Miedo a volar. El sentimiento interno de Carmen Trilla, la protagonista de Después del amor

telecinco.es 09/06/2017 10:31

Carmen, aunque es una mujer culta, con un punto de vista más moderno que la media de sus contemporáneas, constata que “tampoco resultaba fácil abstraerse del universo de las mujeres que se consagraban al matrimonio como fin último de sus vidas”. Y cuando su matrimonio se revela un fracaso absoluto, caen sobre ella todos los miedos, todas las presiones de la sociedad en que vive y de la educación tradicional. Especialmente el miedo a perder a los hijos, un miedo mezclado con el complejo de culpa que acompañó siempre a Carmen Trilla y que es otra constante de la novela.

“Sabía que iniciaba un camino sin retorno. Sabía también que asumía el riesgo de convertir su existencia en algo frágil, pero pesaba más la poderosa sensación de despojarse de las cadenas de su tiempo”. Aunque llegara a sentirse, como ella misma dice en la novela, “la peor madre del mundo por dejarme guiar por un instinto que no sé adónde me llevará o si acabará conmigo”.

“El mundo se vuelve loco y nosotros nos enamoramos”, decían los protagonistas de Casablanca. Algo parecido les ocurre a los de esta excelente novela. Se enamoran cuando España está a punto de sumirse en una locura fratricida. Estalla la guerra civil, que vuelve a separar a Carmen y Federico, y cuando acaba, les esperan nuevas penurias: el exilio, el terrible destino de los exiliados. Federico pasa por uno de los campos de internamiento en que las autoridades franceses encerraron a los españoles derrotados, una actuación que –aunque sus defensores han querido justificar por las circunstancias de una imprevista avalancha humana- la gran mayoría considera una ignominia que deshonra a una tradicional tierra de asilo. La experiencia la expresa el capitán Escofet de un modo escueto y elocuente: “jamás pensé que mis ojos verían el infierno”.

En ese último tramo, la novela sigue siendo magistral en el modo de mostrar las emociones de los personajes, las penurias y la precariedad de su situación de exiliados (esa injusticia por la que nadie pagará, como dice Federico), pero también la solidaridad de la buena gente que se encuentran, como la pareja de ancianos franceses que les acoge; la condición humana, en fin, capaz de lo mejor y lo peor. Y una vez más, el gran trauma de la protagonista, el alejamiento de sus hijos que la lleva en esos momentos a bordear la locura.

Comienza ya a vivir esta novela escrita por Sonsoles Ónega: ya puedes leer los dos primeros capítulos de Después del amor.Después del amor.