Juan, el demandante , pide a su ex pareja, Damián, una indemnización de 50.000 por publicar, sin su consentimiento, su condición de homosexual. "Yo he venido aquí para interponer una denuncia contra Damián, con quien yo he tenido una relación sentimental. Esta relación se terminó, y después de ello, se ha encargado de arruinar mi vida, haciéndo público, en contra de mi voluntad, mi condición de homosexual. A parte de esto, también hizo daño a mi familia, arruinó una boda que estaba prevista con unos gastos enormes. Y por todo ello, le pido 50.000 de indemnización".
Damián, el demandado , dejó muy claro que no estaba dispuesto a pagar nada y aseguró que "Yo he venido aquí porque, por fín, podemos hablar cara a cara de nuestra relación abiertamente. Nosotros hemos estado cinco años juntos, como pareja. Yo tenía una relación totalmente abierta con mi familia, todo el mundo sabía que soy gay. Y no tengo ningún problema en admitirlo porque no creo que sea ni una enfermedad ni un estigma ni un pecado. Cuando conozco a Juan, él propone esas condiciones de relación, no quiere que nadie lo sepa, pero por su parte. Entre semana me prohibe que nos veamos y que le llame, pero él conoce a mi familia". Juan le contestó que "Yo respeté tu libertad de ser como tú eras, pero tú no respetaste la mía, que por circunstancias familiares y laborales, no me convenía que la gente lo supiera, porque eso me podía hacer mucho daño. Damián le dijo que "No te convenía, pero venías todos los fines de semana a llorarme a mi casa".
Juan le dijo a Damián que no entendía porque tenía tanto interés en hacer pública su relación, a lo que éste le contesto que "Porque yo no tengo nada que esconder". Damián le recriminó que dejarle con un mensaje de móvil en el que no le decía nada no le parecía bien. Juan dijo que le dejó porque había conocido a una chica de la que se había enamorado y con la que había acordado casarse. Y poco antes de esa boda, se encontró a Damián a las puertas de su casa gritando a los cuatro vientos su condición de homosexual y, a parte de eso, "Repartiendo octavillas con una foto nuestra besándonos y el contenido de un e-mail en el que yo le contaba mis sentimientos hacia él". Lo único que Damián le dijo respecto a eso fue que le parecía genial "Porque estabas engañando a otra persona".
El veredicto
Al no haber acuerdo entre las partes, el juez, Don Gustavo Larraz fue quien dictó sentencia. "Damián, usted debería saber que la Constitución Española proclama el derecho a la dignidad de la persona y a la libertad ideológica, moral y sexual. Eso se proclama en los artículos 10, 16, 18 y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Una persona puede decidir libremente su condición sexual o modificarla en cualquier momento sin sometimiento a nadie. Usted, Damián, ha quebrado gravemente la libertad sexual y la dignidad de Juan porque ha incurrido en una causa que se tipifica en el Código Penal, concretamente en el artículo 620 como falta. Usted ha causado a Juan una injusta vejación y una injuria que el no tenía obligación jurídica de soportar. Ha existido un daño moral, porque usted ha publicitado algo que pertenecía al arcano íntimo de sus pensamientos y de sus deseos. Ha puesto pasquines, ha vociferado, lo ha insultado y lo ha hostigado. Por todo ello, yo lo voy a condenar a que indemnice a Juan, no en la cantidad que Juan pretende, le voy a condenar a 5.000 , que pagará en 20 cuotas de 250 mensuales a partir del próximo mes. Y queda usted advertido que debe abstenerse completa y rotundamente de interferir para nada en la vida de Juan, directa, indirecta o circunstancialmente. Y una reflexión final para ambos, el hombre por derecho natural ha sido libre y digno, y nadie puede privarle de esos derechos, cada cual puede vivir su vida como quiera, incluso en la mentira".