El juego de las carpetas
A la trama generada el domingo tras el primer agrio enfrentamiento entre Clara y Meri se le sumó el acercamiento de Candelas a Alain aprovechando el juego de los corazones. Y surgió también el que llamo juego de las carpetas. En este juego están implicados Adara, Rodrigo, Bea y Pol. Tratándose de carpetas, a partir de tres es multitud.
Por si lo anterior fuera poco, ayer se añadieron a las anteriores algunas tramas más. Adara y Candelas protagonizaron la bronca más fuerte vivida en esa casa. También hubo un agarrón entre Bárbara y Miguel, tras el cual Pablo emergió como gran revelación, aunque media casa sigue riéndose de él.
Si después de todo esto lee el lector en algún lado que en la casa no está pasando nada, como leyó este gato ayer a un despistado crítico televisivo, se hará cargo de hasta qué punto algunos hablan de lo que no saben. Y yo siempre pienso lo mismo, si esto pasa con el crítico de televisión, nada me asegura que idéntica falta de rigor tenga el redactor jefe de internacional de ese mismo medio.
Luego están los exconcursantes que ante una nueva edición se apresuran siempre a decir que es muy aburrida. Es como si deseasen que fracase, tal vez para evitar que resulte mejor que la suya. Podría hacer listado de habituales exconcursantes celosones, y si me pilla con ganas puedo esbozarla un día de estos. De momento, iré tomando nota en mi moleskine. Por ahora, los cuatro días vividos tienen más vida y están resultando más divertidos que tres meses pasados por algunos y algunas exconcursantes, incluyendo algún ganador o ganadora que provocó en su momento innumerables bostezos. Y ahí lo dejo.
En la medida que las carpetas surgen con mayor premura es también más grande mi desconfianza. Si los protagonistas tienen encima la espada de Damocles amenazando con su salida de la casa este mismo jueves todavía me lo creo menos. El pulpo Cris le decía este fin de semana a Meri: “Está claro que me atraes y me podrías llegar a gustar”, lo cual bien podría haber dicho a cualquier otra chica. No en vano se prodigó en abrazos y caricias de forma escasamente selectiva. Estos dos podrán comprobar si la perspectiva de acercamiento les vale de algo ante lo que se avecina.
Demasiadas prisas veo entre otros concursantes por basar su concurso en el juego de las carpetas. Adara sabe bien lo que hace, aunque me siga pareciendo la más inocente del grupo. Pol ya comprobó su equivocación al pensar que se le echarían encima todas las chicas y anda mendigando un poco de atención por parte de Adara. Bea espera su momento, contenta con generar dudas sobre la carpeta más probable, entre Adara y Rodri. Y sobre este último tengo más dudas que Adara, si eso es posible.
A Adara las imágenes le están dando la razón. Vimos ayer la muy comentada escena en el ‘confe’ junto a Pol, y efectivamente, cuando él le pregunta “¿yo a ti te gusto?”, ella contesta que como amigo sí. Aunque también es cierto que sonríe como una adolescente emocionada cuando el de la lucha libre afirma: “Vengo a declarar mi amor a Adara”. Normal pensar que está jugando a dos bandas. Anoche estaba metida en la cama junto a Pol. Y Rodri cauto, midiendo los tiempos. Tal vez esté controlando demasiado cada paso.
No puedo evitar pensar en la posibilidad de que Rodri nos haya vendido con tanta premura y eficacia una relación anterior todavía no cerrada pretendiendo introducir un quinto elemento en el que llamo juego de las carpetas. La ex de Rodri podría entrar a completar el vodevil compuesto por Adara y Rodri, con la colaboración necesaria de Pol y Bea. En realidad, estos tienen rol secundario, porque aquí los protagonistas ya sabemos quiénes son. ¿Una ex de Rodri a modo de nueva Lucía? No descarto que esté en la mente del concursante.
Quien estuviese pendiente de la conversación entre Adara y Rodri debió llevarse el mismo chasco que este gato alérgico a las conversaciones vacías entre adolescentes que no tienen nada que decirse. Especialmente si los protagonistas no son ya precisamente adolescentes. Ningún fundamento ni nada que sacar en claro de una conversación aplazada y fallida.
Se estuvieron evitando el domingo por la noche, y ayer Adara parecía haber olvidado sus dudas sobre Rodri. Supongo que no quiere destapar sus cartas todavía. Ya le va bien mantener esta situación tensa, con Pol como artilugio arrojadizo con el que amenazar a su objetivo real, que es Rodri. La Adara inocente torna en calculadora jugando a las carpetas. Ella sabe que le conviene ese juego y lo explota. Además, está acostumbrada a disfrutar de situaciones semejantes. La veo inocente y calculadora, lo cual aparenta contradicción.
Ese aspecto dual en Adara justifica que ahora vea con buenos ojos la posibilidad de una relación con Rodri de igual forma que luego me cansaré del tonteo adolescente que se traen entre los dos. Una cosa tengo clara: cuando el sábado Bea afirmaba que Pol “ni siquiera me parece atractivo”, Adara respondió “a mí tampoco”. De forma que con Pol está jugando, lo cual está tan claro como que Bea no se quita de en medio a pesar de haber dicho ese mismo día que Rodri “me atrae, pero no me gusta su personalidad”. De momento sigue el juego de las carpetas, que provocará cierto hastío si no se empieza a despejar el panorama.
Decía antes que a Adara le asisten las imágenes, y así sucede también en el asunto origen de la monumental bronca que ayer tuvo con Candelas. “Una pregunta, que ayer me sentó un poco mal y así lo pregunto: ¿iba por mí el comentario que se dijo sobre que yo si tuviera novio no gastaría broma a ningún chico ni abrazaría a ningún chico”, comenzaba preguntando Candelas. Adara lo niega, a lo que Candelas repregunta: “Y ¿tú con quién te has dado abrazos de la casa?". Cuando Adara, con evidente mosqueo, aclara que ella abrazará a quien quiera, viene la pregunta definitiva: “¿Tienes una segunda intención con todos los que te abrazan?”. El lío había empezado.
La propia Candelas exageraba después, porque en ningún momento habló de que esa “segunda intención” fuera tan explícita como luego parecía. La intención de meter bulla es evidente por parte de Candelas, de igual modo que Adara no sabe centrar el tiro y la acusa de ser una “maleducada de mucho cuidado”. Su pregunta puede ser impertinente, pero no maleducada. Adara se apartó y perdió los nervios al volver. No dejó pasar tiempo suficiente para templar la situación.
Escuchando a Candelas parece clara la intención del comentario de Adara. Si aquella es la única en la casa con una relación declarada fuera, está claro que debía referirse a ella cuando habla de que rechazaría abrazos y bromas con chicos si tuviera novio. Al volver a la mesa, Adara dice algo poco creíble, que más bien suena a excusa. Lo hace entre imprecaciones, golpes en la mesa y un poco recomendable acercamiento a pocos centímetros de Candelas. “Qué sea la última vez que tú me hablas así a mí”, empieza diciendo Adara, y se va calentando hasta elevar el tono de forma considerable. La escena tiene gracia, y ha dado más vidilla si cabe a la cosa. Además, coloca a Adara y Candelas en posición de protagonistas, porque durante días se hablará de que Adara llamó “maleducada”, “sinvergüenza” y “mala persona” a Candelas, así como de las respuestas de esta, tipo “de acuerdo, sargento” o “que me detengan”.
Personalmente me interesa profundizar en la justificación que da Adara sobre sus palabras motivo de la disputa. De nuevo el resumen diario de ayer nos ofreció la clave. El sábado hablaban en el dormitorio Adara y Rodri, con los habituales testigos de cargo a su alrededor. Rodri, entre bromas y veras, afirmaba estar convencido de Adara tiene novio aquí fuera. Adara lo negó, y vino a decir en su respuesta a ese comentario que si tuviese novio no estaría bromeando ni abrazándose con chicos en la casa. ¿Estaba lanzando una puyita a Candelas con el comentario? Es evidente que no.
“Yo no he opinado nunca de tu relación”, contesta Adara en medio de la bronca de ayer. Y añade: “A mí varias veces me han preguntado si tengo novio y he contestado que si así fuera no abrazaría a otros chicos ni haría cierto tipo de cosas”. Ignoro si Candelas se refería a lo de esa escena que vimos el sábado noche y ayer nos recordó el resumen. Me inclino a pensar que no, que se refiere a otro momento. En todo caso, me creo la explicación de Adara, que de otro modo me hubiera parecido una torpe justificación.
En todo caso, ¿no son maravillosas las dos? Me cuesta entender por qué debe uno decantarse por Adara o Candelas, cuando las dos me parece que tienen su parte de razón y están ayudando a dinamizar esa casa que está adoptando una interesante cobertura dulce y amarga a la vez. Ahora mismo es una perita en dulce, quiero decir. En parte, gracias a estas dos concursantes. Su enfrentamiento de ayer me da la vida misma. Desde el “las manitas para abajo, a mí ni me señales”, de Raquel Morillas a Patricia Ledesma (GH 3) no recuerdo mejor enfrentamiento entre concursantes que se postulan así como dos de las grandes protagonistas de esta incipiente edición.
La bronca tuvo sus ramificaciones, aunque apenas pudimos ver mucho más. Por Alain supimos que la discusión derivó entre Clara, Meri y Laura. La primera del lado de Adara y las otras dos del de Candelas. También me pareció ver que Noelia se desmarcaba un poco de Adara, por quien hasta ahora había expresado tener cierta debilidad, bien es cierto que con la peregrina explicación de que es a la primera persona que ve cuando se despierta. Bea sí mantuvo su posicionamiento del lado de Adara, supuesta rival en el mencionado juego de las carpetas. Muy loco todo.
Por la noche hubo otra discusión, esta vez entre Bárbara y Miguel, y asistimos al nacimiento de una estrella llamada Pablo. Ahora mismo el gofrero transita la delgada línea entre estrella o estrellado. Se estrellará si se cree los elogios de ayer, especialmente por parte de un cada vez más omnipresente Álvaro, que también va para líder, aunque he de confesar que no lo veo. La bronca de la noche también tuvo su germen un rato antes, cuando Miguel gastaba una broma con relativa gracia durante la cena.
Las bromas tienen más o menos gracia dependiendo del criterio de cada uno. La de Miguel era sobre el estreñimiento de Bárbara, y al parecer ya la había hecho antes. Miguel le preguntó a Bárbara como llamaría a su primera deposición. La desabrida respuesta de Bárbara fue: “le pondré tu nombre”. Un proyecto de mojoncito llamado Miguel lo causó todo. Luego está Álvaro, que encendió la mecha preguntando: “¿No teníais que hablar vosotros dos? Hablar con Miguel es estar dispuesto a aguantar sus monólogos, barra sermón, barra paja mental. Y eso cuesta, queridos amigos.
Bárbara le pidió a Miguel que no la insultase cuando este dijo que estaba loca, pero un rato antes ella había dicho que le pondría su nombre a su primera deposición. Se enojaron y poco después intentaron arreglarlo, pero no lo veo. Miguel no estaba dispuesto a pedir perdón, ni siquiera a abrazar a Bárbara. Me pueden llamar desconfiado, pero el interés posterior de Bárbara por saber si lo sucedido se vería en el programa me hace pensar que forzó un poco la discusión, tal vez para intentar sacar un poco la cabeza entre tanta carpeta y tanta trama. Miguel le acusó de querer hacer platós, lo cual mereció el siguiente comentario por parte de Pablo: “Cree el ladrón que todos son de su misma condición”. Y ¡Chas! Nació la estrella Pablo.
Fue el primero de una serie de ácidos comentarios sobre Miguel. Pablo ha sabido entender la intención de ese concursante cuando entrevista a sus compañeros. “Pregunta para hacer vídeos”, decía. Además, si uno pregunta debe estar dispuesto a contestar, o al menos debe admitir que le pregunten, en lo que estaba anoche de acuerdo Pablo con Cris. No es el caso de Miguel. El momento álgido de Pablo fue, en realidad, cuando respondió a la acusación que le hizo Miguel sobre estar pululando siempre por ahí. “Este es mi sofá, está es mi casa, este es mi sitio”, decía Pablo con energía capaz de callar a todos. Su rostro me recordó entonces más que nunca al Norman Bates de ‘Psicosis’, no sé si antes o después de matar a su madre.
Moleskine del gato
Recojo sugerencias leídas en la red. Que este jueves salgan dos concursantes se empieza a ver como un drama, dada la animación inusitada de este comienzo de edición. La propuesta es doble al respecto. Primero que les hagan creer que la decisión sobre quienes han de abandonar la casa sea de los propios concursantes, lo cual puede provocar chispas. Segundo que luego haya una falsa expulsión y tengan ambos una vida extra, como esa que a alguno provocará la cajita elegida la primera noche. Ahí lo dejo.
Ya se habla de nominaciones. Algunos lo hacen desde el primer día, pero ayer fue tema bastante recurrente. De momento sabemos que Pablo pretende dar dos puntos a Adara y uno a Miguel. Bárbara a Miguel y Candelas. Fer quiere meter dos puntos a Bárbara. Cris a Rodrigo y Pol. Mientras que los “torpedos” (Álvaro, Pol y Rodrigo) coinciden en repartir sus puntos entre Candelas y Clara. Hagan sus apuestas.