Casi 100 por 100

telecinco.es 21/02/2017 08:58

Las probetas de los cuatro nominados esperaban que cada concursante vaciara uno de los vasos con líquido de color vino rosado. No volverán a echarle todos a la de Alejandro, pensé entonces. Habría apostado a que no sería así. Sin embargo, uno a uno volvieron a llenar su probeta. Al propio Alejandro le tocó el último. Un rato antes el ‘súper’ le había interrumpido cuando empezaba un parlamento dirigido a todos sus compañeros. Aprovechó el momento para recuperar ese mensaje en versión ligeramente reducida. Dijo así: “Si por algún milagro de la vida no me voy este jueves, pido que me deis la oportunidad de no nominarme alguna semana. Quiero explicárselo a mis hijos, a mi familia, que hubo una semana que mis compañeros confiaron en mí. Solamente os pido eso”. Y acercando el vaso a su propia probeta, Alejandro concluyó: “Y si queréis puedo echármelo a mí mismo, en solidaridad con vosotros”.

El gesto es casi de 10, o para hacer juego con esa mecánica de las probetas, diría que casi de 100 por 100. Porque, precisamente, la probeta quedó llena sin llegar al 100 por 100, a pesar de que todos habían vaciado su vaso en ella. Y es que con Alejandro no hay quien pueda. Ni siquiera aunando todos los esfuerzos pueden llenar el vaso de su paciencia. Y, como él dice, si por algún milagro no se va este jueves, tanto como si nada puede salvarle, quedará para la historia el gesto de un grande. Alejandro saldrá de esa casa, posiblemente en un par de días, con la cabeza alta y habiendo dado una lección a todos. Ha brillado frente a la mediocridad, incluso en el momento de prever su propia expulsión. Eso sí, en solidaridad con todos esos que le han nominado semana tras semana. Los que han censurado que se acercase a los diferentes, aquellos que eran ignorados por el grupo y a quienes también le nominaron siempre.

Alejandro ha soportado estoicamente que le arruinaran el café de la mañana poniendo sal en el recipiente del azúcar. Le han despreciado y vilipendiado sin medida. Cuando el jueves pasado volvía de la sala de expulsión Aly decía: “Así seguimos teniendo lavavajillas”. Esta concursante es la cara poco amable y delicada, mientras que Emma representa la de la hipocresía. Esa es la que mostraba anoche cuando Alejandro vertía el vaso en su probeta. Creo que en el fondo debía estar pensando que había estado brillante, pero nunca lo reconocerá. Su concurso se resume en una imagen de ayer por la tarde, tumbada en una hamaca del jardín mientras Irma estaba sentada en la otra punta. Los lunes al sol, como la película de León de Aranoa, solo que a estas les están pagando y no poco.

Y luego dicen que Alejandro no convive. Esa es Emma, a la que no he visto ni una sola vez hacer la comida, ni limpiar un maldito espejo. Que calla en cada discusión y no interviene en las decisiones esenciales para el funcionamiento de la casa, como cada vez que plantean el reparto de tareas. Igual si habla le toca una de ellas. Su versión de los sabios monos del templo de Toshogu (aquellos del no ver, no oír, no decir) es no hablar, mirar la web y nominar. Y ahí sigue. Aunque no es la única que está viendo pasar el tiempo. Es falso que si sale Alejandro fluirán las tramas porque el problema es que no hay tramas. La decisión de la audiencia votante ha impedido un normal desarrollo del concurso cercenando la discrepancia. El juego de equilibrios entre dos grupos en la casa funciona incluso cuando uno de los grupos es muy minoritario respecto del otro. Pero los del grupo minoritario han ido desapareciendo.

Si el jueves sale Alejandro habremos acabado con la disidencia. Imaginemos que vuelven repescados Aída y Tutto. Aunque pueda parecer una broma lo del cantante igual no van tan desencaminadas algunas encuestas que apuntan a este dúo. Tutto es “niente” y Aída será expulsada otra vez a la primera. Pan para hoy y hambre para mañana. La única opción para mantener algo de diversidad, un elemento discordante en la casa, es Alejandro. Voy más allá, este concursante da brillo a la casa porque tiene luz propia, que diría mi querido Iván Madrazo. Entre tanta mala sombra, vamos a apagar la luz. No me lo puedo creer. Pero todavía queda un hálito de esperanza en el milagro, como decía Alejandro. Aunque si ese milagro llega, tal vez debería este concursante abandonar toda esperanza de no ser nominado por sus compañeros.

Lo seguirán nominando porque no han llegado a captar la idea de que el todos contra uno no suele tener la aprobación de la audiencia. Ahí reside mi última esperanza. Ya dije ayer que ni repartiendo un croquis a la entrada de la casa hubieran sido capaces de entender este juego. Anoche la imagen de todo el grupo pronosticando la salida de Alejandro le alejó un poco más del camino de salida. No sé si es suficiente. Lo habría sido en otros momentos, cuando el voto no estaba secuestrado por legiones de adolescentes carpeteras que siguen soñando con que Daniela y Elettra tengan algo o se emocionan porque Sergio duerma con Ivonne. Aburrimiento máximo lo de esta pareja que anoche hablaba durante una hora sin que ellos mismos supieran dónde iban a parar. Sus conversaciones son tan deprimentes y poco fluidas que da pavor quedar atrapado en una de ellas y no ser salvado con otra cosa. Da igual lo que sea, me valen incluso un par de “fucking” de Aly.

Por todo esto que digo me resisto a que salga Alejandro. Un concursante que nos ha regalado casi un 100 por 100 de risas, casi un 100 por 100 de paciencia, casi un 100 por 100 de resistencia, casi un 100 por 100 de brillantez, casi un 100 por 100 de instinto televisivo, casi un 100 por 100 de integridad, casi un 100 por 100 de buena música convertida en un hit (aunque alguno haya intentado torpedear su lanzamiento, e igual hasta lo ha conseguido). Y si no ha dado de todas estas cosas el 100 por 100 al completo, como mostraba su probeta anoche, es porque todavía le quedan cosas por hacer en esa casa, razón por la que debe quedarse ahí dentro. Imposible comprar la idea de que Aída repescada no necesite a Alejandro dentro. ¡Pamplinas! No caigamos en esa trampa. Si esto pasa se consumará el ‘ghcidio’.

Anoche Daniela intentaba atrapar a Alejandro en una sucesión de argumentos falaces. Sospecho que pretendía llenar el vaso de su paciencia y hacerle perder los papeles. Ella ha visto en varias ocasiones como se revela ante la mentira. Como cuando Aly o Elettra le han criticado por decir lo que no dijo. Por cierto, muy oportuno el vídeo aparecido ayer de Elettra en otro reality llamando “maricón” a otro concursante. Alejandro ha saltado en varias ocasiones de forma enérgica, y solo cierto tipo de mentiras han logrado sacarle de su habitual tranquilidad y buen humor. Por eso pienso que Daniela jugaba ayer a conseguirlo, aunque he de decir que fue prueba no superada.

Entre las cosas falsas que le dijo Daniela es que él siempre vuelve de la sala de expulsiones cuando solo queda ahí dentro el expulsado. El tema venía de que Alejandro afirmó que cuando vuelve salvado la casa parece un funeral, mientras que en el caso de otros hay gran jolgorio y celebración. Es entonces cuando Daniela argumenta que cuando ella ha vuelto todavía quedaban varias personas esperando a que se dilucidase la expulsión, mientras que cuando vuelve Alejandro siempre es porque ya ha salido el expulsado. Sin embargo, esto es falso. Solo el pasado jueves ha sucedido así. Alejandro y Aless, el expulsado, se quedaron hasta el final en la sala de expulsiones.

Las dos veces anteriores que Alejandro estuvo nominado salió entre los menos votados. Lo hizo la noche que era expulsado Alonso y salían salvados él y Alyson, quedando Alonso con Irma. Y también la noche que Aída fue expulsada Alejandro era el menos votado de todos, quedándose en la sala de expulsiones precisamente Daniela. Esta fue la siguiente en salir, dejando ahí dentro a Aída y, de nuevo, Irma. Daniela tiene con frecuencia una percepción falsa de la realidad. Anoche lo demostró más veces, aparte de esta que acabo de detallar. Lo peor no es eso, sino que su percepción de la realidad está modelada en su propio beneficio, aunque confieso que lo disimula muy bien.

Ayer Daniela se empeñó en que hicieran reparto de tareas. Hace bien en esto porque, entre otras cosas, están obligados a hacerlo una vez a la semana, aunque están pasando de ello. Fue labor infructuosa porque el grupo se fue disolviendo según comprobaban que era imposible llegar a un acuerdo. Al final fue Daniela poniendo parches, hablando de forma individual con unos y otros. La filosofía de que cada uno limpie lo que está sucio cuando lo vea no garantiza que las cosas estén en orden y mínimamente limpias. Aly opinaba eso y lo compartía con los demás. Luego, hablando solo entre ella y Elettra, criticaban que Emma e Irma no limpien nunca. Ellas que tanto hablan de decir las cosas a la cara, en lugar de plantearlo al grupo, siendo ese el momento adecuado, preferían quedarse en el cuchicheo.

Irma escuchó lo que comentaban Aly y Elettra, pidiendo que lo compartiesen con todos. Cuando reclamó que esas cosas se las digan a ella en lugar de entre cuchicheos, Aly respondía que no lo consideraba suficientemente importante para comentárselo. De manera que cuando alguien no dice las cosas a la cara es porque es cobarde, pero si es Aly quien lo hace la razón es que no es algo importante. Lo más llamativo fue la respuesta que dieron Irma y Emma, mostrándose dispuestas a limpiar lo que haga falta. Solo hace falta que se lo pidan, porque que salga de ellas decir que no tienen tarea asignada es imposible. ¿Para qué van a hacerlo? Es mejor seguir los lunes al sol. Y los martes, y los miércoles…

Moleskine del gato

Comenzó la prueba semanal y toca bailar. Como puedan, eso sí. La ‘risión’.

Poco han variado los porcentajes ciegos desde ayer. Anoche estaban así: 64,2 %, 26,8 %, 6,5 % y 2,5 %.

Dejo cartelera, con Aless, quinto expulsado de esta edición y primer eliminado en la repesca, como Ratatouille. Como siempre, por Montse Juanilla.