Por Ruth Méndez
Me apuesto el cuello y no lo pierdo. He visto Copia certificada rodeada de gente que creía que había comprado una entrada para Romance en la Toscana 2. Sólo así entiendo los cuchicheos a la salida del cine, las caras de decepción, estupor, aburrimiento y sueño eterno. Reconozco que el argumento puede confundir: una pareja, ella marchante de arte, él escritor de éxito, los dos paseando por la Toscana... Y encima con la chica ésa tan guapa y tan francesa, la Binoche. Vale, uno puede creer que se trata de una comedia romántica al uso salvo por un pequeño detalle: el director es Abbas Kiarostami. Quizá porque yo albergaba otras expectativas, me ha encantado (o porque era la rara del cine). Es del estilo de Antes del amanecer, de Secretos de matrimonio, una peli en la que parece que no pasa nada pero pasa la vida: sin artificios, sin sentimentalismos, sin trampas... Los dos protagonistas hablan y hablan, y no sabemos si son dos extraños que se acaban de conocer o dos extraños que llevan 15 años casados. Juliette Binoche (como la Bergman de Te querré siempre) borda a una mujer frustada que escupe verdades como puños, que se pinta los labios de rojo para protestar contra la hipocresía y se baja de los tacones para reinvidicar libertad. Desde luego como supuesta comedia romántica, Copia certificada resulta de lo más original. Espero vuestro veredicto.