Tras la decisión que toma Sergi Roca de restringir el acceso de los vecinos de Peñíscola, Pepe decide areglarlo por su cuenta y abrir una terraza con precios más asequibles. El chef no tarda en descubrir el negocio paralelos de sus camareros y les deja claro que en su chiringuito no hay sitio para la clientela poco selecta.