Pelayo se llevó a Lydia a la madrileña calle Serrano para qué la gente opinase sobre su look. Mientras estaban hablando con una chica, un señor se acercó a Lydia, le dio un papel con su número de teléfono y le dijo: “Llámame y hablamos, pero solo tú ¿eh?”. Y es que Lydia arrasa allá donde va.