Casado, con 52 años y dos hijos, era licenciado en Periodismo y le encantaba dar la cara en ruedas de prensa, ante cámaras de televisión e incluso en programas, ya que había participado como tertuliano en más de uno. Además, es coleccionista de armas desde hace más de treinta años, su otra gran aficción.
Presumía de que nada se movía en Coslada sin que él lo supiera algo que, sin embargo, ha negado rotundamente en el juicio. "No acepto regalos ni salgo por Coslada". Añade que no da órdenes a los policías para que persigan a dueños de locales y nunca ha amenazado a nadie. Es cierto que recibió algún tipo de denuncia pero fueron archivadas. "Poderoso, agresivo y mandón, en palabras de sus vecinos, nadie le llevaba la contraria por temor a sus represalias". Según explica un ex policía de la localidad que estuvo a su cargo, "te hundía, te criticaba y te convertía en la comidilla de todos".
Un jefe manipulador que ya contaba con varias denuncias en su expediente. En 2002, el tribunal superior de Madrid le condenó por cuatro faltas graves a una suspensión de empleo y sueldo durante diez meses y medio. Una de las faltas consistió en la instalación de un equipo de música substraído a un vehiculo accidentado. En enero de 2003, por otro lado, la audiencia de Madrid le absolvió de tres delitos de detención ilegal.