Suso, a Aritz: "Evita el jueguecito con Han, porque está enamorado el niño"

telecinco.es 16/11/2015 09:31

Así es que el “quiero y no puedo”, que decía Suso, llegó, vio y triunfó en México. Mientras tanto, en Guadalix, Han dice que lo suyo es un “querer y no poder”, porque Aritz le ha castigado a dormir separados y prescindir de los juegos sexuales. El concepto de juego sexual de Aritz es bien complejo, porque solo considera que lo sea aquello que le excite. Según esa tesis, chuparse los pezones con Han no es sexual porque a él no lo excita. Otra cosa sería hacerlo con otra persona. La verdad es que Aritz vive también en una realidad paralela, no tan lejana de la que vivía Raquel. Mucho nos hemos fijado en lo de una y poco en lo de otro.

Aritz es un villano de guante blanco (genial definición de @ravensitka), posiblemente el concursante que con más detalle ha tenido siempre todo planificado. Su personaje ha funcionado a la perfección durante semanas, incluso encontró un Dayron de piel más clara y chino en lugar de cubano. La posible ‘homocarpeta’ emocionó a una parte importante de la audiencia. Espectadores deseosos de esa novedad inédita hasta el momento en Gran Hermano. Aritz lo sabía y no ha querido decepcionarles. Todo ha ido más o menos bien hasta ahora, aunque su auténtico carácter le ha jugado más de una mala pasada.

Ciertos impulsos de agresividad han ido apareciendo cada vez con mayor frecuencia. Primero verbalmente, con escenas sorprendentes en las que Aritz llamaba repetidamente “gilipollas” a Han y terminaba haciendo un corte de mangas. Las broncas en tono elevado se han ido repitiendo cada vez con más frecuencia, apareciendo incluso arrebatos preocupantes como cuando Aritz con rabia lanza la tiza del billar tras una discusión, o entre bromas y veras propina a Han un puñetazo en el pecho, del que anoche mismo se quejaba el chino. El perfecto no era Aritz sino su plan, cada vez más resquebrajado al ir apareciendo su carácter oculto.

Y llegó el jueves pasado, los seis puntos de sus compañeros, a uno de quedar nominado junto con Sofía cuando se salvaba Han, precisamente él. Pero lo más importante es que en la conexión con plató se escucharon unos casi imperceptibles abucheos al tipo del sombrero. Eso hizo que saltasen todas las alarmas y Aritz comenzase a batirse en retirada con Han. Al día siguiente aparecía el concepto “montar el show”, algo que Aritz ha repetido por activa y por pasiva desde entonces como una acusación a Han. Durante la fiesta del viernes, entre los efluvios del alcohol, Aritz y Han llamaban la atención tanto dentro de la casa como fuera con su jueguecito de la silla. Efectivamente, estaban dando el espectáculo.

Aritz provocaba a Han en la silla al tiempo que le reprochaba sus ganas de “montar el show”. Como espectadores que observamos a los concursantes desde fuera de esa jaula de cristal en la que están encerrados no pudimos escuchar lo que decían. Difícil que lo hicieran sus propios compañeros de encierro, puesto que la música estaba relativamente alta, como suele durante las fiestas. Así visto el espectáculo que estaban dando era realmente llamativo. Imposible pensar que no estaban en medio de un juego amoroso, o cuando menos sexual.

Ya en pie, apartados de la silla que les había servido para llamar la atención de todos, Aritz intentaba besar a Han mientras le volvía a repetir que si quería “montar el show” él estaba dispuesto a dárselo. Cómo lo vería Han para hacer la cobra a Aritz y rechazar un beso tan envenenado como ese. Lo confirmaba el propio Aritz hablando con Marina un rato más tarde. Marina estaba aquí perfecta, diciéndole aquello que muchos pensamos, sin rodeos ni eufemismos. Tiene un enorme valor una concursante como esta, capaz de decir lo que piensa y hacerlo tan a bocajarro. No solo como concursante, también como amiga. Dichosos aquellos a quienes sus amigos en lugar de dorarles la píldora les cantan las verdades del barquero.

Decía Marina a Aritz: “Ya sé que tienes una manera de ser muy especial, pero hay cosas que no entiendo”. En eso coincidimos muchos. Y seguía: “Lo que habéis hecho en la silla no lo entiendo, es como si yo me pongo en una silla y le doy un beso a alguien sin ser correspondido, solo por montar el show. Te defiendo casi siempre, pero a veces no puedo”. “Hay cosas que ya me descuadran. Si hay cosas que no entiendo no puedo hacer nada. Ciertas cosas yo no las haría porque mi ganador quiera hacer un show. En la silla parecía que os estabais poniendo cachondos el uno al otro”, seguía Marina, en plena explosión de sinceridad incuestionable. Y hacía luego una pregunta clave: “¿Te darías un beso conmigo por montar el show?”. La sorprendente respuesta de Aritz fue: “¿Por qué no? Si es que no tengo ningún problema”. Marina concluía: “Igual aquí venimos a montar un show, no a ser como somos”.

El cuarto de hora de conversación entre Marina y Aritz no tiene desperdicio alguno. Marina no entiende a Aritz, en eso nos representa a muchos. Curioso que haya tenido que venir Danielle desde México para escuchar el análisis más certero sobre la relación entre estos dos. Hablaba la concursante de intercambio con Han, y hacía una perfecta radiografía de Aritz. Imposible acertar más con tan poca información, habiendo entrado en ese universo tan solo tres días antes. “Con lo que yo he visto por parte de él y lo que tú me dices que te dice, estoy viendo dos personas totalmente diferentes”, decía Danielle, y añadía: “Me llama la atención porque creo que tienen algo superbonito, pero no entiendo lo que es”.

Luego Danielle pergeñaba su teoría sobre lo que pasa con Aritz. En resumen, que el del sombrero siente un impulso que le lleva a un lado distinto del que le conduce la razón. Su plan se habría visto de esta forma amenazado por su propio impulso. Primero por un deseo hacia Han que nunca ha querido reconocer. Luego por ese arrebato del que antes hablaba que poco o nada se corresponde con el personaje que se ha construido como concursante. Danielle remataba su análisis con una reflexión enormemente interesante: “Si a mí no me molestan los estereotipos, ¿por qué hago tanto hincapié en que no me los pongan?”. Aritz es también contradictorio en esto.

Mi principal conclusión ante lo sucedido estos últimos tres días es que Aritz está tremendamente obsesionado con la imagen que se está dando de él. Le da completamente lo mismo Han y lo que pueda estar sintiendo. Solo le preocupa no quedar como un villano. Ante todo, piensa en poder mantener el personaje, casi idílico. Ese Aritz invencible que había ido para arrasar en el concurso. Este obstáculo no estaba previsto. Ahora debe pensar que no lo ha sabido gestionar bien.

Han ya no le vale a Aritz. Aún le queda tiempo de recomponer su imagen y dar la vuelta a la tortilla. Por eso tiene que presentar al chino como un montajista del que ahora huye después de darse cuenta de que ya no puede ayudarle más a ganar de esa forma el concurso. Sus principios le impiden seguir el juego. De nuevo el concursante Aritz, ese personaje perfecto, recompuesto y triunfante ante la audiencia. Ganaron sus principios frente al chino depravado, al que imita ridiculizándole siempre. Estoy seguro de que buena parte de la audiencia comprará este giro inesperado en la historia de Aritz.

Pero el del sombrero se está encontrando con algún escollo más. Desde hace un par de jueves estoy esperando que alguien dentro de esa casa sea capaz de decirle que sus objeciones al comportamiento de Sofía están muy bien y son asumibles, pero resultan de una falta de coherencia importante. Este jueves Aritz nominaba a Sofía porque sus problemas personales con otras personas han influido en la convivencia. Como si los problemas entre él mismo y Han, las discusiones cada vez más frecuentes y acaloradas entre ambos, no tuvieran también influencia en la convivencia. Claro que ha influido, posiblemente más incluso.

Pues bien, anoche fue Suso quien respondió a mis deseos y me complació diciendo lo que yo tanto deseaba a Aritz. Lo tomaré como un último servicio de Suso. Valga el mismo aplauso que le brindo a Suso por su intervención de anoche para despedirle de la casa y desearle una buena estancia fuera. El jueves te esperamos en plató, Suso. Al menos a mí me ha dejado mejor sabor de boca gracias a esto. Del mismo modo que sigo impresionado por la monumental barbaridad que dijo Aritz, motivo principal del enfado de Suso. Aritz le decía que si Sofía le daba una colleja debía responder dándole otra también él. “¿Cómo voy a pegar yo a una mujer?”, preguntaba Suso. La respuesta de Aritz fue esta: “¿Acaso es un ser inferior?”.

Le tocó la moral a Suso que Aritz dijera tal insensatez recurriendo a un argumento según el cual si no se está de acuerdo con lo dicho es porque se suscribe la idea de que las mujeres son seres inferiores. No hay otra posibilidad que ponerse del lado de Suso, un cavernícola muchas veces, pero incapaz de asumir la idea de levantar la mano a una mujer, tal como le sugería Aritz. Esto que cuento venía en un contexto que no pudimos ver en directo, aunque parece que Aritz volvió a censurar la relación de Sofía con Suso. En todo caso, antes he intentado completar mi análisis sobre su relación con Han. Lo he hecho con mayor o peor fortuna. Cualquier cosa me resulta más fácil que entender esta postura de Aritz.

La respuesta de Suso fue contundente. Visiblemente alterado, con la fregona en la mano, Suso se dirigía a Aritz: “Es muy sucio lo que has hecho sacando eso, Aritz. Eres un sucio. Y ahora soy yo el que te voy a negar la palabra. Por cobarde, que eres un cobarde. Contigo sí que no puedo rebajarme, cobarde. A ti sí que te pegaba una colleja y te sacaba la cabeza, campeón”. Lejos de templar los ánimos, Aritz respondía: “Pues cuando quieras, macho, cuando quieras”. Seguía Suso: “A ti sí que te daría la colleja, porque es muy cobarde lo que has hecho, eres un cobarde. Es muy fácil lo que has hecho y es de cobardes. Que si no es un ser inferior”.

Cuando ya nos habíamos enterado de que a Suso le resulta cobarde Aritz, lo cual repitió un montón de veces porque él es de repetirlo todo mucho, Suso atacaba sin piedad, y era entonces cuando complacía mis deseos. Aritz decía que le había dado su opinión, y Suso respondía esto: “Pero es que me la sudan tus opiniones. ¿Acaso yo opino del enamoramiento que tienes con Han? todo el puto día rozándote. ¿Te lo digo yo? Eh, todo el puto día rozando. ¿Y yo te digo algo? Eso es de ser sucio, todo el puto día rozándote ahí. Y yo no te digo nada. Nunca”.

Suso remataba la faena más tarde en la cocina, cuando ambos hablaban de forma algo más pausada: “Pues vamos a sentarnos de hombre a hombre. Yo puedo decirte que tú has jugado con Han. Porque a mí Han ha venido a decirme que está enamorado de ti. Tío, evita el jueguecito, porque está enamorado el niño. Es lo mismo que tú me dijiste a mí con Sofía”. Lo dicho, le aplaudo y que cierre la puerta a la salida. Aritz luego la tomaba con Han porque estaba presente en la cocina cuando Suso decía estas cosas. Y luego larga conversación de Aritz con Marta y Han con Danielle. La diferencia entre ambos es que cuando escucho a Han saco la conclusión de que la gusta mucho Aritz y no ha parado de intentarlo con él, mientras que Aritz me parece que vive una realidad paralela realmente preocupante. Lo suyo es peor que lo de Raquel, si eso es posible.

Hablo de Raquel porque todavía está participando en este concurso, aunque ya no aspire al premio. Anoche decía en el Debate que ya no era concursante, pero se equivoca. Está fuera de concurso, pero mientras siga participando en los programas habremos de considerarla dentro del juego. En la casa de Guadalix deben estar de acuerdo con esto porque hay quien no para de hablar de ella. La obsesión de Sofía y Marta por Raquel solo es comparable a la que tiene esta con Quique, a quien ayer mencionaba un par de veces en el Debate sin que viniera a cuento.

Lo malo no es que hablen de Raquel sino que lo dicho destile tan poco estilo y tanta sinrazón como alguna de las cosas que he escuchado a Sofía últimamente. Me gustaba aquella Sofía que parecía despreciar a todos sin excepción en la misma medida que pasaba de ellos. Sin embargo, me da vergüencita esta Sofía para quien es extraño que a Suso le pueda gustar Raquel porque al ser “una señora” (¿una señora? Mátame camión) de 30 años debe tener aquello gastado “como mi madre”. La juventud es un defecto que se cura con la edad. Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de la estulticia.

Moleskine del gato

La cara de Suso viendo a Vera triunfar en México es indescriptible. Lo demuestra verbalmente cuando el ‘súper’ anuncia conexión en directo con el Big Brother mexicano para hablar con Vera, y Suso dice: “Me la trae floja”. Aparte de maleducado y poco considerado con su compañero, está claro que muere de envidia. El “quiero y no puedo” ha querido y podido al fin, como decía al principio de este escrito de hoy.

"Cómo te jodería que te ganara en un mano a mano", le decía Suso a Sofía. Hasta ellos tienen claro que esta semana tienen un duelo. No cabe otra opción. Es un duelo definitivo pocas semanas antes de la final. Un duelo imprescindible e inevitable. Menudo bajonazo si saliera Marina el jueves. Gala deslucida y sin interés. Nos merecemos este duelo. El que quiera quitarle épica, emoción, intensidad e interés que vea 'Águila roja'.

Tronchante me resulta ver a Aritz decirle a Han: “Si hay prueba te levantas y punto. No tengo por qué despertarte”. ¿Dónde quedaron los reproches a Sofía por no despertar a Raquel por la prueba?

Dejo cartel de la segunda parte de ‘Al revés’ en la que Suso interpreta el papel de la envidia.

[Cartel por @Tito_Soy]