Si creéis que la moda es una frivolidad y desde hace tiempo ha dejado de ser un oficio para convertirse únicamente en un negocio, os recomiendo que veáis el último desfile de Josep Font.
Contemplar sus diseños sobre la pasarela es un placer similar al de plantarse delante de una obra de arte en un museo. Sus creaciones son un derroche de imaginación en el fondo y una virguería al alcance de muy pocos genios en la forma. Cada puntada es una pincelada certera sobre unos lienzos, unos tejidos, con tanto empaque como garbo y sutileza al moverse. Nadie como él combina tonos en una paleta de colores prodigiosa. Sin recurrir a escotes ni trasparencias, es capaz de darle a cualquier choni una pátina de clase (no le vendría nada mal a más de una estrella ponerse en sus manos antes de estrellarse en nuestra alfombra roja de los Goya o incluso, en la moqueta de los Oscar).
A Josep Font a veces no le ha acompañado la suerte pero nunca le han abandonado las musas. Ahora se está haciendo justicia divina, ha conseguido reinventar la firma DelPozo y las clientas más selectas del planeta se lo rifan como diseñador de cámara. Pues bien, el modisto español vivo con más talento desfila en la semana de la moda de Nueva York el mismo día que aquí arranca la Madrid Fashion Week con la colección de la marca Desigual ( que por cierto también se ha colado en la pasarela de la Gran Manzana). La Desigual ( que por cierto también se ha colado en la pasarela de la Gran Manzana)baja costura