Los demás nos condicionan

telecinco.es 23/10/2008 07:49

Ya están todos en la casa nueva, y esto parece como si . Recorrido el trayecto de un mes generalmente se empieza a apreciar un pequeño bache, evitado esta vez con el trasiego de gente de una casa a otra, justificado como una última fase de casting. El caso es que en este tiempo se han hecho y deshecho alianzas, además de darse el hecho curioso de que quienes iban habitando esta lujosa casa hayan ido viendo como se llenaba, lo cual algunos acogen con desagrado. Así hemos visto a Carlitos hablar en el 'confe' con cierta añoranza de cuando eran pocos, intentando sobreponerse a la nueva situación de la multitud que ahora le rodea. Su tono era de cierta (que no es ganas de irse a dormir, como decía el otro día el otro Carlos 'Casper').

Se da la curiosa circunstancia de que mientras el matrimonio ha ido conociendo gente nueva cada semana, Orlando se ha reencontrado con auténticos desconocidos, a quienes apenas pudo conocer en un par de días. Se reencuentra hoy con un Palomares, por ejemplo, que para él no es alguien nuevo pero casi. Tanto este concursante como los demás, se han de comportar de forma bien distinta en orden a quien (o quienes) les acompañen. Tendremos pues la posibilidad de conocer a un Orlando, por seguir con el ejemplo tomado, conviviendo con dos personas solamente y a este mismo en medio de un grupo numeroso. Y si llega hasta el final de nuevo volverá a estar rodeado de poca gente. Sus emociones cotidianas no serán las mismas en un caso y otro, ya que en buena medida estas tienen que ver con otras personas. El otro día, cuando Iván llamaba pájaros a los dos , Gema se disgustaba por parecerle ofensivo el término. Esto nos pasa, nos disgustamos cuando alguien dice algo que nos ofende. Pero nos olvidamos de que estas evaluaciones e interpretaciones que hacemos mediante las emociones están condicionadas por lo que los demás sienten y piensan. Y, además, nuestras emociones están condicionadas también por las y en general.

Ayer, Gema y Carlitos hablaban en la cocina con Loli, que cada vez pasa más tiempo con el matrimonio. El resto de la casa estaba en el jacuzzi, donde se la ha visto poco a Loli, y de hecho contó en esta misma escena que su padre le había advertido de que tuviera cuidado con el jacuzzi, respondiendo a un Orlando que había aparecido para hacerse unos espaguetis y le había recordado que no tenía novio, por lo que ella dijo: "ya, pero tengo padre". Antes de esto estaban hablando de sus afinidades en la casa. Gema expresa sus dudas sobre Carlos 'soy la pera', el fantasma de , mientras su marido le defiende con ardor. Ella dice que ha notado un cambio en él en los últimos días, a lo que Carlitos responde que él ha notado el cambio en otras personas. Naturalmente se está refiriendo a Iván, pero es tan timorato que no es capaz de mencionarle ni aun cuando ella le pide que especifique de quién habla. No quiere decirlo. pero acaban de hablar de Almudena, a quien describen como bruta pero con gran corazón. Con lo cual, si descontamos a esta, a Carlos y, por supuesto, a los tres protagonistas de la escena, nos quedan solamente Iván y Orlando. Pero este aparece justo en ese momento y es recibido por el temeroso marido con estas palabras: "este sí que es un gran tipo, Orlandito". Esto es como lo de los diez negritos, que ya solo nos queda el pobre Iván.

Llegado a este punto me gustaría contar un experimento realizado por y (expertos en comunicación no verbal) a principios de la década de los setenta, y que conocí gracias al gran divulgador científico . En el experimento se mostraba a un grupo de gente (estudiantes de enfermería japoneses y norteamericanos) una película con imágenes de operaciones médicas bastante desagradables. En la primera fase del experimento, tanto los japoneses como los estadounidenses vieron estas películas individualmente mientras se grababan sus expresiones faciales. No hubo grandes diferencias en esa fase, reaccionando todos de un modo bastante parecido a las imágenes. Pero, en una fase posterior, se les volvió a mostrar la película mientras un entrevistador hacía preguntas a los estudiantes, grabando nuevamente sus expresiones faciales. Entonces, las expresiones de los estudiantes japoneses y estadounidenses fueron muy distintas.

El experimento que refiero dio lugar a dos posibles interpretaciones. La más habitual es que las emociones experimentadas en ambos grupos son idénticas, pero los estudiantes estadounidenses se sienten libres para exteriorizar sus sentimientos reales, mientras que los japoneses ocultan su verdadera sensación de porque, debido a su cultura, se les ha enseñado a no mostrar emociones negativas delante de una autoridad, ocultándolas con expresiones más positivas. La otra interpretación no dista mucho de esta y sostiene que los estudiantes no sólo reaccionaron a la película sino también al entrevistador. Y puede que los japoneses, por motivos de , hayan prestado más atención al entrevistador que al contenido emocional de la película y por eso hayan mostrado interés y sonreído educadamente al entrevistador; mientras que los estudiantes estadounidenses no hayan tenido ningún problema en seguir concentrándose en la película y expresar sus emociones.

En la escena que estaba relatando, llegado Orlando callaron y cambiaron de conversación, lo cual puede achacarse a una de estas dos circunstancias: o desconfían de él dada su buena relación con Iván, o está tomando cuerpo de , la autoritas del derecho romano de la que siempre hablo. De nuevo nos encontramos ante el condicionante del otro, capaz de modificar nuestro propio comportamiento y, como en el experimento, la presencia de alguien con cierto grado de autoridad puede convertir el rostro de desagrado de Carlitos y Gema en una sonrisa amable.

Luego están las maniobras torpes para granjearse la simpatía de una mayoría, como hace Gema cuando en el dormitorio dice, señalando a todos los que se encuentran en ese momento: "vosotros sois mis protegidos". A saber, estaban Carlos (de quien luego nos enteramos que duda), Orlando, Almudena y Loli. Dado que en la muy nombrada fiesta del domingo le dijo esto mismo a su marido y a Orlando, este no se corta un pelo en contestarle: "Cada vez son más protegidos, esto no mola nada, Gemita". Esto sirve tanto para ver la torpeza de ella, a la que se ve demasiado preocupada por no ser nominada, como lo despierto que es el feriante, cuya ambigüedad no está tan calculada y diría que no la veo comprometida con quedar bien siempre a cambio de regalar los oídos o decir aquello que no piensa. No veo a Orlando participando en una bronca, pero tampoco diciendo algo distinto de lo que piensa, y para este gato observador va ganando puntos cada día.

Por otro lado, Loli recibió ayer un bofetón de realidad al contarle Palomares que Julito y Gisela le nominaron en la casa vieja. Vi la parte del primero, que mereció poco más que el comentario de "pues que falso es", y me perdí la más interesante. Lo que sí pude observar después es la indiferencia con la que empezó a tratar a la canaria. Además, como contaba ayer aquí Asturiana, Gema y Loli actúan cada vez más como una unidad de acción, lo cual hace que, tras contarle la noticia recibida, la esposísima haya comenzado el marcaje en corto de quien traicionó a su amiga con una nominación. El primer ataque directo tuvo la comida como excusa: "Pero tú no decías que habías traído nocilla", le espetó mientras comía. Por otra parte, los celos de Gema no solo van dirigidos a su marido sino que son múltiples. Ahora le sienta mal que Carlos se haya pegado tanto a Gisela, e incluso que Nany (la intrusa de la casa nueva) haya congeniado bien con Iván. Cuando le intentan hacer ver que es normal, dado que es la novedad, su respuesta es "pues conmigo no hizo eso el primer día". Quizá no haya pensado que Nany le ha podido conquistar con su sonrisa y ella le recibió con la misma cara de disgusto que ha puesto ante cada nueva incorporación a 'su' casa.

En cuanto a la casa vieja, poco o nada destacable. Mirentxu tiene unas ganas tremendas de marcharse. Lizz, la otra intrusa, parece algo incómoda. Y el pobre de Julito aguantando el tirón como puede, y no me refiero al que debe sentir en su pantalón cuando tiene cerca a la pantera dominicana. Ayer, por cierto, parecía excitado hablando de plátanos y comparando el tamaño y grosor de los canarios y los caribeños. No sé qué debió pensar Lizz cuando decía que el caribeño es más grande y más grueso, pero el canario más sabroso. A mí, personalmente, me sonó a mal guión de peli porno. Aunque la mejor perla del canario fue esa de "sé que vamos a pasar penumbrias", que viene a ser pasar penurias en la oscuridad.

Termino por hoy con un desafortunado y una . A media mañana estaban aún en la casa nueva todos acostados. El insomne Iván no dormía cuando se ha escuchado: "cambio de pilas, los tres al confesionario". El cántabro se incorpora y dice, al borde la carcajada: "hay más gente". Chiqui lo tiene muy claro de inmediato: "Mirentxu, Julito y la brasileña están en la otra casa". Luego interrogan a Palomares si realmente les vio marcharse, y este vuelve a mezclar la realidad con su propia ensoñación, diciendo que hasta escuchó el helicóptero en el que se los habrían llevado. No es el primer fallo de este tipo, pero con muchos como este las sorpresas planteadas en las tramas dejarán de tener sentido. Ah, y la confesión viene a cuento de la velada que nos ha regalado anoche Iván, hablando esta vez de fenómenos paranormales. Antes de esto hubo guerra de almohadas, con Orlando y Palomares como primeros figuras. Pero después vino la madrugada, el momento preferido del 'urogallo'. Confieso que nada me hace disfrutar de este Gran Hermano como esos momentos, que no existirían sin Iván.

[Dejo , con un Carlos 'Casper' insuperable.]