Miguel reconoce que siente algo por Pol

telecinco.es 28/09/2016 09:39

Miguel ha tardado menos en quitarse la máscara que el bisoñé. Su juego ha quedado al descubierto dando la razón de forma contundente a Adara. “Hay cosas que aún me cortan. No quiero meter el pie hasta que vea un poco que puedo”, dice Miguel, y añade: “Tengo un cacao increíble. No sé… es algo raro. Creo que me estoy confundiendo, ¿no? en algo… Es que nunca me había pasado algo así”. Por si existía alguna duda, Miguel decide utilizar una metáfora: “Es como si tú un día que estás empachado de comer te encuentras una tarta y no te apetece comer tarta. Pero te das cuenta de que cada día tienes más hambre. Y te apetece después comer la tarta. ¿Lo pillas?”. La pregunta de Miguel es para el ‘súper’ y aunque no lo vimos, ya digo yo que sí lo pilló.

Miguel confundido. Sus sentimientos hacia Pol están claros, a pesar de sus aparentes dudas. Cada día le apetece más catar la tarta, lo que no tiene en absoluto en cuenta es que hay otra persona afectada. Porque en su confesión en la sala de confesiones me falta alguna referencia, por pequeña que fuera, a la situación de Pol. Adara no existe para Miguel. No parece un problema que el chico por el que empieza a estar confundido esté con otra persona. Dice Miguel que tiene un cacao, pero el auténtico cacao de esa tarta no está en su cobertura sino en que para poder probarla tendría que pasar una de estas cosas: que Adara estuviera dispuesta a compartirla con él, o que si esto no es así la propia tarta decida ir de unas manos a otras.

Se ha estado tachando poco menos que de perturbada a Adara por temer que Miguel se interponga en su relación con Pol. Espero que no vuelva a ponerse en duda que ese peligro es real, por cuanto Miguel ha expresado ya sus sentimientos. Si Pol no tiene duda el peligro se difumina, lo cual no quita que la actitud de Miguel siga suponiendo una molestia para Adara. Miguel es tan torpe que niega en la casa lo que confiesa ante el ‘súper’. No hace falta aclarar que lo dicho en el ‘confe’ está sujeto al secreto solamente ante sus compañeros en la casa, pero puede ser conocido por el espectador. Desde ayer sabemos que Miguel está engañando a sus compañeros, particularmente a Adara, también a Pol.

Miguel le dice a Pol que nunca se interpondrá en medio de su relación de pareja, lo cual no deja de ser un mensaje revelador. Falta que le confiese sus sentimientos hacia él. Tal vez de ese modo, Pol abriría los ojos para darse cuenta de que Adara no está loca (no por eso, al menos). Más bien al contrario, ha sido capaz de ver algo ante lo que los demás siguen cegados. “Tiene comportamientos de niña de 15 años”, dice Pol sobre Adara por sus celos hacia Miguel. El comentario es tan torpe como ofensivo, y da buena muestra de que no se está enterando de nada. Su “perfecta” genética no le permite ver la realidad.

Lo que más ofende la razón es escuchar a Pol diciendo cosas como esta, siempre en el ‘confe’: “Que nadie te diga lo que tienes que hacer en la vida. Me parece lo más triste que hay”. Menuda desfachatez. No se trata de que Adara le diga a Pol lo que debe hacer. Es muy sencillo, no desea compartir su chico con otra persona que siente una evidente atracción hacia él. Olvidémonos de si es un chico o una chica, porque ella nunca ha hecho distingos. Son quienes ponen el acento en eso los que dan muestras de tener una mentalidad menos abierta. Miguel está jugando con fuego y lo sabe, pero quiere hacer creer a todos en la casa que son todo invenciones de una tarada. “Siempre me dijeron que quien juega con fuego se quema, y no me quiero quemar”, dice Miguel. Blanco y en botella.

El nivel de cerrazón de Miguel es pasmoso. Llama la atención la gran contradicción entre reconocer que se comería a Pol, hablando en plata y dejando a un lado las innecesarias metáforas, al tiempo que hace afirmaciones como esta: “¿Sabes cuando tienes una persona que aquí es afín a ti y alguien intenta separarlo? Me molestan esas cosas”. Le molesta que Adara le intente separar del chico que abre su apetito. Es alucinante, pero es que ni siquiera es cierto. Adara no quiere que Pol se separe de Miguel, solo pide que no se soben. Son las condiciones de Adara, que no parecen precisamente disparatadas.

Para disparate algunas de las cosas que dice Miguel, como aquello de: “Yo soy antisistema porque pienso que dos chicos se pueden querer y apreciar”. Venga, hombre. Aquí demuestra que es él quien hace distingos. A estas alturas solo un enfermo duda de que todas las relaciones entre seres humanos son iguales, independientemente de su sexo y condición. Aparte de lo ridículo de considerarse “antisistema”. “Si me echan por quererte me da igual”, le dice Miguel a Pol. Por eso no será, lo que no sé es si al final le echaremos por mentiroso o por antisistema. ¡Qué tonterías más grandes!

Miguel no solo es incapaz de meterse en las botas de Adara. Además de eso, está jugando un juego bastante sucio. No creo que haya sentimientos de Adara hacia Pol, ni viceversa. Lo cual no quita para que por ello deba nadie perder el respeto a esa pareja. Entre otras cosas porque nadie puede estar seguro de los sentimientos de otros. Ahora entiendo bien a Adara hablando de las miradas de Miguel cuando está con Pol. Y aunque esa relación fuera un mero artificio con el objetivo de asegurarse la continuidad en el concurso (como pienso que es), entiendo que sienta la ofensa y vea maldad en esa mirada.

Miguel fue a hablar con Adara en la tarde de ayer. El tiro le salió por la culata porque recibió un revolcón de proporciones épicas por parte de su compañera. Adara le dijo que es un “falso”, lo cual no puede sorprender porque es su acusación comodín. Si discutes con Adara raro será que no te llame falso, y complicado librarse de algún “pesado”. Y de despedida es muy probable que caiga un “patético” de soslayo. Miguel no se esperaba la reacción de Adara, lo vi en su rostro. Descolocado, le costó asumir la claridad meridiana con la que le hablaba. “Me pareces calculador, manipulador y mala persona. Estás llevando un juego sucio”, decía Adara ante un Miguel pasmado. La discusión comenzó en privado, pero terminó delante de todos en el salón. Pol miraba silente en la distancia. Huidizo, como siempre. Temeroso, como siempre.

Adara clava su diagnóstico sobre Miguel. Lo ha calado como nadie, algo que da cierta ventaja a esta concursante. Su claridad a la hora de decirle lo que piensa es otro punto a su favor. Casi todo parece perfecto y emocionante, pero me hace dudar más el tiempo que las formas. Tal vez se precipite Adara. Pronto ha cogido el azadón dispuesta a segar cabezas. De momento, el espectador ha visto primero su demoledora conversación con Miguel y más tarde a este reconociendo ante el ‘súper’ que ya le nacen sentimientos hacia Pol. Un buen guionista hubiera ordenado la narración de otro modo.

Miguel aparece reconocedor (gesto positivo) y Adara incisiva (gesto negativo). Si fuera al revés y hubiéramos conocido la confesión de Miguel primero, Adara aparecería como certera (gesto positivo) y Miguel falso (gesto negativo). Adara pillando a Miguel una vez que todos conocemos su doble juego, por él mismo reconocido. En esa misma conversación, Miguel le dice a Adara que está confundida. Al propio Pol le insiste que es su amigo. Pero en el ‘confe’ dice estar confundido. Solo unos pocos consideramos ayer tarde a Adara demoledora con Miguel. Sin embargo, dentro de unos días (tal vez semanas) creo que la gran mayoría lo apreciaría de esa forma.

Aquí no solo Adara está jugando. Miguel juega usando el viejo recurso de la información distribuida. No solo lo hace en este espinoso asunto sino también respecto a su edad, condición sexual y hasta en lo relativo a su pelo. Empieza a tocarme las narices tanto cachondeo diciendo tras tres semanas de concurso que agradece a su madre el pelazo que tiene. El momento estelar de Miguel enseñando el cartón no ha terminado de llegar nunca. Todo eso ha sido un bluf espectacular que, no obstante, sigue un mismo esquema que en los otros casos: manejar la información a su antojo, compartiendo con quien quiere el ridículo secreto de la rata que lleva en la cabeza.

Por supuesto, Pol también juega. Aunque en muchas ocasiones parece faltarle personalidad y muestra una cobardía sideral en otras muchas, está claro que tonto no es. Mucho le va a costar dejar su carpeta con Adara, pero tampoco le veo dispuesto a abandonar el juego con Miguel. De momento, ese juego a dos bandas le está dando un protagonismo insólito en el concurso. Viéndole evolucionar en la casa no lo habría conseguido de otro modo. El precedente de Aritz y Han el año pasado le puede proporcionar pistas suficientes para saber que la tensión sexual ante su relación con Miguel puede vender. Es una trama repetida, pero también lo son casi todas las demás.

Hablando de protagonismo, es Adara la que va ganando por goleada. Ayer Bárbara le robó la cartera en ese aspecto gracias a esa caterva de concursantes alineados tras ella en los posicionamientos y entrando al confe el otro día pidiendo su expulsión. Verlo y sentir vergüenza ajena es un todo. Las dos divas del grupo minoritario, que si el destino no lo impide serán separadas mañana, concentran ahora mismo toda la atención. Tras el revolcón que ayer dio Adara a Miguel vino el turno para Noelia. Solo con un argumento la desarmó completamente.

Fue decirle Adara que Pol le había contado que se había reído por el tema de sus celos hacia Miguel y Noelia perdió comba. A partir de ese momento no dio pie con bola, recurriendo a argumentos tan infantiles como pretender que Adara estuviera agradecida porque no se ha cambiado de cama (duerme a su lado en el dormitorio de las camas enfrentadas).

Noelia negó haberse reído, lo cual era aceptado por Adara, quien aseguró que la creía. No pasó lo mismo cuando Adara aseguraba que Bárbara no le ha hecho comentarios negativos sobre Noelia, lo cual esta no pareció creer. Se asienta el mito, dentro y fuera de esa casa, de que Bárbara intoxica a Adara. Este gato descreído cree que es, si acaso, al contrario. Entre estas dos concursantes, Adara es la más lista y suya es la mano que mece la cuna.

“Son ovejitas”, le decía Adara a Noelia respecto al grupo mayoritario. Si llega a decir “ovejitas de corral”, homenajeando a Mayte Galdeano, me deja al borde del ‘de repente’. Sucede que Noelia no es rival. Lo único interesante de esa conversación es que ambas se reprochaban mutuamente las malas influencias. Adara está manipulada por Bárbara, según Noelia. Y esta anda manipulada por el grupo dominante. Es decir, cada una piensa que la otra es manipulable, pero no piensan lo mismo de ellas mismas. Ah, y Adara evitó llamar “pesada” a Noelia, pero no se pudo reprimir, aprovechando la ocasión para decirlo de Clara.

Ninguna sorpresa en los posicionamientos. Todos tras Bárbara excepto Alain, que se puso tras Meri, y Adara que lo hizo detrás de Candelas, posiblemente para repartir las dos excepciones. Minipunto, punto y premio extra para Alain por no seguir a la borregada. De la discusión entre Bárbara y el grupo dominante poco puede sacarse. Creo que ninguno pensó en respetar unas elementales reglas. No solo les pierden las formas, sino que no llegan ni siquiera a oler la elegancia en el arte de discutir. El “todos contra uno” es mero arribismo ventajista. Los duelos se libran uno a uno. Lo otro es pelotón de fusilamiento, donde ya sabemos quién no gana nunca.

Pol empezaba justificando su posicionamiento contra Bárbara de esta forma: “Me posiciono contra Bárbara porque es una mujer muy lista”. Me dejó con la duda de si considera peor ser mujer o ser lista. O, como decía anoche @Tito_Soy, debe ser por ser lista puesto que lo de por ser mujer no se puede decir en la tele.

Moleskine del gato

Amables palabras de Clara ayer: “Prohíbo terminantemente que se coma en la habitación”. Ella y Fer se arrogan un poder que no les pertenece.

No superaron la prueba por hacer la trampa de chivarse la combinación alguna vez. A ver cómo pasan la semana después de la horrorosa compra de la semana pasada y los atracones posteriores. En el "debe" de Pol, que hizo la compra y ha sido uno de los que hicieron trampa en la prueba.

Los porcentajes ciegos se movieron bastante ayer, presumiblemente durante el Límite 48 horas. Casi al final del programa estaban así: 67,7 %, 18,3 % y 14,0 %. El domingo el porcentaje destacado del resto era del 72,1 %. La cuestión es concluir si después de bajar casi 4 puntos y medio es posible que pierda lo suficiente para ver un sorpasso mañana. Lo veo muy difícil, pero depende del número total de votos registrados hasta el momento y, en todo caso, si se reduce y en la casa conocen el dato de algún modo estará bien empleado cualquier intento. Ahora bien, la esperanza está puesta en la vida extra de la caja.