“Mi verdad”

telecinco.es 13/12/2012 18:46

Está a punto de conseguir su objetivo: estrenar su propio espectáculo. Es bailaor. Ganó el año pasado Gran Hermano 12+1.

Cuando le conocí, la noche antes de que todo empezara, me dijo que se había presentado al casting para entrar en la casa y luchar para ganar un premio que, de conseguirlo, le permitiría crear su propio espectáculo; poner en pie el sueño de cualquier artista: ser dueño y señor del escenario.

Su paso por la casa fue singular. Parecía que nada podía rozarle, mancharle. Parecía que, la difícil convivencia entre esas paredes que seguimos tantos las 24 horas del día, no le causaba mayores problemas que los que pudiera tener en la calle. Mientras sus compañeros salían adelante utilizando todas las armas a su alcance, todas las armas absolutamente lícitas para llegar a la final, Pepe Flores caminaba con un ordenador en su cerebro entre cámaras y micrófonos. No fue fácil alterarle. Sintió y padeció como los demás pero tuvo todos los días presente que los 300.000 euros del premio eran la llave de lo que siempre quiso ser: bailaor independiente, dueño de su arte y creador de su propio destino.

Batalló y peleó como los demás. Se vio implicado en líos y broncas como los demás. Se dejó querer y quiso como los demás pero...su cabeza había trazado un plan y logró no desviarse nunca del camino. Siempre admiré su control, su dignidad. Creo que los espectadores que le hicieron ganador sabían que con ese premio en las manos, el resultado de su decisión iba a ser un disfrute para todos. Los que le votaron no tuvieron dudas: ganó por mucho.

Pepe Flores no pretendió aprovechar GH para hacerse famoso, ni para encontrar una nueva profesión. Él era flamenco, bailaor desde la cuna y la experiencia del concurso no le interesaba más que como herramienta para lo que va a suceder dentro de 4 días.

Salió de la casa y sintió que el trabajo que le quedaba por delante era gigantesco. Había perdido su forma, la gente se le acercaba con adoración y la fama era tentadora pero volvió a demostrar que efectivamente tenía un ordenador en la cabeza y comenzó de inmediato a recorrer ese camino duro y solitario que tenía un claro objetivo: estrenar su verdad, crear su verdad, rodearse de su gente y volver a hacer felices a quienes pagarán una entrada en cualquier parte del mundo, por verle bailar.

“Mi verdad”: así se llama su nuevo trabajo. Así se llama el espectáculo que el próximo lunes 17 de diciembre estrenará en el Teatro de La Latina, en Madrid.

Todos los que visteis GH12+1 recordaréis la mirada de Pepe Flores. Yo no la he olvidado y cuando el otro día me volví a encontrar con él en la rueda de prensa de presentación de su verdad, volvió a taladrarme con ella. Ni dormido podía evitar cautivar con su mirada.

El lunes que viene le saborearemos. El lunes que viene, a las 8,30 de la noche, romperá el escenario de un teatro legendario y lo hará acompañado por su gente, por la que siempre ha estado con él porque los necesita más que nunca. Cualquiera podemos imaginar el manojo de nervios que será su cuerpo esa noche. Todos los que sepamos cómo se acelera el corazón ante un estreno, estaremos cerca y le ayudaremos a pasar esa cuerda floja que ojalá le conduzca a un futuro de éxito y reconocimiento. Pepe Flores nos hizo soñar desde Guadalix de la Sierra y ahora deberá hacerlo desde los escenarios.

Confío mucho en su tesón y su arte. Deseo que le vaya bien, que se gane la vida haciendo lo que aprendió a hacer cuando era un niño chiquitito y, por encima de todo, deseo que su madre pueda aplaudirle y disfrutarle por todas las noches que le echó de menos a lo largo de tantos meses, de tantos años.

Sabéis que los concursantes de GH Ahora llega para Pepe Flores un momento nuevo y por eso quiero que me sienta cerca, que me sienta a su lado, deseando que saque toda la dignidad y belleza que dejó en nuestra memoria mientras duró un concurso que le permitió lograr su objetivo, su sueño.

Espero que el próximo lunes su cabeza desconecte el ordenador y solo mande órdenes al corazón. Espero romperme las manos aplaudiendo a mi bailaor tras comprobar cual es: “Mi verdad”.