abrazos. De momento son gratis, aprovechemos.

Vitín va dando pistas sobre sus preferencias entre las chicas de la casa: "No hay nadie de mi perfil, como mucho Yolanda”. Lástima que las primas parezcan tener preferencia por los primos.

Loli dice que en otras ediciones solo comían pasta y ellos están comiendo mucho más variado. ¿Perdona? Que se esperen a perder una prueba y no tener presupuesto.

Y dejo cartelera con un remake de ‘Hitch: especialista en líos”, en el que Paco sustituye a Will Smith.

[Por Montse Juanilla]