Una reforma enfrenta a dos hermanos

TELECINCO.ES 29/06/2009 17:18

Guillermo y Marcos son dos hermanos que viven en la misma casa. Uno vive en la primera planta y el otro en la segunda. Guillermo que lleva toda la vida viviendo en esa casa le ofreció a su hermano Marcos la planta que estaba vacía para que viviera, pero éste decidió hacer una reforma que ha sido la causante del enfrentamiento. Guillermo, el demandante pide que su hermano termine las obras en plazo inferior a tres meses. "Hace cinco meses mi hermano pequeño me llamó y me dijo que se venía a vivir al pueblo. Como tenemos un chatel familiar, yo vivo en la planta de arriba y el se quedó en la de abajo, pero a los dos días, se puso a hacer reformas y así llevamos cinco meses. Con la feliz casualidad que hace las reformas los sábados, domingos, festivos y fiestas de guardar, que son los días que yo utilizo para dormir. Y le he dicho que si a partir de ahora, y en tres meses, no termina la obra, le voy a cobrar cada semana 100 €".

Marcos, el demandado se defendió diciendo que "Él sabe que yo me vine al pueblo porque me quedé sin trabajo, y si yo llego a la casa y está hecha un desastre tengo que acometer la reforma y tendré que hacerlo en los días que disponga. Lo que no voy a consentir es que me ponga de adivino para saber cuándo voy a terminar la obra y, menos aún, que me cobre". A partir de ahí, todo fueron cruces de acusaciones. Guillermo le dijo a Marcos que no fuera "Alma de cántaro" y que lo único que le pedía era que acabara la obra ya, y sino que se quedara con la casa como estaba. Marcos le dijo que "Si hubiera estado bien la casa yo me hubiera metido tal y como estaba, pero la casa estaba manga por hombro y la estabas utilizando de almacén".

El veredicto

Al no haber acuerdo, tuvo que ser la juez, Isabel Winkels, quien tomara una decisión y dictara el veredicto. Isabel sentenció que "Estamos ante un caso en el que existe una gran ausencia de normas. No hay comunidad de propietarios, con lo cual no es aplicable la 'Ley de Propiedad Horizontal', no hay estatutos, ni tan siquiera podemos aplicar por analogía las normas que los ayuntamientos tienen fijadas para los horarios de las obras. Por lo tanto, lo único que podemos aplicar aquí es la buena fe de las partes. Ustedes están condenados a entenderse, y a falta de ese acuerdo, yo les voy a marcar unos horarios que deberán cumplir. Usted, Marcos, deberá centrar sus obras de once de la mañana a nueve de la noche pero exclusivamente los sábados. Su hermano podrá tener los domingos y los festivos para descansar, descanso necesario para él y para su familia. Y si usted, Guillermo quiere que esas obras se aceleren puede ayudar a su hermano o contribuir económicamente para que pueda contratar ayuda complementaria, dado que usted ha usado durante años la casa como almacén. Y desde luego, lo que no le voy a conceder es ningún tipo de indemnización por los restrasos que pueda tener su hermano en la finalización de las obras. Ésta es mi decisión".