Fernando: «No me quieren, pero me importa una mierda»

telecinco.es 21/10/2016 10:14

Nuevo golpe de realidad para el grupo mayoritario, que después de varias bajas debería asumir que algo deben estar haciendo mal para tener a la audiencia en contra. Frente a la polémica Bárbara y “un ser inerte”, como calificó Clara a Noelia, Fer fue expulsado por el 57,6 % de los votos, casi el mismo porcentaje que tenía el pasado domingo. El hecho de que no se plantease duelo entre dos me hace pensar que Bárbara puede ser la menos votada, con lo cual habría tenido un porcentaje en torno al 10 % de los votos. Esto se completaría con un tercio de votos para Noelia, bastante más de lo que cabía esperar para una concursante de su perfil, a la que siguen dedicando el ya tradicional vídeo gracioso gala tras gala.

Fer asumía que si estaba fuera es porque la gente no lo quiere, añadiendo: “Me importa una mierda”. Antes de eso había protagonizado un conato de enfrentamiento al público en plató. Desde siempre he defendido que el público exprese su opinión con aplausos, pitos o abucheos. Por algo se le llama “el respetable”, y en su derecho está de recibir a un concursante como crea conveniente. El concursante expulsado se enfrenta de forma brusca a la realidad, recién salido del encierro, pero esto es parte del juego y debe aceptar lo que le espera. No es habitual un recibimiento tan desabrido a un concursante, lo cual debería hacer reflexionar a Fer.

Es una torpeza despreciar a la audiencia como hizo anoche Fer, aparte de una demostración palmaria de su mal perder. La suya ha sido la primera entrevista de verdad vista en esta edición. Nada que ver con lo de Montse la semana anterior. Jorge Javier estuvo acertado poniendo la realidad en bandeja a Fer, aunque dudo mucho que lo supiera aprovechar. Perdió la oportunidad de aceptar el error de su planteamiento en el concurso. Nada más cierto que ese intento de patrimonialización de la vida en la casa, donde Fer y Clara parecían creerse dueños y señores, estando el resto de concursantes a su servicio. Ese ha sido el gran error del concursante expulsado anoche, aunque él prefiere despachar el asunto con un comentario hiriente hacia aquellos que mantienen esto con sus votos y su pasión por el formato.

Clara consideraba una injusticia la expulsión de su amigo, desaprovechando una vez más la ocasión para reflexionar sobre lo que han debido estar haciendo mal. No parece demasiado complicado analizar que a la audiencia no le gusta el uso y abuso del poder, o algunos comentarios hirientes bastante gratuitos. Ayer mismo, Clara decía sobre Bárbara: “¿Para qué quieren a esta señora fea y desnutrida aquí dentro?”. Más reprochable me parece que hayan entrado en asuntos relativos a la vida de esta concursante, que ha sido su auténtica bestia negra por mucho que anoche parecía más enojada con Adara.

Fer ha fabulado tanto que justo un minuto después de enterarse de que Bárbara tiene algunas empresas (“lo que tiene es un canal -de YouTube-”, había dicho cuando Clara hablaba de esas supuestas empresas) afirmaba que no procedían de su esfuerzo sino de otro lado que él conoce, pero no quiere decir. La noche del pasado miércoles Fer afirmaba que Bárbara tiene mucho apoyo “costeado”. Inocente criatura. Como si fuera tan fácil comprar un ganador. Hablaba también de pensiones alimenticias y otras cuestiones privadas con las que nunca debería haberse metido, y tuvo que ser Rodrigo quien le frenase.

Antes de la jugosa entrevista a Fer asistimos a una serie de fallidos encuentros en la sala de expulsiones entre concursantes enfrentados. Probado está que no es posible llegar a acercamientos reales de posturas en un espacio tan corto de tiempo y con tal escenografía. No lo digo solo por la frialdad del espacio sino porque el concursante siempre se muestra de otro modo, mucho menos real, cuando se sabe en directo. Así no acercarán nunca posturas, igual que tampoco se producirán enfrentamientos importantes. La escena impone demasiado para una cosa y otra, por lo que el ejercicio resultó baldío.

Tan solo sirvió esa ronda de sucesivos cara a cara para apreciar la distinta forma que tienen unos y otros de afrontar su realidad. Todos priorizaron salir bien de ese trago, sabiendo que eran el foco de atención para millones de personas. Pero sin estar igualmente dispuestos a falsear la realidad, convirtiéndose repentinamente en hermanitas de la caridad con una insondable generosidad. Bárbara parecía otra queriendo enterrar el hacha de guerra con Fer. Sin embargo, Adara mantenía su coherencia sin hacer ese ejercicio de falsedad al que se entregó su amiga con denuedo.

El momento más importante de esos cara a cara fue cuando Jorge Javier preguntaba si se podía meter o no y Miguel le empujaba a ello animoso. Supongo que se habrá arrepentido de hacerlo, puesto que la opinión del presentador supuso tal impacto para el concursante que casi se queda sin habla. Tan solo le dijo algo tan evidente como que si a la novia de su amigo, a su vez el chico que le gusta, no le agrada algo del trato que tiene con él debería haber dado un paso atrás intentando modificarlo. Poco pedía Adara, aparte de algo tan elemental como que dejase de sobarse con Pol. No sé si impactó más a Miguel ese comentario o el atronador aplauso que vino después.

El subconsciente de Miguel es más sincero que él, lo cual no es nada complicado, y sabía perfectamente de lo que le estaba hablando Jorge. Lo digo porque una vez terminada la gala se lo contaba a sus amigos y no recordaba las palabras con exactitud. “Me ha venido a decir que debería haber cambiado mi actitud porque me estaba sobando con él”. Pues no se dijo nada de sobar, pero está claro que Miguel es consciente de lo que hacía y sabe perfectamente lo que molestaba a Adara. Miguel es una mentira de concursante. Sus lágrimas tan falsas como su flequillo, su casting, y su buena voluntad de reconciliarse con Adara.

No es la primera vez que vemos imágenes del casting de un concursante. En las de Miguel vimos que decía: “No creo en el amor”. Sin embargo, en la casa ha vendido otro discurso. “Soy muy enamoradizo”, ha dicho en multitud de ocasiones. Pero lo más fuerte, una auténtica bomba en la línea de flotación de este concursante es todo lo que contó respecto a sus preferencias y su comportamiento en el amor. Con ello se demuestra que Miguel no está haciendo otra cosa que cumpliendo expectativas. “Yo consigo a quien me da la gana siempre”, dice Miguel bastante sobrado. Lo cual no es nada al lado de lo que vino después.

Decía Miguel: “A mí no me gustan los chicos gais, me gustan los heterosexuales. Los gais, para mí, los veo súper fáciles. Me gusta el prototipo de chico heterosexual, y siempre los consigo porque a mí me gusta atacar a machete”. Y añadía: “A mí me gustan más los chicos, pero ya te digo los ‘heteros’. Mis amigas, del Grove, te lo juro, no me quieren presentar a sus novios porque tienen miedo de que se los robe. Te lo digo de corazón”. Aunque, para este gato ojiplático lo más significativo es lo que sigue: “A mí si tienes novia, por ejemplo, me pone mogollón. Es más, me encanta llevar a la gente al límite. Y me encanta a las parejas retorcerlas, y empiezo a ver hasta dónde llega, hasta dónde llega, hasta dónde llega…” No creo que haga falta decir más. Pocas veces un concursante lo ha dejado tan claro. No defrauda Miguel, porque está haciendo justo lo que dijo.

También he de decir que me da un poco de miedo gente así. “Me encanta a las parejas retorcerlas” es una afirmación que habría firmado el propio Torquemada, aunque lo suyo era más bien con los judeoconversos. Lo que ha hecho Miguel con Adara es precisamente eso: estirar la cuerda para ver hasta dónde podía llegar. Particularmente diría que parece de muy mala persona, pero solo hago juicios sobre concursantes. La cuerda con Adara se rompió el pasado lunes, aunque Miguel parecía el miércoles dispuesto a seguir tensando lo que quedase de ella. No podría asegurar si volverá a intentarlo después de lo observado anoche. Cuando Jorge Javier le preguntaba a Miguel si tenía algo por lo que pedir perdón a Adara el público gritaba que sí, como si fueran romanos en el foro poniendo su dedo hacia abajo. Sin embargo, preguntada Adara por lo mismo los espectadores en plató gritaban como una sola voz que no. O sea, eran romanos con el dedo hacia arriba.

A Miguel no solo le gusta jugar con fuego retorciendo parejas, sino que una vez descubierto su juego se esconde como un cobarde. Lleva desde el miércoles negando que hiciera el gesto de vomitar al ver besarse a Pol y Adara. Anoche mismo le daba absurdas explicaciones a Adara en El Club, después de haber ganado el funesto juego de las bolas. Ella era inocente a la par que cauta y le decía: “Si eso es verdad te pido perdón”. Todavía no he visto a Miguel pedir perdón por llamar “hija de puta” a Adara. Anoche tuvo una ocasión inigualable y no lo hizo. El programa debería ponerle las imágenes en las que repite el gesto de vomitar por lo menos tres veces, seguido por otras tantas de Clara. Ha prometido que si existen esas imágenes abandona pagando la sanción. Pues mira, uno menos. Y la sanción para la Asociación Española Contra el Cáncer, por ejemplo.

Con razón Clara le preguntaba a Miguel esa misma noche tras la fiesta: “¿Estás seguro de que no lo has hecho?”. Es cierto que en una ocasión vi a Clara intentando evitar que Miguel siguiese por ese camino. Pero debió decírselo más claro porque su mentira se ha ido amplificando cada vez que ha negado haberlo hecho. Miguel miente, lo vimos anoche repetidamente. Y de forma indirecta también está faltando a la verdad Clara, cómplice de Miguel. De hecho, Adara pluraliza cuando habla del gesto de vomitar. Ni uno ni otro tienen la valentía suficiente para salir y decir: sí, señores, lo hicimos. Después de lo visto, si Miguel hubiera salido anoche a la palestra puedo aventurar que el récord de Nagore iba a correr peligro. Ni siquiera lo deseo. Este concursante falso busca fama y está dispuesto a cualquier cosa por conseguirla. Hasta un récord le valdría.

Observatorio de nominaciones

Nominaciones en positivo anoche, y solo a un compañero. Lo primero siempre garantiza que salgan nominados algunos de los que no lo hacen nunca, aunque en este caso me permito dudar. Ya adelanto que quedaron nominados Bárbara, Alain y Rebeca. Esta última hubiera estado nominada a pesar de mostrarse tan entregada en la labor de hacer la pelota a la mayoría de sus compañeros. Anoche mismo hablaba nominando de Clara y Fer como sus dos grandes amigos en la casa. Sin embargo, cuando Fer se despedía desde plató y Jorge preguntaba quién quedaba por ser saludado vi a Clara haciendo aspavientos, pero Fer prefirió volver a hablar con Clara. El triste recorrido de Rebeca en el concurso puede llegar a su fin esta semana.

También es posible que Alain quedase nominado si hubieran dado los habituales puntos en negativo. No está del todo alineado, por lo que igual hubiera sido uno de los elegidos por el todavía grupo dominante para ser sacrificado en las nominaciones. Por otro lado, el hecho de que solo tuvieran que dar un nombre pretendía resaltar el conflicto de algunos concursantes (especialmente Adara) a la hora de elegir entre dar su punto a un compañero u otro.

Las nominaciones fueron como sigue:

Rodrigo > Bea

Noelia > Bea

Clara > Miguel

Meri > Bea

Alain > Meri

Bárbara > Adara

Rebeca > Clara

Pol > Adara

Miguel > Clara

Bea > Rodri

Adara > Pol

Punto extra > Noelia

El punto extra fue privilegio de El Club elegido por la audiencia. Todo parece previsible salvo dos de las elecciones. Me pareció una gran torpeza que Meri no dijese Alain pudiendo prever que Bea se iba a salvar al tener por lo menos el voto de Rodri. Y luego está el dilema que Adara no supo resolver. Que no nominase a Bárbara pone en duda ese lema tan repetido de “juntas hasta el final”.

Adara debió nominar a su amiga confiando que Miguel la apoyaría frente al criterio de Bea de salvar a Pol dándole el punto extra. La excusa de que no lo pensó o no se dio cuenta de ello ya no vale. Tuvo mucho rato para intentar maniobrar a favor de Bárbara y no lo hizo. Todo lo que le había hecho ganar su coherencia en los cara a cara lo perdía luego en El Club.

Es cierto que Adara no lo tuvo fácil. El propio Miguel forzaba su dilema nominando a Clara, que ya estaba salvada, en lugar de darle el punto a Pol. De esta forma se lo habría dejado más fácil a Adara, aunque la consecuencia final fuera que estuvieran nominados Bárbara y Pol, junto con otros 6 concursantes. Todos menos Bea, Clara y la propia Adara, que tuvieron más de un apoyo.

Bárbara demostró después gran generosidad aceptando sin rencor alguno la decisión de Adara, incluso tranquilizándola dando normalidad a lo sucedido. Nada que ver con lo visto el lunes en Noelia, quien, por cierto, dio su punto a Bea. Apunten esto: la gran “hamiga” de Adara quiere llegar a la final con Bea.

El moleskine del gato

Que Miguel decidiera sacar de El Club a Bárbara, en lugar de Adara, tiene una clara explicación. El propio Miguel contaba tras volver de la sala de expulsión lo que allí había sucedido. Vio con claridad que Adara tiene posiblemente más apoyo que Bárbara y, además, tenía con ella más enfrentamiento. No creo que haya hecho feliz a Clara con esa decisión.

La celebración de Miguel al ver a Noelia salvada debe ser vista junto a la lista de las nominaciones del jueves pasado. Miguel nominó a Noelia. No hay más preguntas, señoría. Y ya no estoy.